Una muerte podría salvar a ‘The Walking Dead’

A diferencia de otras etapas de la serie ‘The Walking Dead’ –cuya primera parte de la octava temporada termina este domingo– en las que el cierre de un ciclo traía consigo una gran expectativa de parte de sus fanáticos, ahora los sentimientos parecen estar más ligados a la preocupación o el desconcierto.

Aunque en los últimos episodios se han recuperado algunos destellos de esa tensión, drama y violencia que funcionaron sin problemas en otras temporadas, ‘The Walking Dead’ parece haber lidiado con una etapa de experimentación narrativa y un frenazo abrupto en su ritmo que no ha sido bien recibido, incluso por los devotos más fieles de la serie.

La necesidad de apuntar a cuestionamientos morales y esa insistente idea de los protagonistas de convertir a sus enemigos en aliados, a pesar de las traiciones, llevó a que este producto televisivo cayera en un círculo vicioso que afectó su ritmo y hasta el desarrollo de esos personajes que antes brillaban o que prometían un giro brutal. Ese fue el caso de Negan: el malévolo y peligroso malvado de esta y la anterior temporada, que terminó convirtiéndose en una caricatura de su poder; a la par con Rick Grimes, que pasó de ser un líder con ciertos conflictos internos a transformarse también en un conciliador recalcitrante.

Aunque no se puede negar que hay en este último aliento de la temporada una clara intención de renovar ese espíritu de lucha y brutalidad que tanto se aplaudía del personaje.

¿Está ‘The Walking Dead’ en el momento preciso para asesinar a uno de sus protagonistas? La respuesta es sí; claro, asumiendo el riesgo de que decidan despedir a uno de los que no tiene tanta relevancia entre los fanáticos, o a algunos a los que ya les vienen ‘cantando su final’. Si resulta ser Eugene, sería algo predecible. Solo la sorpresa le podría dar un nuevo aire a la segunda parte, que se estrenará en febrero del 2018.

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