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El cineasta Denis Villeneuve habla de su relación de 40 años con 'Duna'
Es el cerebro de la adaptación de la novela, un pilar de la ciencia ficción. Estreno: 21 de octubre.
Película Duna, de Denis Villeneuve Foto: Warner Bros
Duna es el pilar de hitos de la ciencia ficción en la gran pantalla como Star Wars y The Matrix, y fue una de las más profundas influencias que tuvo George R. R. Martin al crear la saga literaria que inspiró la exitosa serie Game of Thrones. Frank Herbert era un visionario: el autor de Duna, que se publicó en 1965 y que en principio fue una entrega por capítulos para una revista de ciencia ficción. Él construyó un entramado futurista que habla del ‘mesías’ en un contexto de planetas desolados –la Tierra es un desierto sostenido en el que escasea el agua y la comida– y donde los linajes familiares se pelean por el control de los pocos recursos.
“Me conmovió desde el principio. Creo que cuando lo leí de pequeño me impactó este viaje en busca de la identidad, que pasa a través de otras culturas, la relación con la naturaleza, su sentimiento de melancolía, la bellísima sensación de aislamiento del personaje y su herencia”. Habla el canadiense Denis Villeneuve, que ya camina por el olimpo de los grandes cineastas gracias a sus trabajos en Incendies, El hombre duplicado, Tierra de nadie: sicario, La llegada –por la que fue nominado al Óscar como mejor director– y Blade Runner: 2049.
Duna es su más reciente y descomunal producción. Villeneuve compartió créditos con Jon Spaihts y Eric Roth para la adaptación de un relato atemporal, lleno de personajes complejos e ideas sobre la destrucción del medioambiente y la peligrosa mezcla de religión y política. No era fácil llevarlo a ninguna pantalla.
El genial David Lynch lo intentó en 1984 con resultados mesurados y una visión que lo convirtió en un filme de culto; antes, el franco- chileno Alejandro Jodorowsky procuró hacer lo propio con las actuaciones de Orson Welles y Salvador Dalí, y la banda sonora de Pink Floyd, pero naufragó antes de la preproducción. Paramount también vio frustrada su idea de llevar Duna a la gran pantalla en el 2008. Parecía que todo quedaba ahí, hasta cuando Villeneuve presentó entre ovaciones su Duna en el pasado Festival de Venecia.
Película Duna, de Denis Villeneuve Foto:Warner Bros
Ambientada más allá del 10.000, es la epopeya de Paul Atreides (Timothée Chalamet), el joven hijo del duque Leto (Óscar Isaac) y la sacerdotisa Lady Jessica (Rebecca Ferguson) que acaba arrastrado a una encarnizada lucha de poder intergaláctica. Paul deberá vencer sus miedos y combatir a unas fuerzas oscuras de ese universo que le han llevado a Arrakis, un árido planeta habitado por la tribu Fremen, liderada por Stilgar (Javier Bardem) y Chani (Zendaya), y donde la humanidad combate por el control de una materia preciada y escasa, llamada ‘la especia’, mientras sobrevive.
EL TIEMPO participó en una rueda de medios con el director de esta película que ya se proyecta como una de las mejores del año.
Técnicamente hice esta película pensando en un miembro de la audiencia: yo. Creo que soy el fan más acérrimo de Duna, me enamoré del relato hace 40 años.
Vivimos de aventuras y superhéroes en el cine, ¿qué tiene esta historia que la hace única e innovadora?
Creo que estamos dándole a la gente algo fresco, que viene del libro, de la observación de la naturaleza. Intentamos adicionarles todos aquellos peligros que nos son familiares. El diseño de la película está inspirado en la naturaleza y en la biología. Nuestro pilar fue la lucha de la naturaleza por sobrevivir, una idea muy apegada al libro y que espero influencie a todos de distintas maneras.
Este enorme paisaje de ciencia ficción que se ve en la pantalla surge después de mucha exploración y varias lecturas de la historia. Fue un reto hermoso intentar definir nuestra identidad, nuestro camino y brindar algo que no se hubiera visto en el cine antes.
Película Duna, de Denis Villeneuve Foto:Warner Bros
¿Qué tiene Duna para las nuevas generaciones?
Cuando Frank escribió el libro, en 1965, intentó hacer un retrato de las cosas fundamentales del siglo XX, que con el paso del tiempo se convirtieron en algo predictivo y apocalíptico de lo que sería el siglo XXI, tristemente hablando. Frank habla de la devastación de la naturaleza y del intento fallido por recuperarla; del peligro de poner la religión y la política al mismo nivel; de esas ideas mesiánicas que depositan todo en una sola persona. Para mí, este relato es una invitación a los más jóvenes para seguir la figura de Paul, un chico que debe manejar la presión que tiene desde sus distintas herencias: políticas, familiares, ecológicas. Duna es muy diferente de mis otras películas, que se mueven más por la violencia o por la intensidad de otras temáticas, porque al hacerla pensé en esos jóvenes que tienen la misma edad que yo tenía cuando descubrí la novela. Es un libro que me tocó profundamente, que me habló y me ayudó a concretar mis sueños. Antes que nada, deberían leer el libro.
¿Cómo diseñó el tono y las atmósferas de los sueños y visiones del protagonista?
Las secuencias de los sueños son muy importantes porque son una ventana de la psiquis de Paul y tienen relación con el viaje que emprende en este nuevo mundo y su necesidad de aprender. Esas extrañas visiones, que son como sueños despierto, contienen elementos del futuro que están encriptados, son enigmas que Paul intenta descifrar y que de alguna manera son una mirada a sus miedos.
¿Cómo maneja las expectativas de los fanáticos?
Técnicamente hice esta película pensando en un miembro de la audiencia: yo. Creo que soy el fan más acérrimo de Duna, me enamoré del relato hace 40 años. Una forma de lidiar con la presión de esta adaptación fue entrar en o con ese sentimiento de hace cuatro décadas, con las imágenes que generó el relato en mi mente: el poder y la poesía de esas imágenes que venían del libro. E intenté no decepcionarme a mí mismo, lo cual fue muy complicado porque soñaba en grande cuando era chico. Era un totalitario, arrogante y pretencioso adolescente (risas), así que rescaté y canalicé un poco de esa energía para hacer la película.
¿Qué mensajes de la novela quiso llevar a la pantalla?
Yo siempre filmo con la idea de que quien vaya al teatro se encuentre con la belleza y reciba lo que quiera de la película. No me gusta imponer una lectura o algún mensaje específico, claro que trato aspectos desde los puntos de vista propuestos por Frank Herbert, pero la complejidad del proyecto radica en el hecho de que hay muchas capas, como en el libro. Creo que un jovencito de 15 años se va a sentir identificado de una manera diferente a lo que siente una mujer de 55 años viendo el filme, encontrarán cosas distintas, tal como me sucedió con el libro: descubrí algo de adolescente, algo más a los 27 y otra cosa ahora.