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'La vida es un danza'... y un gran espectáculo con 300 bailarinas
Una mirada a 'Anahata', el show y un gran reencuentro de Antonina Canal con el público.
Anahata, espectáculo de danza Foto: María Conchita Cortés
“Vamos a bailar desde el corazón”, dice emocionada Antonina Canal mientras mira con atención en la pantalla de su celular a un grupo de sus bailarinas abrir, literalmente, unas alas pegadas a su cuerpo y que brillan en la oscuridad; es una acertada metáfora del renacimiento y la catarsis que están experimentando las personas en este momento.
Pero esa imagen es un adelanto, o mejor, un pequeño bocado, del gran espectáculo que Canal tiene preparado para este sábado 21 de mayo , a las 7 p. m. en el Teatro de Bellas Artes de Cafam (entradas a través de Tuboleta) con Anahata, una palabra en sánscrito que significa corazón.
“Queremos mostrar el valor del sentir y hacer una reflexión acerca de una humanidad más conectada entre sí, amorosa y compasiva con un espectáculo de 300 mujeres en el escenario y 600 cambios de vestuario, a través de un viaje por diferentes culturas orientales, como una celebración del espíritu femenino con más de 30 ritmos que revelan sensualidad, sabiduría e inclusión”, define Antonina Canal de este reencuentro.
La idea es que se metan en una especie de viaje e incrementen su energía con una mística, que es un regalo para los sentidos,
“Va a ser muy emocionante verlas y experimentar una propuesta en la que hay bailarinas de todas las edades, estratos sociales en un trabajo de amor propio y sororidad”, agrega la artífice de esta experiencia escénica, que fundó en 1999 la academia PremShakti, que ha presentado más de 400 espectáculos en los teatros más importantes de Colombia y el mundo, además de ser ganadora cinco veces del mundial de danza del Cairo (Egipto).
Anahata, espectáculo de danza con Antonina Canal. Foto:Rey Tuk
Anahata será también la oportunidad no solo del reencuentro, sino de la sorpresa y, para muchos, de conocer lo que Antonina Canal ha entregado en más de esas dos décadas de trabajo.
“Han sido muchos años de investigación, de sumergirme en los templos, de sentarme con beduinos, con músicos y todo mi mensaje ha sino decirle a la gente que esto no es solo un baile sensual o mover la cadera, es eso; pero también es capaz de romper la rigidez, de abrir el corazón y de celebrar la vida y te libera las cargas. Además, este show es como el renacer después de la pandemia con la gente tan encerrada”, recalca.
Aunque eso no fue un obstáculo para ella, ya que a través de la virtualidad descubrió que podía conectar con más personas y seguir su proyecto académico en el país y el exterior.
De hecho, algunas de las bailarinas son de Nueva York, de México, Ecuador o España que aprendieron a través de esa virtualidad, y estarán presentes en vivo en Anahata. “Este espectáculo es también una metáfora acerca de romper un montón de miedos: al público, al equipo, a pensar que no se sabe, todo con belleza y colores en los que entregas luz y te elevas”, explica Canal.
Para ella se trata también de una experiencia masiva, impactante, que ofrece una alternativa a la rutina, en la que se baila con alas que se iluminan, donde muchas mujeres llegan de la tensión cotidiana o el caos, para convertirse en unas guerreras que dan un nuevo sentido al movimiento, la belleza, la espiritualidad y hasta la oportunidad de la fusión cultural.
Anahata, espectáculo de danza Foto:María Conchita Cortés
“Vamos a tener todo lo tradicional egipcio, lo hindú, Bollywood… todo esto que es fantástico, pero también vamos a tener lo que presentamos en Expo Dubái con mapalé árabe, con salsa árabe y lo nuevo que estamos montando: con flamenco árabe. Igual, la gente que va a ir se encontrará con un viaje de luz, sonidos, olores y movimientos. La idea es que se metan en una especie de viaje e incrementen su energía con una mística, que es un regalo para los sentidos”, promete Antonina Canal, que se prepara para el mundial de danza en Egipto en julio de este año.
Es también una metáfora acerca de romper un montón de miedos: al público, al equipo, a pensar que no se sabe, todo con belleza y colores en los que entregas luz y te elevas.
“Vamos a llevar el equipo de Colombia a ese encuentro, que es muy importante, porque hemos asistido durante 20 años y ha sido muy guerreado, pero en los últimos cinco años lo hemos ganado. En agosto comenzamos otra vez la formación académica aquí y nos preparamos para otra versión de Anahata para el próximo 10 de diciembre.
“Queremos ser multiplicadores de un trabajo que va mucho más allá de un movimiento físico y en el que está claro que en el baile aprendemos a soltar el peso de la vida y de los problemas. ¡La vida es una danza!”, finaliza.