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‘Simone Veil no es un ícono a mis ojos, es más que eso’
Entrevista con el director Olivier Dahan sobre su película que narra la vida de la política sa
Elsa Zylberstein dio vida a Simone Veil de adulta, quien fue sobreviviente del genocidio judío durante la Segunda Guerra Mundial. Foto: Cortesía Cine Colombia
Las biografías de personajes históricos llevadas al cine no siempre cuentan con buena fortuna. Eso lo sabía bien el director Olivier Dahan cuando se embarcó en la empresa de llevar a la pantalla la vida de la humanista y política sa Simone Veil, testigo y sobreviviente del genocidio judío durante la Segunda Guerra Mundial y quien dedicó su vida a defender los derechos humanos y de la mujer y a combatir la injusticia en todas sus formas.
El resultado es Simone, la mujer del siglo, la última película de Dahan, quien completa así su trilogía de grandes mujeres del siglo XX, después de realizar La vie en rose y Grace of Monaco. Tras superar el millón y medio de espectadores en Francia, la cinta se estrena el jueves en Colombia, distribuida por Cine Colombia, que cedió esta entrevista con el director francés.
Desde que terminé de escribir 'La vie en rose' quise hacer una trilogía de biografías femeninas, centrándome sucesivamente en una artista, una actriz y una política
¿Por qué quiso realizar este proyecto?
Desde que terminé de escribir La vie en rose quise hacer una trilogía de biografías femeninas, centrándome sucesivamente en una artista, una actriz y una política. Elsa Zylberstein (protagonista de la cinta) vino a verme, en un momento en que ya no deseaba hacer películas, para proponerme que hiciera una película sobre Simone Veil. Era la oportunidad de terminar esta trilogía que habla de hechos, y no solo de personas, que me preocupan, o incluso me obsesionan, en la vida. Contar cinematográficamente la vida de una persona es una forma de acercarse a la historia del país o de una época, de desarrollar temas sociales y psicológicos, de reescribir la historia con un ángulo específico y personal. De hecho, es lo contrario de un biopic. Los productores de la película lo comprendieron y confiaron en mí para este proceso concreto.
Como todos los ses de mi generación, es una mujer que hemos estado acostumbrados a ver en televisión a través de algunos discursos emblemáticos. Y al igual que todo el mundo, no conocía bien su vida, su trabajo como magistrada e incluso como política. Empecé leyendo su autobiografía. El libro empezaba en La Ciotat, donde yo nací, porque allí pasaba sus vacaciones antes de la guerra. Eso me llamó la atención. Y yo también llevaba tiempo queriendo hablar de este periodo. Mi padre, activista antirracista y “fugitivo” de las redadas alemanas, también debió haber influido en mí. Los últimos 15 minutos de la película son la suma de lo que quería decir con esta película y la verdadera razón por la que intenté hacerla.
¿Cómo se documentó?
Leí casi todo sobre Simone Veil. Leía y escribía al mismo tiempo, hasta que fue tomando forma. La investigación me sirvió de mucho, pero sobre todo me dejé guiar por la intuición para las escenas principales, que no estaban necesariamente documentadas. No hay documentación sobre intimidad y sentimientos. Debía afinar la intuición. Me encerré durante dos meses y dos semanas, y escribí sin parar ocho horas diarias, con todos los libros abiertos a mi alrededor, pero también artículos, entrevistas, documentales. Me convertí en los personajes de la película y lo mezclé todo con mis emociones familiares. Solo elegí lo que me interesaba, con una subjetividad totalmente asumida. En cualquier caso, si un retrato íntimo no es subjetivo, está condenado al fracaso. Por otro lado, debía ser justo. Y es a través de la subjetividad como intento encontrar la exactitud. Hay que hablar de uno mismo, encontrando el límite, para no primar sobre la historia de los personajes. Tuve la suerte de conocer a Marceline Loridan-Ivens y Ginette Kolinka (escritoras y sobrevivientes de Auschwitz) y Paul Schaffer (participante en las Juventudes Hitlerianas y fundador de la Colonia Dignidad), los escuché, los miré...
