No solo porque allí pasé varios años de mi infancia y también de mi vida universitaria, sino porque realmente iro esa arquitectura de inspiración inglesa que le entregó a Bogotá tantas calles de casas encantadoras, suelo sentirme muy a gusto en ese barrio llamado Quinta Camacho.
Recuerdo varios buenos restaurantes que convirtieron casas de este estilo en el escenario ideal para propiciar desde la cocina momentos inolvidables a los comensales.
La semana pasada conocí uno que me alborotó la nostalgia y que me hizo pasar un par de horas de gozo, no solo por la comida sino también por lo amable del ambiente: algo que siempre se agradece cuando se visita un restaurante.
Su fachada adornada de hiedra fue la mejor bienvenida posible, como si se tratara de una invitación a viajar en el tiempo. Luego, la mesa que ocupé con mi familia estaba decorada -era eso: una decoración natural muy bien lograda- con helechos de diversos estilos que resultaban en realidad inspiradores.
El restaurante se llama Río, y su carta va muy bien con lo acogedor de la arquitectura en donde se ofrece. La suya es una cocina ecléctica -salen de ella, al mismo tiempo, un lomo saltado, unas albóndigas con shitakes, un salmón a la naranja o unos gnocchis de vegetales, por ejemplo- con un común denominador: al final todos los platos tienen un toque criollo, una intención de aterrizarlos en la tradición colombiana sin importar de dónde vengan.
Así, por ejemplo, llaman la atención de entrada el ceviche de chicharrón o esa versión sabanera de los nachos, que en vez de totopos llevan papas nativas: se llama páramo de papas y está muy bien llevarlo al centro de la mesa para compartir, mientras uno decide si se aventura con un quinotto –pesca del día sobre quinoa cremosa con champiñones– o con unas costillas de cerdo bañadas en salsa de cerveza negra.
Hay en la carta de Río unas cuantas propuestas que vale la pena considerar: por ejemplo, el cangrejo en leche de tigre de camarón, con aguacate y maíz. ¡Me fascinó! O la tostada de stracciatella –de queso siete cueros– o la hamburguesa a la que se atrevieron a ponerle coliflor y champiñones, que van muy bien con el queso cheddar.
Fue una buena experiencia navegar por el amplio río de sabores de este restaurante de Quinta Camacho. Volveré.
¿Dónde queda?
Río
Calle 69 No. 10 A - 19
Tel: 310-8118963
Sancho
Crítico gastronómico
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