Selena Quintanilla se había convertido en la estrella de origen latino más grande de Estados Unidos, pero el 31 de marzo de 1995 su maratónica carrera musical se frenó al ser asesinada por su seguidora número uno Yolanda Saldívar y quien dirigía el club de fans de la cantante que tenía 23 años y murió desangrada cuando Saldivar le disparó; supuestamente tras un altercado.
Al ser apresada y condenada a cadena perpetua, ahora vive en el presidio de Mountain View, en Gatesville Texas. Por años fue odiada por una comunidad que amaba a la artista y en estas fechas el tema vuelve a ser puesto sobre la mesa. Lo que muchos se preguntan, es ¿por qué cometió el asesinato?
Todo apuntaba a un problema económico cuando Saldivar manejaba el club de fanáticos de la cantante, ya que se supo de la falta de 30 mil dólares por concepto de merchandising de la actriz y la istración de una tienda de ropa perteneciente también a la
cantante.
Eso llevó a que Saldivar fuera confrontada por la familia. Luego ella se encerró en una habitación del Hotel Days Inn en Corpus Christi (
Texas) y llamó a
Selena para explicarle lo sucedido. Pero el encuentro derivó en una acalorada discusión en la que la enfermera que se había dedicado a su estrella favorita terminó accionando el gatillo.
Tras un nuevo aniversario de lo sucedido se revive una nueva teoría promovida por Yolanda Saldivar, quien ha dicho que todo fue accidente y que ella estaba guardando un secreto de Selena, que fue parte de la discusión.
También recalcó que el arma que portó en esa ocasión fue en realidad para suicidarse. Además, aseguró que el arma se accionó accidentalmente cuando Selena iba a salir de la habitación. Supuestamente Selena se había practicado un aborto y no lo sabía nadie más que su, hasta ese momento, amiga.
Asimismo, se habló que la obsesionada seguidora quiso fingir un asalto (por eso llevaba el arma) para no ser encarcelada, pero fiscal del caso la llevó a juicio por asesinato. Ahora Saldivar está en una celda alejada de otras reclusas, ya que siempre la han amenazado de muerte, esperando una nueva audiencia para reducir su pena por buena conducta.
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