Todos tus muertos / Crítica Mente

Una buena noticia: ‘La vida misma’ es mejor que lo que sugiere su tráiler. La campaña publicitaria nos vende una película edulcorada, llena de personajes lindos y felices. Y lo cierto es que tiene mucho de eso, pero también varios momentos oscuros; demasiados, tal vez.

La combinación arroja un filme irregular cuyos mejores pasajes rondan los terrenos de la comedia negra, mientras que los peores se hunden en el más descarado melodrama.

Resumir todas las desventuras que abarca la historia puede llevar mucho tiempo, así que basta con decir que en el centro hay una mujer que perdió a sus dos padres y otra mujer que también; la diferencia entre una y otra (que además son madre e hija) es que unas muertes se narran en ‘off’, con una cámara que mira pudorosamente para otro lado, y otras se muestran de frente y con repeticiones desde distintos ángulos.

El melodrama es la base de la cinta, pero se matiza cuando la historia transcurre en Estados Unidos. El conocimiento que tiene el director Dan Fogelman de la cultura estadounidense le sirve para presentar una historia rica en vitalidad y detalles narrativos.

En contraste, cuando la trama viaja a Andalucía, con Antonio Banderas representando a un terrateniente desalmado digno de un culebrón, la maquinaria manipuladora se revela por completo. Una inquietud final: cuando uno hace sumas y restas, las fechas de la trama no cuadran para abarcar tres generaciones, pero supongo que eso no importa en medio de un arsenal de pañuelos desechables.

MAURICIO REINA

Crítico de cine

@ReinaMauricio