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Lola Índigo, la súperestrella española que quiere conquistar a Colombia
Estuvo en Bime Bogotá, como una de las invitadas del evento que le permitió acercarse a sus fans


PERIODISTAActualizado:
Su nombre es Miriam Doblas Muñoz. El mundo entero la conoce como Lola Índigo. Pero a ella le gusta ser Mimi, la chica que creció en Granada (España), rodeada de su familia y esa magia flamenca inexplicable que solo se entiende cuando se visita Andalucía.
Hoy es una de las artistas españolas más escuchadas del país y de Latinoamérica, donde, particularmente en Medellín y Bogotá, ha grabado Akelarre (2019) -su primer disco de estudio- y otras canciones de La niña, su segundo álbum.
Esta semana volvió a Bogotá, pero como invitada al Bime -evento que reúne a todos los actores de la industrial musical de la región- para conversar sobre su crecimiento como artista y el viernes cerró el evento con un concierto privado en Sánchez Cervecería.
EL TIEMPO conversó con ella sobre su último EP GRX, que grabó en Granada y está lleno de influencias flamencas, del documental que sacó para mostrar ese proceso creativo, de su presencia en la escena urbana española y latina, de sus inicios y lugar de enunciación como artista.
Lola Índigo nació en Madrid en 1992, pero se crió en Granada, sur de España. Hoy es una de las artistas españolas más reconocidas a nivel nacional e internacional. Foto:Cortesía
Toda la vida quise ser cantante. Y la manera más inmediata para subirse a un escenario suele ser el baile. Además, las clases de canto por lo general son más costosas que las de baile. Por lo que pagas una clase de canto, pagas un mes entero en una escuela de baile. Por eso de pequeñita empecé con el baile porque yo quería estar en el escenario y ese era el camino más rápido, teniendo como objetivo el canto.
Con su primer sencillo, ‘Ya no quiero ná’, su impulso en la música fue evidente. ¿A qué le atribuye eso?
A estar mucho en el estudio y haber insistido en hacer canciones que queden en la memoria de la gente y que sean atemporales. Eso es lo que siempre intento. El mérito de las canciones es del 100 %.
Venir a este lado del charco ha sido una experiencia que en lo personal me ha enriquecido mucho al conocer a otros artistas, colaborar con ellos. Para que siga creciendo la plantita hay que seguir viniendo, cada cierto tiempo, a regar y que los fans también se sientan queridos, que no sientan que soy una artista lejana a la que nunca podrán ver. Y eso estamos haciendo. Primero con el show pequeño en el Bime, pero la idea es regresar a final de año, con un show más grande. Mi propósito es nunca perder el o con los fans.
¿Cree que todo artista de la escena urbana debería pasar por Colombia o Puerto Rico para hacer música?
Yo pienso que sí. Es un sitio muy rico donde han crecido grandes artistas que tienen muy buenos productores. En España hay muy buenos productores, pero yo recomiendo que, el que tenga la oportunidad de viajar, lo haga, porque viajar ayuda a crecer.
Los españoles tenemos otro sabor, igual que cada uno tiene su esencia. La escena de España ha crecido mucho en los últimos años con artistas como Quevedo, Bad Gyal, y otros. Entre todos nos estamos empujando y ayudándonos. Es una escena muy bonita y de la que estoy muy orgullosa también.
En sus letras se lee mucho sobre empoderamiento de las mujeres. Su álbum ‘Akelarre’ tiene un nombre que en el feminismo se usa mucho. ¿Es feminista? ¿Su música es feminista?
No hago canciones pretendiendo que sean feministas. Al final soy una feminista que escribe canciones. Lo que hablo y pienso ahí está reflejado. Si fuera de otra manera, escribiría de otra forma. Hay gente que lo hace demasiado bien y que es activista. Yo simplemente soy mujer, pienso lo que pienso, soy como soy y eso está reflejado en las letras.
Obviamente ha habido más hombres que mujeres, pero desde el principio ha habido mujeres, que han sido mis referentes, como Ivy Queen, Lorna, La Factoría. El reggaetón es un género que ha tenido mujeres desde sus inicios, porque existimos y estamos ahí. La industria fabrica lo que la gente demanda. Entonces me parece más un problema social que de industria. Debe de haber un cambio de visión desde la gente y, evidentemente, la industria tiene el poder de impulsar cambios, dando oportunidades a mujeres emergentes. Ahí es donde las plataformas nos tienen que apoyar. El que tiene la varita mágica que haga ese cambio.
¿Siente que la situación desigual que se evidencia a nivel social también se refleja en la industria? Es decir, ¿es más difícil para las mujeres hacerse un nombre en la industria?
