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‘La colección del Mambo es un patrimonio incalculable’, dice Eugenio Viola
El curador del Museo de Arte Moderno de Bogotá cuenta cómo fue armar la muestra de sus 60 años.
El curador Eugenio Viola, posa en una de la salas del Mambo. Foto: Fernando Gómez. EL TIEMPO
'Viceversa', la exposición que celebra los 60 años del Mambo es, sin duda, una de las aventuras curatoriales más emocionantes de los últimos tiempos. El equipo del museo estuvo inmerso en los sótanos del edificio para catalogar, entender y crear una sofisticada narrativa de 60 años de historia entre más de 5000 obras. La muestra es un verdadero despliegue de piezas imprescindibles y deja patente la necesidad de un nuevo edificio para poder exponer de manera permanente la colección, ¡es una lastima que estén ocultas tantas obras maestras!
El italiano Eugenio Viola, curador del museo, habló con EL TIEMPO sobre la muestra.
¿Cómo fue el proceso de meterse en 60 años de obras?, ¿cuántas obras tienen catalogadas?
No fue nada fácil: es una exposición concebida en una manera no convencional y esto era un riesgo. Viceversa repiensa los conceptos de una colección en la cual el Museo no sólo funciona como lugar de memoria y preservación histórica, sino que también como un laboratorio de producción e investigación. La dificultad principal fue entender como narrar una historia, crear una narrativa coherente que tuviera en cuenta las raíces del museo, su presente y su proyección en el futuro simultáneamente, teniendo en cuenta también cómo ciertas interpretaciones críticas y algunas interpretaciones museográficas se han ido revisando a lo largo de los años, y como el museo actual, por ejemplo, es muy diferente a lo que Marta Traba había imaginado. Intencionalmente, Viceversa desafía las convenciones de la narrativa canónica de la historia del arte, sugiere genealogías alternativas e interpretaciones innovadoras. El museo tiene un acervo que consta más de 5400 obras, entre artistas colombianos, latinoamericanos y europeos y del resto del mundo. Tenemos expuestas en Viceversa 439 obras, es decir entre el 7% y el 8% del total de la colección.
¿Cuánto cree que puede valer la colección del Museo?, ¿cuánto vale el patrimonio que tienen los colombianos?
Creo que es casi imposible arriesgarse a hacer una evaluación en términos puramente económicos. Las obras del MAMBO forman parte de los bienes intangibles de su colección; es decir, aquellos objetos que por su peculiar singularidad (su carácter único o escaso, su mérito artístico, su consonancia con las tendencias del gusto social, su relevancia en un periodo o exposición histórica y/o su antigüedad) tienen un valor intrínseco, pero van aumentando exponencialmente su valor a través del tiempo. Las obras de arte que pertenecen a la colección del Mambo son bienes inestimables no 'únicamente' por su valor económico o estético, sino también porque están ligadas a las historias del arte y de la cultura colombiana en general, y por esa razón, es un patrimonio verdaderamente incalculable, y es por eso que debe ser respetado, cuidado y fortalecido.
El equipo curatorial del museo duró meses escogiendo, entre las 5.000 obras de su colección. Foto:Cortesía Gregorio Díaz/Mambo
¿Cuál cree que son las 10 obras maestras de la colección?
Es siempre difícil hacer listados cuantitativos, pero entre los colombianos puedo mencionar Cuja (1972), de Feliza Bursztyn; Lápiz y papel (1977), de Jonier Marín; Entorno quieto (1988) de Olga de Amaral; Lo que Dante no sabía (Beatriz amaba el control de natalidad) (1966) de Bernardo Salcedo; los Narcisos (1996) de Óscar Muñoz; las fotografías de la serie Réquiem (2006-2015) de Juan Manuel Echavarría; Atenas (1975), de Miguel Ángel Rojas; Atrio y nave central (1996), de José Alejandro Restrepo; Vitrina (1989), de María Teresa Hincapié, y Violencia en la selva (1953), de Ignacio Gómez Jaramillo, la primera obra que ingresa a la colección del museo tras ser recuperada después casi sesenta años en los depósitos del Ministerio de Educación. Todas estas obras se encuentran expuestas en la exposición. Sin contar los acervos de que el museo tiene de algunos artistas, como los de Beatriz González, Álvaro Barrios o de Antonio Caro, artistas que siempre han estado cerca del museo, que incluyen obras fundamentales, de importancia capital, que por tanto pertenecen no sólo a la historia del modernismo colombiano, sino a la historia del arte latinoamericano e internacional.
¿Por qué cree que es importante el Mambo?
El Mambo es una de las instituciones más importantes del país. Recorrer su historia significa recorrer la historia del modernismo colombiano y latinoamericano durante los últimos sesenta años. En su historia ha organizado numerosas exposiciones de los artistas colombianos más importantes, cuya historia está íntimamente conectada con la historia de la institución, y también acercando al público nacional a importantes artistas internacionales. El Mambo llevó a cabo una misión heroica, solitaria y valiente en años difíciles para el país, animado por personas visionarias que lo quisieron, lo crearon de la nada y se comprometieron a hacerlo crecer: desde la fundadora Marta Traba hasta Gloria Zea, quien aseguró la actual ubicación del Museo. Beatriz González quien creó en el museo el primer departamento de educación del país, la escuela de guías, a mediados de los años setenta. Eduardo Serrano que consolidó y amplió la colección. Claudia Hakim que lo revivió después de un período de opacidad. Hoy el Mambo es una institución reconocida y respetada no sólo a nivel nacional, sino que también reposicionado a nivel latinoamericano y más ampliamente internacional. Como constancia de esto basta decir que lanzamos, en alianza con Julius Baer, el primer premio en América Latina dedicado a las mujeres artistas, cuya primera edición, ganada por la chilena Voluspa Jarpa, tras su muestra en el MAMBO itineró en el GAM de Santiago de Chile y ahora se encuentra en el Muntref de Buenos Aires, museo donde también viajará en 2025 el proyecto ganador de la segunda edición, de la argentina Ana Gallardo.
