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The Stand: la serie con virus mortales y el terror de Stephen King
Mirada crítica de la columna Navegantes del Cable, de una nueva producción sobre el fin del mundo.
Muchos dirán con cierto sarcasmo: ‘Una historia alrededor de una pandemia que puede acabar con la humanidad, ¿dónde hemos oído eso?’. Sin embargo, el famoso escritor de terror Stephen King ya lo imaginó en 1978, mucho antes de que habláramos de coronavirus, cepas y cuarentenas, con The Stand, una extensa novela que habla de apocalipsis, gripas infernales y un nuevo mundo.
Otros agregarán: ‘Era obvio que había que aprovechar todo eso y convertirlo en una serie de televisión’. Este relato, que sobrepasa las mil páginas, ha regresado (sí, ya se hizo una miniserie en 1994) como una ambiciosa producción que quiere nadar entre el terror y la ciencia ficción, y pelea entre el oportunismo y la relevancia en estas épocas tan confusas, indisciplinadas y de mucha tensión psicológica.
the stand Foto:Starzplay
The Stand cuenta cómo la humanidad se ve diezmada ante la aparición de un virus gripal que acaba con millones e impone una peligrosa elección a los pocos que son inmunes, entre el bien y el mal, representado en un par de personajes muy peculiares y con una clara orientación religiosa.
En su libro, King desarrollaba batallas morales y conflictos profundos en un ambiente apocalíptico, mientras que la miniserie (que ya tiene disponible su primer episodio y estrenará cada domingo uno nuevo en la plataforma Starzplay) hace lo suyo, experimentando con saltos en el tiempo y con una gran paciencia narrativa para definir las características de quienes llevan el peso de la historia.
Realmente, lo del virus es solo el detonante de otra aventura en la que las circunstancias revelan el bando que van tomando los que siguen vivos. Un panorama prometedor que no está exento de tropiezos: su primer episodio reveló una necesidad un tanto incómoda de querer entregar mucha información al espectador, tornándose un poco confusa y por momentos monótona.
“Veamos el mundo partirse en pedazos, ahora demos un salto atrás para mostrarles a todos los primeros estornudos y la tos como el antecedente de un mal presagio y, claro, no olvidemos dar solo una pizca de lo inexplicable o ensoñador que también tiene esta historia; como si no fuera suficiente, agreguemos un futuro en el que todo parece reorganizarse”, fue de seguro lo que imaginaron sus creadores... Sin duda: un rompecabezas complejo de digerir.
Sin embargo, la serie se esfuerza en no perder el control del todo. Está bien ambientada y no es difícil identificar quienes tomarán el camino del bien y quienes el del mal, eso sí, recalcando que pueden cambiar de bando todo el tiempo.
Se trata de una apuesta a la que le cuesta arrancar, a la que hay que tenerle un poco de paciencia y mucha atención para conectar
En términos generales, se trata de una apuesta a la que le cuesta arrancar, a la que hay que tenerle un poco de paciencia y mucha atención para conectar y que tiene en sus próximos episodios la oportunidad de encontrar el equilibrio, como lo tratan de hacer esos buenos y esos malos que conviven en una trama que si no da un empuje a su historia (tiene con qué hacerlo), podría infectarse del virus del aburrimiento.