“Uno de los conciertos de mayor calidad, de mayor emoción que hayamos podido realizar en el
Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo fue el binacional que hicimos en 2015 con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y músicos de seis orquestas de Colombia, dirigidos por
Gustavo Dudamel”, dice
Ramiro Osorio.
El director del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y todo su equipo celebraron la semana pasada los 13 años de este lugar que se convirtió muy rápido en un referente cultural de la ciudad y al que ir siempre será un placer para los sentidos y el espíritu.
Conector de localidades (Usaquén y Suba, entre otras), escenario de muchas propuestas de danza, música, teatro y, en general, todas las artes escénicas, tiene un modelo de gestión público-privado y desde su inauguración han asistido más de un millón de personas a 1.409 espectáculos en más de 2.000 funciones. Se han presentado 37.000 artistas de 66 países.
Coproducciones (se han hecho 89 con una inversión de más de veintiún mil millones de pesos), becas, concursos y programas como Cien Mil Niños al Mayor, hacen parte de su labor social y cultural, así como la formación de públicos.
Por su escenario han pasado artistas y grupos como Jorge Drexler, Daniel Baremboim, el Ballet de Leipzig, Philipp Glass, la Orquesta Filarmónica de Israel, Gustavo Dudamel, London Symphony Orchestra, Jorge Velosa, Totó la Momposina, Aterciopelados, la Compañía Nacional de Teatro de México, el Odin Teatret, Dynamo Thêatre, Teatro Libre, Teatro Petra, Teatro La Candelaria y el Ballet Nacional de España, entre muchos otros, al que el público ha podido asistir a través de una política de precios subsidiados.
Otro de sus fuertes es el Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá, creado en 2013, cuyo fin es llevar la música clásica a nuevas audiencias con conciertos pagos y gratuitos en escenarios de varias localidades. Se realiza cada dos años y ha tenido énfasis en las obras de Beethoven (2013), Mozart (2015), la Rusia romántica (2017), Brahms, Schubert y Schumann (2019), Barroco: Bach, Händel, Vivaldi (2021) y Bogotá es Francia: la Belle Époque (2023).
En la semana santa de 2025 se celebrará la VII edición homenajeando a los compositores de América de los siglos XX y XXI.
Ramiro Osorio habló con EL TIEMPO de los 13 años del teatro.
¿Qué recuerda de su primer día en el Teatro Mayor?
Lo recuerdo con una gran emoción. Fue extremadamente complejo, inaugurábamos con un concierto lirico con la Orquesta Filarmónica de Bogotá y tres cantantes, dos colombianos y una mexicana. Y se hizo en medio de una situación muy difícil porque el teatro todavía no estaba listo: no habían terminado las obras. En medio de esas dificultades teníamos que encontrar cómo hacer bien el evento desde lo artístico y lo técnico, porque estábamos estrenando todo: la concha acústica, el escenario, en fin, los sistemas que son complicados de poner a punto. Estábamos al final del gobierno del presidente Uribe y en el gobierno del alcalde Moreno, y había unas situaciones políticas complejas. Recuerdo especialmente a don Julio Mario Santo Domingo cortando el listón inaugural en la puerta del Centro Cultural y eso es inolvidable. Después llegó el concierto, que fue exitosísimo, con un programa operístico muy bello.
¿Cuáles han sido los mejores espectáculos que se han presentado en el teatro?
¿Cómo hablar de los mejores espectáculos durante 13 años en los que hemos presentado a los mejores artistas de Colombia y el mundo? Pero, bueno, quiero destacar dos o tres. Primero, el concierto del 2015 dirigido por Gustavo Dudamel. Y además ‘Carmen’, de Bizet, que realizamos en 2012, dirigida por Calixto Bieito en la parte escénica. Esta ópera representaba un gran desafío: de cara al público tradicional era una propuesta de mucho riesgo, provocadora, y desde el punto de vista logístico también, porque había que mover constantemente en el escenario cinco carros, el coro cantaba sobre ellos; en fin, fue una obra bellísima con la que tuvimos mucho éxito.
Y ‘Carmina Burana’, del 2013, que en la parte escénica fue dirigida por Tino Fernández, este gran coreógrafo que lamentablemente perdimos. Fue un montaje de gran calidad, con coros y orquesta colombianos y con la participación de artistas de varias nacionalidades. Es una puesta en escena brillantísima que hemos retomado varias veces y que este año se presentará por cuarta vez.
En el Teatro Estudio, ‘Comedia sin título’ y ‘El público’, de Lorca, representadas por uno de los mejores elencos de actores colombianos que uno puede reunir y dirigidas por Pavel Nowicky. Esas obras las llevamos después a los Teatros del Canal en Madrid, donde llamó mucho la atención cómo los colombianos interpretaban y concebían al García Lorca tan especial de esas obras, que son las más surrealistas y de mayor complejidad.
Hemos hecho también ballets maravillosos y recuerdo, del 2012, el Ballet de Béjart que presentó ‘Bolero’, obra fundamental en la historia de la danza. También ‘El lago de los cisnes’ con el English National Ballet, y con el Ballet de Leipzig realizamos grandes producciones con orquesta en vivo, como la ‘Gran misa’ de Mozart, por ejemplo.
Ustedes siempre se superan.
Lo fascinante del Teatro Mayor es que estamos todas las semanas asumiendo un nuevo riesgo, caminos inusitados para apoyar la creación de nuestros artistas y presentando a las mejores organizaciones de las artes escénicas del mundo. Y es un privilegio poder hacerlo.
Con una marca consolidada, ¿qué tan fácil es lograr conseguir que grandes espectáculos vengan a Colombia?
