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La migración no es cómo la pintan: así es 'Un parcero en Nueva York'
Harold Trompetero dirige esta tragicomedia sobre un colombiano que persigue el sueño americano.
Película colombiana Un parcero en Nueva York Foto: Harold Trompetero Producciones
Armando Pulido Rico –Carachas, para sus amigos– acaba de aterrizar en uno de los aeropuertos más concurridos del mundo, el de Nueva York. Llegó con papeles al día y algo de dinero después de –literalmente– vender un riñón en la clandestinidad para poder viajar. Su prima, la acomodada que triunfa en la Gran Manzana (en negocios no muy santos), lo dejó plantado y no le responde el celular.
Está solo, no habla inglés, no conoce la ciudad, y el frío –de 12 grados bajo cero– le cala los huesos. Es apenas el principio del periplo doloroso que enfrentará en el país del norte. Por lo menos en principio.
“Esta era una deuda que tenía con la vida" cuenta el cineasta Harold Trompetero sobre su película que acaba de estrenarse en los cines, 'Un parcero en Nueva York'. "Yo viví 8 años allá y pude presenciar la historia de miles de personas que van en busca del sueño americano y en ese proceso sacrificaban muchas cosas”.
'Un parcero en Nueva York' es una apuesta narrativa y visual interesante, con un relato y actuación estupenda y con las características de una producción a gran escala, “pero con el presupuesto de una miniproducción”, dice Harold. Carlos Hurtado encabeza en el reparto de esta historia que va del ojo aguado a la risita cómplice.
Película colombiana Un parcero en Nueva York Foto:Harold Trompetero Producciones
“Estar en Nueva York, con una sensación térmica de 15 grados bajo cero... y uno se queja del frío de su tierrita... pero esto es algo indescriptible. Fue una actuación muy vivencial, algo que a mí como actor me aterra porque altera la psiquis y hasta el genio; pero el resultado se nota, es abrumador y satisfactorio ver otra vez esa faceta mía que hacía rato no sacaba”, confiesa Hurtado.
Hay momentos en los que uno no sabe si reír o llorar. El personaje atraviesa unas desgracias terribles, pero su inventiva y tesón lo hacen reinventarse
Harold Trompetero (H. T.): Sí, ese era mi objetivo principal, lograr una película donde se ría y se llore a la vez y quede uno con el corazón en la mano, y creo que lo logramos. Si bien la película fue hecha en un 70 por ciento en Estados Unidos, es una película 'supercolombiana' que resalta las cosas bellas de nuestro país, nuestra comida, el cariño de nuestra gente, nuestra berraquera, y es una invitación a que a pesar de todos nuestros problemas nos quedemos en Colombia para hacer un mejor país y esa contradicción logra que no solo le robe risas al espectador sino también lágrimas, según he visto.
Es muy interesante el planteamiento sobre la migración. En muchos casos, cambiará la perspectiva que se tiene. ¿Cómo se preparó para su personaje?
Carlos Hurtado (C. H.): Yo parto de que la actuación es un juego con unas reglas. Esta vez, las reglas son el frío, la soledad, el amor hacia la tierra, y creo que con esas premisas arranqué a jugar. Y mi director me guio y me cuidó, y confié en mis compañeros, que son el 80 por ciento de mi actuación y que jugaron a lo mismo.
¿Cómo se maduró esta idea y cuánto tiempo tardó en hacerla en realidad?
H. T.: La idea concreta la tuve hace como 5 años, y la íbamos a rodar justo antes del covid; ya hacia el final de la pandemia estábamos organizando una pequeña película, que se llama 'Palabras que se lleva el mar', que íbamos a filmar en una isla del Pacifico colombiano.
Es una película con una sola actriz y como 5 personas de producción, no había presupuesto para más después de la pandemia; hasta que recibimos unas llamadas de gente que quería que hiciéramos el 'Parcero' porque sentían que era una película que encaraba de manera cómica la realidad de muchas personas en Latinoamérica luego de esta crisis que había enfrentado el planeta. Así que ese pequeño equipo con el que me iba para el calor de Bahía Solano acabó en la helada Manhattan haciendo esta película.
Película colombiana Un parcero en Nueva York Foto:Harold Trompetero Producciones
¿Cuáles fueron las mayores dificultades del rodaje?
H. T.: Contamos con unas circunstancias durísimas que nos dieron un valor de imagen y producción que solo las películas de Hollywood pueden lograr y fue el tema del clima; rodamos en medio del peor invierno de los últimos 20 años en Manhattan y eso nos permitió mostrar escenas increíbles en medio de tormentas de nieve.
También contamos con un equipo de fotografía brutal encabezado por Paul Cataño y el equipo de producción allá, a cargo de Verónica Vargas y Yennifer Córdoba, dos colombianas radicadas en Nueva York, que lograron que pudiéramos retratar la ciudad y la realidad que viven los latinos, especialmente los colombianos.
Esta historia nos señala que uno está donde está su corazón. ¿Cuál es el mensaje más potente?
C. H.: La película se estrena en un momento clave de la migración. Desde Argentina hasta México, todos queremos buscar un mejor futuro para nuestra familia, es un punto muy importante.
Pero queremos decirles que el sueño americano no es como lo pintan, no es fácil. Con que logremos que siete guerreros se devuelvan a su pueblo a seguir batallando es mucho, soy de los que creen que la gente buena se ha ido y necesitamos que regresen.