¿Cómo organizó la exposición?
Concebí la exposición con Juaniko Moreno, quien trabaja conmigo en el departamento de curaduría desde hace 2 años. El título, 'Viceversa', me vino a la mente pensando en Jean-Luc Godard, el padre de la Nouvelle Vague sa, quien solía afirmar que las películas se pueden realizar a partir de los créditos finales, y a partir de allí seguir todos los pasos a la inversa. El statement de 'Viceversa' está instalado en el atrio del Mambo, donde algunas de las últimas adquisiciones se yuxtaponen con las primeras obras que ingresaron a la colección del museo. La exposición se estructura en torno a tres núcleos temáticos principales, planteados en una relación dialéctica con el arte moderno y contemporáneo nacional e internacional: 'Memoria', en el nivel -1, explora las múltiples narrativas que restituyen una mirada compleja sobre la historia que ha marcado al país y el continente latinoamericano; 'Identidad' cuenta como la colección del Mambo es única, porque inextricablemente conectada tanto a la historia de sus orígenes como al contexto social y cultural; 'Disonancias' sugiere narrativas alternativas, voces no representadas y relecturas críticas, expandiendo las líneas temáticas y temporales que el Museo busca desarrollar en años venideros. También hay proyectos especiales presentados en el marco de la colección. Hay 3 proyectos in situ, del colombiano Juan Uribe, de la argentina Adriana Bustos, y del italiano Giuseppe Stampone.
Las colección ofrece un viaje histórico a través de seis décadas del arte nacional. Foto:Cortesía Gregorio Díaz/Mambo
Hay varias obras de artistas extranjeros sorprendentes, hay fotos de los esposos Becher, de Warhol... en fin... ¿qué es lo más notable?
La colección del Mambo conserva un acervo significativo de artistas internacionales. Entre los latinoamericanos: Rogelio Polesello, Fernando de Szyszlo, Jesús Rafael Soto, Alejandro Otero, Julio Le Parc, Eugenio Dittborn. Igualmente por los artistas europeos y norteamericanos, entre otros: Jean Arp, Bernar Venet, Jan Dibbets, Frank Stella, Edward Ruscha, John Baldessari, Marcel Broodthaers, Claes Oldenburg, Sigmar Polke, Duane Michals, Dennis Oppenheim. De Australia conservamos el importante acervo de Mike Parr, quien se ubica entre los padres del performance, y quien donó toda su exposición al museo -la donación más generosa de parte de un único artista en toda nuestra historia.
¿Qué obras lo sorprendieron en la búsqueda de todo lo que tenía el acervo del Museo?
Cuando se trata de sorpresas, ¡la colección del museo es una caja de Pandora! Sin embargo, lo que más me llamó la atención son los grupos de obras vinculadas a una mirada museológica conectada a un momento histórico determinado. Pienso, por ejemplo, en las ediciones de obras de grandes artistas con las que se intentó integrar las colecciones de los museos en los años setenta y ochenta del siglo pasado. La subsección en la exposición que hace referencia a eso es titulada la 'obra multiplicada', la cual incluye ediciones de artistas del calibre de Picasso, Miró, Bacon, Kandinsky, Chagall, Calder, Miró, Magritte, Richter, entre otros.
De los artistas colombianos que hay en la colección, ¿cuáles cree que vale la pena redescubrir?
Maruja Suárez, Emma Reyes, Ignacio Gómez Jaramillo, Nirma Zárate, Lucy Tejada, Beatriz Daza, Amelia Peláez, Hernando Tejada, Leonel Góngora, Luis Alberto Acuña, Hernando Del Villar, Clemencia Lucena, entre muchos otros.
Todas son obras de sitio específico. Los museos también lloran (y harto) es una intervención del artista bogotano Juan Uribe, su primera comisión en una institución museal en el país. En el muro de la carrera sexta Juan inscribe "Yo estudié artes para decorar el MAMBO / I studied arts to decorate MAMBO", abarcando irónicamente la relación entre artistas y museos.
Genealogía de una colección, de Adriana Bustos, aborda preguntas espinosas relacionadas con una reconsideración de la historia y formación de las colecciones de los museos en torno a cuestiones de diversidad, inclusión y equidad. Adriana rastrea la estructura de una posible genealogía de la colección del Mambo, que visualiza algunas cuestiones históricas y teóricas de la metodología museológica: ¿Cuándo y en qué porcentaje se incorporaron obras de arte específicas a la colección del Museo? ¿Cuál fue la primera obra realizada por una mujer en adquirirse? ¿Quién fue el primer artista no colombiano? ¿Qué porcentaje de artistas afrodescendientes o indígenas hacen parte de la colección?
Saludos desde Bogotá, de Giuseppe Stampone es una monumental caja de luz encargada para el techo del MAMBO. La obra representa la imagen de dos niños vistos desde atrás, tomados de la mano, dándose ánimo antes de enfrentar la entrada a un mundo inhóspito. La obra se inspira en El caminante sobre el mar de nubes de Caspar David Friedrich, una de las obras más representativas de la pintura romántica del siglo XIX. Sin embargo, los viajeros de Stampone experimentan una condición muy alejada del Sublime Romántico: aparecen sin camisa y descalzos, desarmados y vulnerables, no destacan contra un paisaje simbólico y primordial. Aun así, quedan inmortalizados desde atrás mientras observan, desde el techo del Museo, la expansión anárquica de la urbe bogotana.