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El don de hacer cosas ‘estúpidas’ mientras se habla de cosas oscuras

A HBO Max llegó la novena temporada de 'Last week tonight', del presentador John Oliver. Entrevista.

En cada programa, Oliver ofrece su perspectiva distinta sobre los problemas del mundo.

En cada programa, Oliver ofrece su perspectiva distinta sobre los problemas del mundo. Foto: Foto. HBO

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John Oliver, cuando responde con su marcado acento británico, tiene dos tonos claves: uno muy serio cuando está explicando cierto tema, y otro cuando desbarata todo lo que estaba diciendo con algún comentario irónico, divertido y acertado. John Oliver habla como habla en su show. Y es que, si el mundo se está cayendo a pedazos, pues no queda más que reír y seguir andando. Aunque hay casos en los que hay personajes tan ridículos (cof cof) en los gobiernos, que resulta difícil hacer sátira porque igualmente el objetivo es mostrar la gravedad de lo ridículo. Por ejemplo, Oliver ahora está aliviado de que Trump no siga en la Casa Blanca.
Para John Oliver ha sido una alegría volver al estudio a grabar su reconocido programa Last week tonight, pues regresa el público a su show y las risas ya no serán falsas, o por lo menos “no tanto”. Su espectáculo, además, ahora está en HBO Max, ya se estrenó su novena temporada, y seguirá con su “mala costumbre” de analizar la actualidad de la semana en noticias, política y eventos actuales.
EL TIEMPO entrevistó a Oliver junto con periodistas de varios países.

En uno de sus programas hace un tiempo, en el que hablaba de Venezuela, mencionó a Colombia y sus comentarios no cayeron bien; incluso el Gobierno le envió una carta sobre el tema. ¿Colombia pinta algo en su programa este año?

Sí, me encantaría. No recuerdo exactamente ese caso... lo que pasa es que hablar de historias internacionales se trata de encontrar el mejor ángulo y el mejor tiempo para hacerlo. Alguna veces puede ser la excusa de una elección hablar sobre cierto país, por ejemplo, con Brasil, Francia... que son elecciones masivas y el impacto de lo que se decida será tremendo. Algunas veces no se basan en elecciones, pero sí vale hablar de ciertos países. El año pasado hicimos un especial sobre Taiwán con la idea de que hay una larga historia de países que son los que han tomado las decisiones sobre Taiwán. Entonces, sí, siempre es interesante tener la capacidad de dibujar historias internacionales. Normalmente nos ayudan las elecciones porque te estás dirigiendo a la gente en un corto periodo de tiempo y le cuentas lo que pasa en un país en 22 minutos sobre, por ejemplo, Colombia.

En temporadas pasadas usted habló de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro formó parte de la agenda de su programa... ¿Lo va a tocar nuevamente?

Me parece muy poco probable que no lo volvamos a mencionar. Creo que no hay nada que no sea absolutamente interesante para mí en el caso brasileño. Así que sí, no lo puedo prometer pero no veo un mundo en el que no cubramos las elecciones brasileñas. Y por cierto, lamento mucho por lo que tendrán que pasar ahora. (risas)

Como en Brasil, en Francia también hay elecciones, y tienen a su propio Donald Trump, que es Eric Zemmour...

(Risas) Cuando piden que se hable de sus elecciones no es porque creen que las cosas estén yendo bien sino todo lo contrario. Nunca me dicen: “por favor, habla de nuestras elecciones porque tenemos muy buenos candidatos”. En lugar, la gente me dice: “por favor, muestra nuestro dolor. Muestra todo lo que estamos pasando”... Sí, sí vamos a contar el dolor por el que los ses están pasando.

¿Cuál fue el principal reto para usted de regresar al estudio?

Normalmente nos ayudan las elecciones porque te estás dirigiendo a la gente en un corto periodo de tiempo y le cuentas lo que pasa en un país en 22 minutos sobre, por ejemplo, Colombia
No hubo, fue un alivio regresar porque estuvimos trabajando en apartamentos en Nueva York, lo cual no era lo ideal. Durante un año y medio lo que se hizo para tener el show al aire todas las semanas fue increíble. Y creo que lo más emocionante de regresar al estudio fue ver todo en gran escala, que caigan osos de peluche del cielo... eso fue muy divertido. En el estudio se pueden hacer cosas maravillosas, en un apartamento es más difícil y más pensando en que hay gente viviendo debajo tuyo.

¿Cómo enfrentan las 'fake news'?

Jhon Oliver es comediante y presentador británico.

