La televisión colombiana ha sido de autor. Somos grandes en la ficción gracias a genios como
Bernardo Romero Pereiro, Martha Bossio, Pepe Sánchez,
Fernando Gaitán, Dago García, Julio Jiménez, Mónica Agudelo, Juana Uribe, Mauricio Navas y muchos más.
En el siglo XXI ya no hay autores, sino equipos poderosos en la creación, desarrollo y escritura de historias y el prestigio se lo lleva el productor. Pero, sin historias no hay obra.
Hablé bien de 'Ana de nadie' y don Bernardo Romero y Mónica Agudelo, y aunque dije que la historia estaba adaptada con cariño, diálogos coherentes y situaciones a lo siglo XXI, no dije nada de quién la escribió.
Jimena Romero Henríquez me escribió e hizo la siguiente reflexión: “'Ana de nadie' fue escrita por mí, en compañía de Gilma Peña. Hice la adaptación de esta historia también para México con mi padre en 1997 ('Mirada de mujer') y después para Telemundo en 2007 ('Victoria). He escrito 17 proyectos en más de 25 años como escritora para México, Estados Unidos y Colombia”. Gilma Peña es la libretista de 'De pieza a cabeza', 'Tiempos difíciles', '¿Por qué diablos?' y muchas más.
“Lo invito a no olvidar que sin escritor no hay historia, no hay personajes, y por lo tanto no puede haber éxito, ni rating. Creo que la omisión de nuestros nombres en los medios es en parte la razón para que nuestro oficio cada vez sea más irrespetado y pordebajeado por canales y productores”.
Y amablemente me recuerda que detrás de las historias que nos hace emocionarnos, “hay gente como yo, trabajando diez horas diarias a veces, siete días de la semana, durante dos años completos en este caso, sacrificando vacaciones con las familias, luchando contra el dolor de hombros, brazos y espalda por tantas horas frente a un computador armando arcos de personajes, haciendo escaletas, diagramas, escribiendo escenas, borrando palabras para hacer un diálogo más perfecto (aunque después los actores digan otra cosa), todo para entregar la mejor obra posible”.
Y me hace esta reflexión: “Esta es una profesión bien particular, porque es un poco como jugar a ser Dios todos los días, lo cual es siempre infinitamente gratificante y divertido, pero también puede ser profundamente frustrante, pues lo que imaginas escribiendo un libreto, a veces se ve muy distinto en la pantalla. Estoy feliz de saber que Ana de nadie' ha tenido tanto éxito, pues es una historia que he cuidado a un nivel casi de obsesión, no solamente porque es la obra de mi papá y Mónica, ambos ya fallecidos, sino porque uno de mis propósitos haciéndola después de 30 años otra vez en Colombia, era que la gente recordara ese tipo de historias”.
Y estoy con Jimena, la buena tele se debe a libretistas como ella y Gilma Peña. Esto me obliga a repensar la tele en clave de las escritoras ya que la mayoría son mujeres y en reconocer el trabajo en equipo. Gracias Jimena por la reflexión.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión