Esta es la historia de Fabergé, el joyero de la realeza rusa

Este sábado y domingo, el documental del artista de la realeza rusa, en la salas de cine del país.

Esta pieza es una de las nuevas de la compañía Fabergé, que sigue la tradición de su creador. Elaborado en perlas y diamantes. Foto: Cortesía Cine Colombia

03.08.2018 20:20 Actualizado: 03.08.2018 23:16

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Para Peter Carl Fabergé (1846-1920), las joyas eran sinónimo de arte. Su obsesión siempre fue llevar un paso adelante el arte de hacer objetos preciosos, y lo logró. De eso dan cuenta las más de 200.000 piezas que salieron de su taller, entre las que se están el medio centenar de huevos de Pascua que hizo para la familia real rusa.

Un viaje por la vida de este genial joyero y artista ruso, desde Rusia hasta Nueva York, es lo que ofrece el documental 'Fabergé'. Se podrá ver este sábado y domingo, a las 12 p. m., en algunas salas de cine del país.

Peter Carl Fabergé fue el heredero de una empresa joyera familiar de San Petersburgo, y con los años se convirtió en el joyero oficial de la realeza rusa.

Si bien su maestría e innovación en el diseño de joyas es palpable a través de broches, dijes, bomboneras y miniaturas exquisitas, su fama la debe a los huevos de Pascua que le fueron encargados por los zares Alejandro III y Nicolás II.

Estas piezas son consideradas no solo obras de arte majestuosas, sino genialidades de diseño e ingeniería, en especial por los mecanismos internos que permiten el movimiento de sus objetos.

Patrick Mark, director de esta producción, le contó a este diario que precisamente es la complejidad de esos huevos lo que los convierte en piezas únicas, más allá del número de piedras preciosas que contengan.

Caricatura antigua del zar Nicolás II recibiendo uno de sus famosos huevos de Pascua de manos de su joyero Fabergé. Foto:Cortesía Cine Colombia

“Nosotros tenemos una expresión que dice ‘el todo es mayor que la suma de sus partes’. Lo que quiero decir con esto es que el objeto terminado es mucho más importante y valioso que cada una de sus partes por separado. Por ejemplo, un huevo imperial está cotizado en 30 millones de dólares, pero si se derritiera el oro o si se vendieran los diamantes por separado, costaría muchísimo menos. Estaría en 10.000 o 20.000 dólares máximo. Hay algo increíble en esa especie de alquimia y esa magia que emanan los objetos Fabergé”, explica el cineasta.

Luego de una dispendiosa investigación sobre los objetos del joyero ruso del siglo pasado, Mark le revela al espectador, por ejemplo, curiosidades en torno al ‘huevo perdido’, descubierto hace poco en un museo de minerales en la capital rusa. También aparecen los huevos Imperial y Perla, que contiene más de 3.000 diamantes y perlas.

Fabergé es un epítome tangible de la historia de la Rusia imperial a comienzos del siglo XX.

“El proceso fue muy difícil porque cada uno de los objetos hechos por la compañía de Fabergé, que son más de 200.000, viene con una historia que contar. Claro, hay algunas más interesantes que otras; por eso fue difícil decidir cuáles queríamos relatar. Los huevos imperiales de Fabergé, que son más de 50, eran claramente los más importantes, pero no se podía contar la historia de todos por el limitado tiempo que tenía el documental”, comenta el director.

Con la llegada de la revolución, el taller de Fabergé, que se daba el lujo de contar con los artesanos más relevantes de entonces, debió cerrar. Él alcanzó a salir para Lausana (Suiza), en donde terminó sus días.

“Pienso que Fabergé es un epítome tangible de la historia de la Rusia imperial a comienzos del siglo XX. Estos objetos están cargados de una época muy interesante porque, claro, los asociamos con la caída y el asesinato de la familia Romanov. Por eso pienso que siempre tendrán una magia implícita en ellos. Y siempre tendrán un simbolismo y una importancia que nunca desaparecerá”, concluye Mark.