Jhon Oliver es comediante y presentador británico. Foto:Hbo Max

Nosotros gastamos semanas y semanas en las historias y nos aseguramos de que todo lo que contamos sea defendible y sustentable. Hacemos revisión de datos porque no queremos caer en falsas noticias. Así es como montamos nuestro show. No me imagino que lo pudiéramos hacer de una manera distinta. La única manera como sabemos hacer este show es con una severa investigación y un riguroso proceso porque queremos hacerlo bien. Y también es que si hacemos alguna historia mal, pues podríamos ser demandados, no es que no hayamos sido demandados nunca (risas), pero no tanto como podría haber ocurrido... La idea no es tratar de que no nos demanden, la idea es asegurarnos que cuando seamos demandados no perdamos. Entonces, esta es la única manera de hacer este show.

¿Siente que la gente reacciona diferente al 'show' ahora a cuando hacía hace unos años? Ahora todo el mundo está muy enojado.

(Risas) Es una pregunta muy interesante porque creo que está en lo correcto. Creo que la crítica de buena fe es algo abrumadoramente positivo y nosotros tratamos siempre de recibir y trabajar sobre la crítica de buena fe. Nosotros siempre hacemos las historias con la idea de que se entienda el argumento. No necesariamente se estará de acuerdo con el argumento, pero sí se quedará enganchado en la crítica de una historia o en la solución de lo que crea que sea beneficioso en esa historia, casi que al comienzo de la historia. Entonces, en el mejor escenario es que cocinamos crítica de buena fe en la historia para hacerla más estructurada. En cuanto al ruido negativo, es mejor ignorarlo. Se siente que la distinción está en que uno se asegure de discernir de la buena fe y de la mala fe, escuchar de dónde viene la buena crítica e intentar ignorar la mala. Sé que mientras la crítica se vuelve cada vez más voluminosa es más difícil distinguir entre los dos, pero vale la pena intentarlo. No creo que cambie en su fundamento la manera como hacemos el show. Creo que si hubiéramos hecho el show hace cincuenta años el volumen general de las críticas sería menor.

¿Era más fácil hacer sátira cuando Trump estaba en la presidencia?

Es un alivio que se haya ido, aunque quiere volver a la presidencia, en su presidencia no sé cuántas veces lo mencionamos. Pero para esa pesadilla aún faltan unos años y no vale la pena empezar una campaña presidencial tres años antes de las elecciones. Así que es un alivio. Donald Trump es una figura tan ridícula... En la sátira ocurre que frecuentemente el lugar a donde quieres llevarla es un lugar importante, pero con él lo que pasaba es que lo que él hacía era tan ridículo que tocaba mostrarle a la gente por qué eso era importante, como una especie de protesta de lo que estaba sucediendo. También ocurre que con las figuras políticas que son ridículas hay tanta risa que a menos que uno sea cuidadoso puede gastar todo el tiempo en reírse de ellos en lugar de mostrar las cosas importantes, en un mal sentido. Ese es el reto cuando tienes tantos personajes ridículos al mismo tiempo. Uno debe asegurarse de no seguirles el juego y no dejar de lado las cosas que son importantes. Ese fue el reto.

¿Le ayudó la pandemia a plantear su 'show' de una manera distinta?

Fue aún mejor regresar al estudio, si antes me gustaba ahora me gusta aún más. Me siento muy agradecido con todo el equipo. No tengo muchos buenos recuerdos del primer año de la pandemia, pero los que sí recuerdo es cómo logramos mantener el show.

¿Las malas noticias son mejores que las buenas noticias para el 'show'?

Bueno, no estoy seguro de eso. El show no es tanto sobre noticias sino sobre los problemas del sistema. Creo que es probable que nos sintamos atraídos por las cosas oscuras o complicadas. Creo que en general nosotros tratamos de mostrarle a la gente cosas que no han visto antes, y es ahí donde nos movemos fuera de la idea de noticia per se, de esa noticia que todo el mundo ha visto durante la semana. Nos gusta ir en otra dirección y poner el foco en donde nadie más ha puesto el foco durante la semana. Sí, creo que me gusta tener la habilidad de hacer cosas increíblemente estúpidas mientras se habla de cosas oscuras. Si tenemos demasiadas historias oscuras nos inclinamos a hacer cosas aun más divertidas, más estúpidas. Creo que es darle lo que la gente merece después de cenar vegetales en la noche (risas).

Como su 'show' se volvió más conocido, ¿ha sentido que los gobiernos locales reaccionan de una manera distinta?

Trato de no gastar demasiado tiempo en mirar las reacciones. Cuando terminamos una historia, estamos pendiente de las siguientes cinco. Tratamos de mirar las críticas, pero la verdad es que cuando terminamos un show ya estoy cansado de ese show y ya quiero el siguiente. Es raro que regresemos sobre algo.
SIMÓN GRANJA MATIAS
REDACCIÓN DOMINGO 
@SIMONGRMA

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