Viel fue una política y magistrada sa, defensora de los derechos humanos. Foto:Cortesía Cine Colombia
La construcción en mosaico, que nos lleva de una época a otra a través de rimas emotivas, se impuso...
Escribo así, sin hacerme preguntas. Para mí, esta escritura no es una obra intelectual. No se trataba de ir más allá de la cronología para crear un estilo. Para mí, una historia no es necesariamente lineal y este enfoque también me permite dar rienda suelta a mi creatividad. No son flashbacks ni flashforwards, sino rimas. Rimas de colores, sonidos, palabras... He querido ir más lejos que en La vie en rose en esta investigación narrativa, lo que significa que el retrato completo solo aparece al final.
Para mucha gente, Simone Veil es un ícono. ¿Cómo la humanizó?
¡Hablando de mí mismo! Esto es cierto para todas las películas, y más aún para un retrato cinematográfico. Si no hablas de ti mismo, en el sentido más amplio –de tu familia, de tu historia–, no estás hablando de nada. Es imposible precisar a alguien en una película. Aparte de pedacitos de ti mismo. Dicho esto, Simone Veil no es un ícono a mis ojos. Ella es más que eso. Hay que leer sus textos.
Ferozmente independiente y rebelde desde joven, Simone Veil estaba profundamente unida a su familia. ¿Era este equilibrio entre estos dos polos lo que le permitía mantenerse en pie?
Lo que he intentado demostrar es que, por muy fuerte que fuera, Simone Veil no podía mantenerse en pie en todo momento. Nadie puede estar de pie todo el tiempo. El hecho de que perdiera a casi toda su familia en los campos de concentración explica que siempre tuviera un pie entre los muertos, lo que no fue fácil ni para ella ni para quienes la rodeaban. Y la fuerza es muy puntual. Como todo el mundo, Simone Veil muestra una verdadera fortaleza en ocasiones, pero se desmorona en otros momentos, sobre todo cuando la duda o, incluso, la tristeza se cuelan en ella. Por otra parte, creo que nunca tuvo miedo. Supongo que cuando sales de un campo de concentración a los 17 años te vacunan contra el miedo.
La madre de Simone Veil es fundamental en su carrera.
Veil heredó la aversión a la injusticia de su madre y después de su muerte se hizo aún más esencial en su vida. La figura de la madre está en el corazón de la película y es una de las razones importantes que me llevaron a escribir este guion.
La experiencia de los campos de concentración refuerza aún más este rechazo a la injusticia.
Creo que esos campos agudizaron el carácter de Simone Veil, pero ya tenía este temperamento desde antes. Esto es lo que me interesaba. Los campos de concentración no crearon a Simone Veil, pero le hicieron insoportable la injusticia de forma epidérmica. Esto es lo que hace que su viaje sea especial, porque muchas personas se derrumbaron incluso cuando sobrevivieron.
Las luchas que quería priorizar no estaban guiadas por un deseo de exhaustividad, sino de transversalidad. Para ella, no importaba el origen de los seres humanos, de qué etnia, de qué religión
La película también arroja luz sobre ciertos aspectos menos conocidos de la obra de Simone Veil, como su compromiso en favor de unas condiciones más humanas en las cárceles argelinas.
En realidad, Simone Veil trabajó los mismos temas durante toda su vida. Las luchas que quería priorizar no estaban guiadas por un deseo de exhaustividad, sino de transversalidad. Para ella, no importaba el origen de los seres humanos, de qué país, de qué etnia, de qué religión. Simone Veil fue muy política en el sentido noble del término. No fue una “política”; siempre fue una magistrada de corazón y sus mayores batallas las libró a través de la legislación.
Como sabemos, la representación de los campos de exterminio en el cine siempre ha sido objeto de debate y plantea, para algunos, una cuestión moral. ¿Cómo lo abordó?
Me hice muchas preguntas sobre la representación y recorté escenas del guion. ¿Qué podía mostrar cuando ya todo se había dicho y mostrado? Sin embargo, me dije a mí mismo que el hecho de que los campos de exterminio ya hubieran sido mostrados no significaba que las generaciones más jóvenes los conocieran. No es evidente que la generación más joven haya visto La lista de Schindler, Shoah, El pianista o incluso El hijo de Saúl. Quería hacer una película accesible y exigente. Entonces, ¿qué podía permitirme mostrar? Filmé una llegada a los campos, la primera deshumanización.
