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¡No se la pierda!: la miniserie de los chiflados que arruinaron a Richard Nixon
Robos, espionaje y pelucas de los 70 se ven en White House Plumbers, que está en HBO Max.
Justin Theroux (izquierda) y Woody Harrelson son dos espías un poco extravagantes y corruptos. Foto: HBO Max
E. Howard Hunt y G. Gordon Liddy tenían la misión clara de llevar a la reelección al presidente Richard Nixon e iban a hacer todo lo que fuera necesario para lograrlo: robar documentos, disfrazarse con ridículas pelucas y gafas gigantescas o sobornar al que se atravesara, pero empujaron a su líder a las fauces del mayor escándalo de la política estadounidense: el caso Watergate.
El corredor al poder es largo, brillante pero resbaloso, y tanto Hunt como Gordon Liddy pasaron a la historia como una especie de escuderos fieles y aventureros, pero que tomaron las peores decisiones. Ambos eran saboteadores profesionales, espías consumados y los encargados de entregarle a Nixon las filtraciones de información política, movimientos de sus adversarios y documentos para asegurar de nuevo el puesto en la presidencia de su jefe. Pero fallaron.
El dúo corrupto robó de un edificio de oficinas llamado Watergate, en Washington, documentos del Partido Demócrata, pero el hecho fue revelado en la prensa, principalmente por los reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein de The Washington Post, generando un escándalo mayúsculo que desnudó un ecosistema de corrupción que Nixon no pudo frenar ni explicar y lo llevó a renunciar a su cargo como presidente de Estados Unidos en 1972. Lo irónico es que toda la operación que desarrollaron E. Howard Hunt y G. Gordon Liddy parecía innecesaria, ya que el mandatario estaba muy bien en las encuestas para repetir en el cargo.
Justin Theroux (izquierda) y Woody Harrelson son dos espías un poco extravagantes y corruptos. Foto:HBO Max
Ese episodio, contado desde diferentes ángulos en películas como Todos los hombres del presidente o Nixon, así como recientemente en la serie Gaslit, reaparece en White House Plumbers (Los fontaneros de la Casa Blanca), mezcla entre thriller político y sátira descarnada, en la que se revive la operación de Hunt y Gordon Liddy.
Ambientada en los 70, la producción de cinco episodios tiene un ritmo frenético con un creciente tono caricaturesco y entretenido, pese a la gravedad de los acontecimientos que recrea. No en vano, White House Plumbers, que se encuentra disponible en HBO Max, fue desarrollada por David Mandel, Peter Huyck, Frank Rich y Alex Gregory, responsables de la comedia política Veep.
“Todo el mundo sabe que hubo un allanamiento y que eso fue lo que lo desencadenó, todos conocemos la cara B, que fue la de Bob Woodward y Carl Bernstein persiguiendo la historia (como reporteros de investigación), pero esta es mucho más hilarante que esta aburrida historia de The Washington Post de la que todo el mundo sigue hablando”, bromeaba Justin Theroux, quien interpreta a G. Gordon Liddy, en una entrevista a la que tuvo EL TIEMPO.
Renuncia del ex presidente de Estados Unidos a raiz del escandalo Watergate. Foto:Archivo EL TIEMPO
Una insólita historia que tenía que contarse
“Esto fue como: ‘Espera un minuto, este pedazo de carne ha estado tirado en el piso y nadie lo ha tocado...’. Así me sentí cuando leí la historia”, agregó el actor, que tiene como compañero de aventura a Woody Harrelson en el papel de E. Howard Hunt.
“Hay muchas cosas que me sorprendieron. Hay muchas cosas de las que no tenía ni idea. Y creo que es refrescante e interesante, y también más cómico, verlo desde el punto de vista de los ladrones”, comentó Harrelson.
Somos un país amnésico. Yo consideraría el Watergate un acontecimiento bastante reciente, pero la gente dice: ‘Eso fue antes, este es el ahora’
Al ver los episodios (y sin querer arruinar la sorpresa), ambos manipularon información para dañar a otros políticos; Hunt fue el encargado de planear la instalación de dispositivos para escuchar los encuentros y en la serie son retratados como unos locos que pensaron hasta en secuestrar a otros políticos. Todo se les sale de las manos y la serie se aprovecha del poder de la ficción para afianzar la idea de que tenían una personalidad un poco insólita, sumado a las consecuencias de sus actos en el ámbito familiar, un matiz que le da un tono más humano a la historia.
“No me gusta Howard Hunt como ser humano, como una figura histórica, me siento como si hubiera tantas cosas terribles de las que formó parte, y sin embargo, con el tiempo me conecté en particular a la relación con su familia y las cosas que estaban pasando con ellos, todo el circo de eso, ahí es donde empecé a sentir algo por él. Pero siento que al final dejé de preocuparme. No era un buen tipo”, reflexionó Harrelson.
“Somos un país amnésico. Yo consideraría el Watergate un acontecimiento bastante reciente, pero la gente dice: ‘Eso fue antes, este es el ahora’. Creo que desde entonces muchos políticos han estado en esta rueda de hámster de hacer algo que no deberían haber hecho y luego no pagar por ello. Hoy, a la gente le importa menos si alguien hace algo mal. Era impensable que un presidente aprobara un allanamiento ilegal y la gente, incluso en el Partido Republicano, se horrorizaba por ello y, obviamente, eso fue lo que llevó a la dimisión de Nixon en lugar de la destitución. Nos hemos vuelto tan triviales que ese episodio, el espionaje y el robo de información parece casi pintoresco, en comparación con otros acontecimientos políticos recientes”, agregó Theroux, mientras su compañero de la miniserie fue más crítico.
“Tampoco sé si hay el mismo tipo de impulso periodístico para remediar algunas de las cosas injustas que los presidentes y los altos mandos están haciendo, porque si lo hubiera, hay una gran cantidad de cosas en las que podría centrarse la atención”.