De manera fugaz pasó por algunas salas de Cine Colombia 'El testigo', un documental sobre el trabajo del fotógrafo Jesús Abad Colorado.
Quizás pocos colombianos reconozcan su nombre, pero con seguridad muchos han visto sus fotografías, empezando por aquella del cristo mutilado de la iglesia de Bojayá. Y es que, a fuerza de cubrir orden público, Abad se convirtió en cronista de la guerra y en testigo de la desolación de las víctimas.
Dirigido por la británica Kate Horne y producido por Caracol Televisión (ante esta clase de trabajos, no hay que ahorrarse los créditos), el documental parte de algunas de las fotos más emblemáticas de Abad, y lo acompaña a recoger sus pasos donde las tomó.
De su mano, el espectador recorre el camino de la infamia, desde la peregrinación adonde fueron asesinados sus abuelos, pasando por la visita a una pareja que tuvo la ocurrencia de casarse tras la toma de Granada, Antioquia, por las Farc hasta la ceremonia en que Pastor Alape encaró a las víctimas de la masacre de Bojayá.
La gracia del documental no radica en el registro que hace de las fotos de Abad, sino en la mirada que arroja sobre las víctimas del conflicto. A la infinita tristeza que atraviesa sus rostros, se suma la desolación de atestiguar que la vida sigue igual: los malos cambian de nombre, pero la población civil sigue sometida por el miedo. Ahora que el país está oyendo los testimonios de las víctimas del conflicto ante la Jurisdicción Especial para la Paz, 'El testigo' funciona como otro acicate para la memoria.
Las fotografías de Abad Colorado se exponen en el Claustro de San Agustín de Bogotá hasta el 17 de diciembre.
MAURICIO REINA
Crítico de cine