Luego encontramos el fuerte episodio tras la liberación de algunos campos.
Después de la ‘marcha de la muerte’ ocurrió toda una secuencia de hechos, peores que Dachau y Auschwitz, cuando el Reich se derrumbó. Una especie de desplazamiento durante el cual se produjeron violaciones, asesinatos, etc. Quería abordar este episodio de una manera no descriptiva. Utilicé un largo texto de Simone Veil, sobre el cual incluí imágenes de paisajes que se desarrollan secuencialmente. A medida que avanzamos en la toma, retrocedemos en el tiempo. El texto es un relato literal de cómo, después de Auschwitz, se puede caer aún más en el infierno. Para mí, esta es probablemente la parte más importante del suceso de los campos de concentración: el relato literal cuenta por sí solo la historia. Ni siquiera pude añadir una palabra o eliminar una frase.
La cercanía de Simone y Antoine Veil es palpable.
Quería mostrar la fuerza de la pareja en la película. No creo en una mujer que lo consigue todo por sí misma, ni en un hombre que lo consigue todo por sí mismo. Creo en la fuerza de dos personas haciendo algo. Simone Veil libró sus batallas con su marido al lado. Los mayores avances de Simone Veil los consiguieron dos personas. Es una dimensión que intenté evocar lo mejor que pude en la película. Simone y Antoine, juntos, crean una reacción química y una sinergia que multiplica por diez su fuerza.
Simone Veil solía decir: “Europa es la paz”. Cuando escribía esta película me preguntaba si esta frase seguiría siendo pertinente y actual en 2020. La guerra de Ucrania responde a estas dudas
También menciona el compromiso de Simone Veil con Europa, que consideraba la mejor garantía de una paz duradera.
El objetivo inicial de la construcción europea, tal como la imaginaron sus fundadores, entre ellos Simone Veil, es la paz. Además, en cuanto Europa se debilita, como ocurre hoy, surgen tensiones bélicas. En este sentido necesitaba hablar de Europa y me parece que es el único camino. Por desgracia, hoy en día, la economía y el capitalismo desenfrenado han primado sobre todo lo demás. Simone Veil solía decir: “Europa es la paz”. Cuando escribía esta película me preguntaba si esta frase seguiría siendo pertinente y actual en 2020. La guerra de Ucrania responde a estas dudas.avilloso.
Las distintas épocas están cuidadosamente reconstruidas, sin entorpecer en ningún momento la fluidez de la narración. ¿Cómo trabajaba en las locaciones?
Basado en la investigación, en colaboración con el director de arte Christian Marti y su equipo. Hay una mezcla de decorados intimistas e históricos, con algunas libertades, porque no me gusta sentirme totalmente atrapado en una época e intento sobre todo evocar una atmósfera y un sentimiento más que reproducir una realidad histórica. Sin embargo, partimos de esta realidad histórica para ver qué podíamos hacer con ella.
¿Cómo surgió la idea de la interpretación de Simone Veil?
La mayor dificultad era tener dos actrices para el mismo papel, pero, como suprimí la temporalidad clásica de la historia, funcionó con naturalidad. Porque al final, ¡es la misma persona! Prefiero esta técnica a los efectos digitales.
Rebecca Marder y Elsa Zylberstein interpretan a Simone Veil, en edades diferentes.
Encontramos a Rebecca muy rápidamente haciendo casting. ¡Fue una revelación! No la conocía y fui a verla a la Comédie-Française y me di cuenta de que tenía una capacidad de trabajo fenomenal. Lo que me gustó fue que tenía un enfoque muy intuitivo, muy puro. Elsa tuvo menos libertad en la medida en que interpreta a una Simone Veil que conocemos por los medios de comunicación. La dificultad, pues, venía del hecho de que debía interpretar a un personaje público del que todos tienen un recuerdo más claro. Elsa trabajó más con la suma de emociones de toda una vida. Elsa asumió el desafío trabajando mucho contra la corriente y aprovechando sus emociones más difíciles. Interpretar a Simone Veil no es fácil. El trabajo de ambas es marravilloso.