Según la historia de unas seguidoras de Mario Cimarro, lo conocieron en Cuba y luego, con el espíritu de un paparazzi, quedaron absolutamente dichosas viendo sus músculos mientras el actor hacía ejercicio en la terraza de su casa de La Habana.
Para ellas, era un espectáculo. Para él, parte de su disciplina y formación. Y dice que a los 51 años, sigue siendo un deportista de alto rendimiento que se levanta todos los días a las 4 de la mañana, hace ejercicio y, si está en algún proyecto, se va al set al que llega con 45 minutos de antelación al llamado, “para estar listo con la caracterización, para volver a estudiar las letras y para ser útil en lo que se necesite”.
Hace algunos meses volvió a Colombia para grabar '
Pasión de gavilanes 2', la telenovela que se hizo en el país hace 18 años con libretos de
Julio Jiménez y que el escritor retomó en esta temporada.
Juan Reyes ha cambiado, dice Cimarro, pero no pierde su esencia de buen tipo y de ser el que une a su familia, ahora con su esposa y tres hijos, como lo hiciera con sus hermanos.
Pese a que ha hecho otros personajes en telenovelas como 'El cuerpo del deseo', 'Gata salvaje', 'Amor latino', 'La usurpadora' y 'Acapulco, cuerpo y alma', definitivamente Juan Reyes lo puso, para varias generaciones, en un pedestal importante en la historia de este género.
Aunque todavía no se ha anunciado la presentación de la telenovela en Colombia, ya se ve en Estados Unidos y España, entre otros.
Y cuenta con buena parte del elenco protagónico de la primera parte, en el que están Danna García (Norma Elizondo), Juan Alfonso Baptista (Óscar Reyes), Paola Rey (Jimena Elizondo), Natasha Klauss (Sara Elizondo), Zharick León (Rosario Montes), Michel Brown (Franco Reyes) y Kristina Lilley (Gabriela de Elizondo).
El personaje de
Jorge Cao (Martín Acevedo) lo hace ahora Germán Quintero.
Cimarro contestó esta entrevista para EL TIEMPO.
Ha pasado un tiempo largo. ¿Cómo fue retomar a Juan Reyes?
Como si hubiese terminado la primera temporada hace unos meses, porque los fans en estos 18 años me han mantenido interpretando a Juan ya sea en presentaciones personales, cameos y videos donde el personaje constantemente está abriendo sus alas en situaciones muy interesantes.
En su opinión, ¿cuál fue el cambio más importante del personaje y cómo lo interiorizó?
A diferencia de la primera temporada donde el personaje se ve forzado a convertirse en papá de sus hermanos, ahora ya la vida lo pone donde él merece: casado y responsable de su propia familia, con sus hijos casi hombres. Por lo tanto, cada arruga en su rostro es bien merecida, pues fue capaz de hacer feliz a una mujer rica, de otro estrato, inalcanzable para un tipo humilde y de campo, sin estudios como él, y le dio hogar a tres hijos con lo único que sabe hacer: con sus manos echando para adelante un negocio de cría de caballos.
Los 'fans' en estos 18 años me han mantenido interpretando a Juan ya sea en presentaciones personales, cameos y videos
¿Cómo fue el reencuentro con sus compañeros de trabajo de ‘Pasión de gavilanes’?
Muy entrañable. No me cabe la menor duda que juntos creamos este universo mágico de Pasión de gavilanes. Por eso yo los llamo ¡el dream team!
En la primera parte, su hijo estaba chiquito. Ahora, Juan ya tiene tres hijos grandes. ¿Cómo fue establecer esa relación con los actores?
Estudie mucho cómo los padres resuelven las situaciones con varios hijos varones. Y es muy interesante pues diferentes autores coinciden en que muchas cosas se organizan y solucionan analizando como ellos, ya grandes, lo hacían con situaciones que tenían cuando eran pequeños. Así trabajé esta parte de la historia.
En estos años, ¿cuál fue su cambio fundamental?
La pérdida total de la inocencia. Ya no confío tan fácil. Como actor, uno nutre mucho el niño interior y se entrega al proceso, pues la imaginación es fundamental para interpretar. Esa inocencia hay que tratar de mantenerla intacta como profesional, pero no como persona.
Usted siempre anda con un libro. ¿Qué está leyendo ahora?
'The Happiness Advantage', de Shawn Achor. Lo acabo de leer y lo recomiendo mucho.
Cuándo llegó a Colombia, a hacer ‘Pasión de gavilanes’ 1, ya había leído a García Márquez. ¿Qué le sigue diciendo su literatura?
Que vale la pena vivir. Que hay magia en cada rincón, esquina, campo o situación que te ponga la vida. ¡Y que por eso hay que vivir siempre intensamente!
Ya no confío tan fácil. Como actor, uno nutre mucho el niño interior y se entrega al proceso, pues la imaginación es fundamental para interpretar
Ahora con este regreso a Colombia, ¿cuál fue la primera persona que quiso saludar o una comida que lo antojara de nuevo y qué nostalgia le trajo?
Lo primero que hice fue ir a El Pórtico y pedir una carne a la fragua con yuca chorreada. Allí rodamos la primera temporada y era mi lugar de almuerzo o cena preferido. Los recuerdos están muy presentes.
¿Cuál es su posición sobre los hechos que han pasado en su país en los meses recientes? ¿Qué espera que pase?
Duele, nos ha dolido por más de 50 años y ahora aún más. Es una crisis humanitaria sin precedentes. Niños y jóvenes cubanos de entre 12 y 18 años continúan prisioneros del régimen, en violación directa del propio marco legal de Cuba, de todos los preceptos del derecho internacional y de los tratados que protegen su derechos. ¿Cuáles son sus crímenes? Protestar pacíficamente exigiendo la libertad.
¿Le dio alegría volver a Colombia?
Mucha. Hace casi 20 años llegué a estas tierras lleno de ilusión y ganas de estar, contribuir y colaborar. Y en la cuna del realismo mágico, que tanta influencia tuvo e mi infancia, Juan Reyes y 'Pasión de gavilanes' cambiaron mi vida, y la de muchos de ustedes. Por eso vale la pena estar.
CULTURA
EL TIEMPO