No sé muy bien de dónde viene esa misoginia social. No he hecho un análisis social de por qué la gente escucha más hombres que mujeres. Pero a mí me parecen más interesantes los proyectos de las mujeres, creo que son más completos en performance y concepto.
Este año estamos girando con un tour que se llama Nave Dragón, que estamos llevando a los festivales en un formato un poquito más reducido, porque el año pasado hicimos gira de Arenas y era más grande todo. La parte que más destaco de mi show es la danza y los artistas. Tanto los músicos como bailarines son excelentes y ese equipo viene completo para Bogotá.
¿Por qué decidió utilizar el dragón como su símbolo?
El dragón es el animal más poderoso que existe, bueno, no que existe, pero en las películas y la mitología es el animal que todo lo vence. Me pareció bien utilizar el dragón para representar mi avance como artista.
¿Que haya sido bailarina la hace una artista más completa y orgánica?
Sí, gracias a Dios me dio por empezar por ahí, que es mi base. Mi escuela para ser artistas-cantante ha sido el baile, que me ha dado consciencia sobre lo que cuesta conseguir algo. He aprendido de compañerismo, de disciplina, de estar pendiente del equipo. La libertad que a mí me da el baile a la hora de tener que improvisar un problema en el escenario es una gran herramienta.
GRX es el código del aeropuerto de mi ciudad, me pareció un nombre cool porque de pequeña siempre tenía que ir a ese aeropuerto cuando visitaba a mis abuelos. Hasta que a los 8 años ya me fui a vivir definitivamente allá con mi madre. El disco ha sido reconectar con mi raíz. Yo no soy artista flamenca, pero todo artista que ha crecido en Andalucía está tocado por ese arte de alguna manera. Mi caso no es la excepción. En la grabación, con todos los artistas, se respiraba mucho arte y convivencia. Fue una experiencia muy bonita y creo que todos los que participamos creamos un vínculo de por vida.
¿Por qué decidió hacer el documental a la par del EP para compartir su proceso creativo como artista?
Creo que es ‘guay’ que la gente conozca el proceso de composición y vea cómo unos amigos se juntan, salen a tomar unas cervecitas y luego se meten al estudio a hacer música. La grabación se hizo con mucho respeto y compañerismo, se reconocieron las ideas y todos somos fans de unos y otros. El documental también muestra cómo funciona hacer música en Granada. Yo he estado en otros lugares de grabación más de industria y me han parecido muy artificiales, fríos y ambiciosos. No han sido lugares felices para mí. La manera que muestro de hacer música en el documental es más bonita y pura.
No se siente la presión. Yo voy a Miami y siento que es un lugar tan de industria que no trabajo igual que en mi casa o en una casa en el campo con mis amigos. Es inevitable porque es un ambiente de competición, de industria, entendiéndolo como fabricación. GRX fluyó muy bien porque no había mucha pretensión, era full creación.
¿Cómo es manejar esas dos personas que habitan en usted? Es decir, Lola Índigo y Mimi, como cariñosamente le dicen sus cercanos.
La verdad que para mí es fácil. Tengo una rutina bastante normal, nunca me he sentido muy farandulera. Siento que soy una artista de corazón.
Al inicio tenía que pedir empleo. Yo buscaba managers y muy cansinamente les pedía que me dieran algo que hacer, que me trajeran trabajo a la mesa para poder fidelizar a la gente que trabajaba conmigo y a la gente que me escuchaba. Necesitaba compromiso de parte de todos para poder construir algo sólido. Hoy en día también sigo buscando las oportunidades pero es verdad que me llegan más cositas a la mesa y por primera vez he tenido que empezar a rechazar algunas. Pero mi filosofía de trabajo siempre ha sido buscar la oportunidad.
Teníamos que coincidir con que no hubiera partido y nos gustaba la idea de que fuera en primavera para hacer el concierto a cielo abierto y poder tener los efectos que queríamos. Llenar el Bernabéu fue un sueño que no sabía que tenía hasta que me tiré al barro y lo cumplí.
Me da duro no poder pasar tiempo con mi familia y mi gente. El precio que pago por todo lo demás es alto, pero tengo la certeza que el día que no esté dispuesta a pagarlo más lo dejaré y estaré tranquila. Yo he organizado mi vida muy bien para no ser esclava de esto y poderlo dejar cuando se me dé la gana.
¿Qué le dice Lola a Mimi después de tantos años de trabajo, esfuerzos y sacrificios?
Que estoy orgullosa y tranquila por haber hecho lo que he tenido que hacer en cada momento.
REDACCIÓN EL TIEMPO
X: @nataliatg13
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA DE EL TIEMPO
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