Adiós a Marvel, ahora el amo de los superhéroes es ‘Invincible'

Robert Kirkman soñaba con crear un universo zombi con su cómic The Walking Dead. El sueño se cumplió, la serie de televisión inspirada en ese trabajo vivió en sus primeras temporadas el aplauso de los fans y el éxito global, pero con su salida del proyecto, el desgaste de tantas temporadas y el enredo en que se metió la producción, ¡todo un desastre zombi!, Kirkman le dio la espalda al vaquero Rick Grimes y sus aventuras y decidió poner en marcha otro proyecto, pero esta vez con superhéroes.

Y lo hizo junto a Cory Walker y Ryan Ottley, con Invincible, posiblemente la única serie animada de superhéroes que no vive la decadencia que están sintiendo los personajes de Marvel o los de DC, tanto en el cine como en la televisión o el streaming; ya sea por fatiga de un público o por historias mediocres, hechas a la carrera o que solo tienen presentes las cifras de taquilla o las visualizaciones y no lo vital: el desarrollo de los personajes.

Algo que sí pasa con Invincible (también conocido en español como Invencible), que sigue la historia de Mark Grayson, un adolescente que espera la aparición de superpoderes (es hijo de una mujer de la Tierra y Omni-Man, un ser de una raza conocida como vultrumita y que es el superhéroe más poderoso de la Tierra).

En la primera temporada de la serie se contaba el paso de la adolescencia a la madurez de Mark, la manera como lidiaba con sus dones, la fuerza y la responsabilidad; a la par de la traición y la violencia, porque sí, Invincible es ultraviolenta y cruel.Mezcla muy bien elementos de comedia, con una acción sin límites (por eso funciona tanto el hecho de ser un producto de animación), con mucha sangre y algo de drama. Bien lo decía el propio Kirkman cuando le preguntaban acerca de esta decisión de llevar la narrativa a extremos.

“Estamos mirando lo fea que también puede ser la vida para ellos. Me gusta que no solo los mostramos tratando de mantener la supervivencia de la humanidad, sino que revelamos cosas que están detrás de las cortinas, y me alegro de que Invincible sea el camino para hablar de todo eso”, recordaba el creador de la serie, sumando un tono que también ha funcionado con la serie de acción real The Boys.

Los superhéroes no son buenos, sufren, lastiman, son corruptos y si tienen que acabar con la humanidad para lograr sus objetivos, no van a dudar en hacerlo.

Puede haber ciertos paralelismos de Invincible con Spider-Man (ambos son jóvenes, sufren una pérdida importante y no es fácil para ellos en un principio asumir su rol como ‘salvadores de la humanidad’), pero el joven de traje amarillo que vuela y puede frenar una línea de metro con una mano vive experiencias traumáticas que dejan en pañales las preocupaciones del arácnido más famoso del universo de Marvel y la factoría cinematográfica de Sony.

Desde su estreno en el 2021, la serie de Prime Videofue considerada una bocanada de aire fresco para ese rubro de entretenimiento y se ha especulado mucho acerca de la idea de convertir a Invincible en una franquicia, pero hay quienes piensan que llevarla a ese terreno le quitaría el poderoso desarrollo de situaciones extremas, como las peleas en las que vuelan cabezas y extremidades por doquier o batallas en las que en dos segundos se destruyen ciudades enteras, mientras que el protagonista se bate en una pelea épica con unos bichos de otros mundos que quieren dominar la Tierra. No es una opción fácil pensar en una versión ‘ligera’ de Invincible.

El nuevo ciclo de su segunda temporada es, en realidad, un artilugio para asimilar una devastadora sorpresa que recibe el protagonista y poder retomar la historia de un Mark Grayson que ha aprendido a vivir con una herida emocional bastante cruel, que viene desde la primera temporada (y que no se va a contar aquí por respeto a quienes aún no han visto la serie, ¡nada de spoilers!). Además, se revela una noticia esperanzadora en un mundo afectado por el caos y la sombra de un posible apocalipsis.

Invincible tiene que seguir tratando de salvar a la humanidad, pero continúa enfrentando el hecho de madurar y crecer.

Si en la primera temporada se abrumaba con la idea de entrar a la universidad, tener novia y pelear hasta la muerte con villanos de todos los pelajes, en esta segunda parte sigue dando paso a nuevas responsabilidades como adulto y hasta lanza una caricia con su propio lado oscuro.

La serie tiene claro que no compra la idea del optimismo en la vida de su superhéroe, su crecimiento emocional es tan devastador como la muerte cruel de algunos de los que lo rodean. Su lucha personal por moverse en el lado correcto de las cosas termina siendo un viaje cínico acerca de lo que significa ser un superhéroe para un mundo que, según otras razas del universo, no merece vivir. Supermán, el Capitán América y su séquito de justicieros bondadosos ya pueden pasar a la historia.

ANDRÉS HOYOS VARGAS

@AndresHoy1