En 13 años el Teatro Mayor se ha consolidado como uno de los escenarios más importantes de América Latina por su modelo de gestión, por su programación de excelencia, porque hemos cumplido siempre los requerimientos técnicos, artísticos y contractuales con orquestas, grupos de ballet, de teatro y con solistas de gran trayectoria. Esto hace posible que hoy seamos una casa especialmente interesante para giras y grandes proyectos de distintos países. El mejor ejemplo de esto es el caso de España, este año el País Invitado de Honor: más de 300 artistas españoles vienen al Teatro Mayor y esto quiere decir que hay un gran interés para las instituciones culturales de España en este escenario para presentar la creación de las artes escénicas contemporáneas de ese país.
Hace un tiempo me contó de un señor que cada año compra su abono, de las boletas más económicas, un ‘cliente artístico0. ¿Hay más de este tipo?
El caso del señor que mencionas es muy interesante. En un teatro que diseñó tan bien el arquitecto Daniel Bermúdez, en las últimas filas se oye y se ve de manera perfecta, y son lugares que, por razones de precios, son preferidos por el público, y especialmente por algún público adulto mayor como es el caso de este señor. Es una persona que puede comprar 40 o 50 boletas para ese número de espectáculos diferentes durante el año, y bueno, para nosotros es absolutamente maravilloso.
Hay otras personas que van a la platea y que también nos acompañan a lo largo de la programación del año y todos ellos constituyen un punto de vista fundamental para saber cómo va recibiendo el público la oferta, si estamos realmente atendiendo bien los intereses de esas audiencias y si los servicios que prestamos contribuyen a que su visita al Teatro Mayor sea todo un acontecimiento.
Este señor todavía vive y por fortuna sigue acompañándonos. Para mí, encontrarme con personas como él ratifica que todos los esfuerzos que hacemos valgan la pena: son personas que te comentan, que si es necesario te critican, pero que también te reconocen, te agradecen y te dicen que el Teatro Mayor es un lugar absolutamente fundamental para su vida.
Hablemos de la formación de públicos, ¿cómo van con las nuevas generaciones?
Este aspecto tiene varias estrategias. Yo creo que una programación tan diversa, tan amplia y de calidad es el primer factor para formar públicos. Queremos que los públicos se vayan diversificando, pero que también siendo conocedores no solo de lo que tienen interés, sino de otros lenguajes de las artes escénicas. Es decir, que el público de la música sinfónica asista también a la de cámara, a los espectáculos líricos, a la danza… Una programación como la nuestra permite que tengamos ciudadanos más integrales, que desde el punto de vista de la cultura sean mucho más abiertos, más incluyentes, que estén dispuestos a enfrentarse con los nuevos lenguajes y a conocer lo que se está haciendo en la creación contemporánea. Además, el 10 % de todas las boletas del Teatro Mayor las ofrecemos de forma gratuita a grupos organizados que son vecinos, personas de las comunidades de influencia del Teatro Mayor en Suba y Usaquén, que no tienen los recursos suficientes para pagar las boletas.
Además, Cien Mil Niños al Mayor es un programa de formación desde la infancia y la juventud de nuevas audiencias, en las que estudiantes de los colegios públicos vienen a visitarnos de manera gratuita; nosotros seguimos teniendo una relación con los profesores que los acompañan y los invitamos permanentemente. Este año creamos un programa con la Secretaría de Educación del Distrito que se llama Maestros al Mayor, con el que 20.000 entradas del teatro de 2023 se les entregaremos de forma gratuita a los profesores para que puedan acceder a todo tipo de eventos. Estamos seguros de que enriquecerán su visión de la cultura, las artes escénicas y la labor fundamental de estos lenguajes en la educación artística.
Otras estrategias son el Teatro Digital, una plataforma donde en un mes presentamos cuatro espectáculos diferentes de libre durante todos los días. Así, los nuevos públicos conocen los espectáculos artísticos y los lenguajes de las artes escénicas, y esperamos que ese público venga de manera presencial al Teatro. Finalmente, tenemos una plataforma que se llama Teatropedia, con el cual creamos una serie de contenidos para que las personas y en especial los niños y las familias puedan disfrutar con mayor profundidad la oferta del Teatro Mayor.
En cuanto a la pregunta por las nuevas generaciones vemos que está surgiendo nuevos públicos: gente joven está acudiendo a los teatros y está buscando espectáculos disruptivos. Estamos viendo que artistas nuevos tienen un gran poder de convocatoria y que además la manera en que estas personas se enteran de las presentaciones de estos artistas no tiene nada que ver con el sistema tradicional con el que hemos venido haciendo las convocatorias. Esto lo hemos detectado y estamos muy interesados con todo lo que está pasando con estos nuevos públicos.
¿Qué viene para el Teatro Mayor?
En un teatro como este lo primero es consolidar el modelo público-privado: consolidar las alianzas, los apoyos, porque sin recursos es imposible que una casa artística sobreviva. Para nosotros son fundamentales todas esas fuentes de financiamiento y una muy importante es el público, porque el 28 % del presupuesto del Teatro depende de la compra de entradas. Estamos reponiéndonos de este golpe tan fuerte que fue la pandemia y haciendo todo lo posible para recuperar las audiencias y ampliarlas.
Por otra parte, ya estamos muy adelantados en la programación 2024 y en la programación de la séptima edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá del 2025. Ya estamos trabajando por traer una gran orquesta de Norteamérica y una gran orquesta de América Latina, en los solistas, en los programas… En fin, esta casa tiene una mirada a muy largo plazo. También estamos trabajando para definir el País Invitado de Honor de 2024 y de 2025, y con organizaciones como las grandes orquestas y las grandes compañías, con las que hay que planear con mucha anticipación para que puedan venir al Teatro Mayor.