En la actualidad, los paradigmas de la inteligencia artificial (IA) son aplicados en una larga lista de campos y contextos. Desde las predicciones de Google, el reconocimiento facial, los ‘chatbots’ y hasta los coches autopilotados, lo cierto es que la vida cotidiana ya no es ajena a este tipo de tecnologías.
Todos los días, alguna herramienta de la IA está apoyando su toma de decisiones: algunas definen la mejor ruta para ir a un centro comercial (a través de apps como Waze o Google Maps) y otras bloquean los correos ‘spam’ que recibe en su bandeja de entrada. Hasta este punto, el tiene la última palabra.
Pero, ¿cómo reaccionaría si una inteligencia artificial afirma que usted es positivo para Covid-19? Esta posibilidad está a la vuelta de la esquina.
Hoy, la medicina tiene a su alcance diferentes algoritmos que pueden ayudar a solucionar problemáticas del sistema de salud colombiano, como lo es -por ejemplo- la atención médica en zonas alejadas de los cascos urbanos o las infraestructuras hospitalarias insuficientes.
“Es posible ver cómo con soluciones básicas, propuestas con la ayuda de la inteligencia artificial, es posible contribuir a diferentes problemas que tiene la salud en Colombia; aportando pequeñas ideas de impacto incalculable”, explica Álvaro David Orjuela Cañón, profesor principal de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y del programa de Maestría en Ingeniería Biomédica de la misma institución (en convenio con la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito).
La hora de la Ingeniería Biomédica
Y es que la llegada de la inteligencia artificial a la medicina no implica desplazar a médicos, especialistas o enfermeros/as. Por el contrario, es una tecnología que llega a la práctica médica de la mano de un profesional que, en Colombia, cada vez expande más sus horizontes: el ingeniero biomédico.
Al mismo tiempo, las posibilidades de investigar en esta área son mayores, soportadas en programas de posgrado que permiten transferir esos resultados de investigación de forma más tangible en la sociedad.
“Según sus intereses, estos profesionales pueden optar por desempeñarse en la rehabilitación de personas que han tenido amputaciones, con el diseño de prótesis inteligentes; o bien, desempeñarse en el ramo de la bioinformática, muy relacionado con los sistemas de información y el ‘big data’, como los que permitieron hallar la creación de las vacunas contra el Covid-19. Las posibilidades son muy amplias”, acota el docente de la Maestría en Ingeniería Biomédica de la Universidad del Rosario en conjunto con la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.
Práctica médica más acertada
Como interlocutores entre la tecnología biomédica y el equipo de salud, los ingenieros biomédicos resuelven problemas, acortan las distancias, optimizan procesos realizados en la práctica médica e investigan en muchas de estas áreas que impactan en estos dos grandes campos.
“Los ingenieros biomédicos están en capacidad de hacer parte de ese equipo multidisciplinar que necesita la salud actualmente. Más específicamente, ponen a disposición del profesional en medicina y ciencias de la salud, herramientas adicionales que pueden mejorar su quehacer o les apoya en los procesos de toma de decisiones complejos, con una visión mucho más amplia”, señala Álvaro David Orjuela Cañón.
Y es que la inteligencia artificial aplicada a la salud puede tener un gran impacto positivo en regiones apartadas de Colombia, donde la infraestructura hospitalaria es precaria o no se cuenten con laboratorios especializados.
Por ejemplo, el apoyo diagnóstico es una de las aplicaciones más representativas de la inteligencia artificial en la medicina. “Hoy, una prueba PCR indica fácilmente si una persona tiene o no Covid-19, pero no todos tienen a esta. En un escenario rural, como un corregimiento selvático, la inteligencia artificial podría ayudarle al médico a detectar casos de Covid-19 y la trazabilidad de su contagio, a través de herramientas que almacenen información relacionada con síntomas de estas personas y otro tipo de datos generales, y que han sido obtenidos a través de algoritmos especializados”, afirma Orjuela.
De otro lado, diagnosticar enfermedades infecciosas (como la tuberculosis) requiere llevar un cultivo bacteriano a un laboratorio. Con la inteligencia artificial, profesionales de la salud en regiones remotas del país podrían detectar posibles brotes de estas patologías, para luego decidir si aislar o no a la población.
“La inteligencia artificial también trae ventajas para los procesos de terapia física y rehabilitación, con el monitoreo de los cuidados que los pacientes que han sufrido alguna lesión. E incluso, esta tecnología puede apoyar a médicos oftalmólogos a diagnosticar trastornos de la visión y su consecuente tratamiento, con base en sencillos ‘test’ que los pacientes hacen y que están apoyados en modelos de ‘deep learning’, por ejemplo”, agrega el docente de la Universidad del Rosario.
En la misma línea, toda institución hospitalaria podría beneficiarse de la inteligencia artificial, pues muchas etapas del ‘triage’ (el proceso que determina la urgencia de atención médica en una persona) podrían automatizarse y tener un criterio médico más amplio.
Ingeniería y Medicina, una sola causa
Si bien el desarrollo de nuevos dispositivos, algoritmos, ‘softwares’, procesos y sistemas es fundamental para mejorar los servicios de salud y, por ende, la calidad de vida de las personas, sistemas de salud como el colombiano requieren de un número mayor de ingenieros biomédicos. Así mismo, de una mayor preparación de estos profesionales, a través de programas de posgrado, que permitan generar procesos de investigación que aporten en este campo.
Precisamente, la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario se ha propuesto formar ingenieros biomédicos que combinen suficiencia técnica en la ingeniería con un profundo conocimiento de la medicina y las ciencias básicas.
Es por ello que el programa de Maestría en Ingeniería Biomédica de esta institución, primero, cuenta con el respaldo y trayectoria contrastada de una de las facultades de Medicina más renombradas en Colombia y en el mundo, la de la Universidad del Rosario; así como se desarrolla en convenio con la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.
“El mayor diferencial del programa de Maestría en Ingeniería Biomédica de la Universidad del Rosario es que se desarrolla en dos instituciones. En la práctica, los estudiantes de Ingeniería Biomédica tienen dos carnés: el de la Universidad del Rosario y el de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, ya que cursan materias en ambas instituciones y, desde luego, su título está respaldado por las dos universidades”, precisa el docente Álvaro David Orjuela.
De acuerdo con Orjuela Cañón, el magíster en Ingeniería Biomédica está en capacidad de desempeñarse como diseñador de equipos biomédicos y de rehabilitación; gestor y de tecnología biomédica y hospitalaria; o analista en el registro y certificación de equipos biomédicos. Así como de generar procesos de investigación en esta área con tanta proyección en el país.
Aquellas mentes creativas e innovadoras, amantes de la tecnología pero con vocación para ayudar a los demás y solucionar problemas relacionados con la salud física, encontrarán en el programa de Ingeniería Biomédica de la Universidad del Rosario lo mejor de los dos mundos.
Datos de interés
- Nombre del programa: Maestría en Ingeniería Biomédica.
- Duración del programa: 4 semestres (40 créditos académicos).
- Registro calificado: Resolución No. 26812 del 29 de noviembre de 2017.
- Código SNIES: 106595
- Lugar de desarrollo: Sede Quinta de Mutis. Carrera 24 # 63C – 69, Bogotá D.C. (Universidad del Rosario); y carrera 45 (Autonorte) # 205-59, Bogotá D.C. (Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito).
- Modalidad: Presencial.
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