Crítica Mente / El buen perdedor

El cine está lleno de películas dedicadas a grandes gestas deportivas que muestran cómo personajes esforzados ascienden desde la nada hasta la gloria.

Algunas de esas epopeyas se atreven a más y llegan a mostrar la posterior decadencia del ídolo como resultado de una traición a sus propios valores. Lo que no vemos con frecuencia son historias de antihéroes marrulleros que se ganan la vida perdiendo.

Ahora, el cine colombiano nos regala una estupenda historia de ese corte. Reynaldo Salgado, mejor conocido como ‘el Piedra’, es un boxeador peculiar, cuyos momentos gloriosos son aquellos en los que pierde peleas, porque le pagan por ello. Tras muchos años de haber andado así por la vida, un día la edad le empieza a pasar factura y ya ni siquiera lo buscan para eso. Pero cuando cree que ya el futuro no le traerá nada, aparece en su puerta un muchachito que dice ser su hijo. Ese es el inicio del combate más importante que podrá enfrentar en su carrera.

Por cada boxeador triunfador que hay en el mundo, existen miles que le roban un aliento al hambre. La mayor gracia del Piedra es que introduce al espectador en ese mundo de gimnasios derruídos, donde unos soñadores improbables construyen sueños inverosímiles en medio de la apabullante adversidad.

El director Rafael Martínez logra ese propósito gracias a una cámara intrusa, que todo lo mira, y a unos personajes entrañables que parecen haber estado en la lona toda su vida. Esos elementos, sumados a una música de primera, hacen que la persona se olvide de los esporádicos tropiezos narrativos del guion y termine celebrando la mayor victoria de un perdedor entrañable.

MAURICIO REINA

CRÍTICO DE CINE

Twitter: @ReinaMauricio