Actor Adrien Brody reveló cuáles fueron las secuelas físicas y emocionales que le dejó hacer El Pianista

Adrien Brody, reconocido por su papel en El pianista (2002), reflexionó recientemente sobre las profundas consecuencias que dejó en su vida su interpretación en este drama de guerra dirigido por Roman Polanski. 

La película no solo le otorgó numerosos premios, incluido el Oscar al Mejor Actor, sino que también lo consagró como uno de los intérpretes más destacados de su generación. Sin embargo, el actor reconoció que el proceso de dar vida a Władysław Szpilman implicó un alto costo físico y emocional.

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En una entrevista con New York Magazine, Brody confesó que sufrió trastorno por estrés postraumático como resultado de su inmersión en el personaje. Sobre su preparación para el papel, explicó: “Apenas bebía agua cuando empezamos a filmar. Pero atravesé una transformación física que era necesaria para la narración. Eso de alguna manera me abrió, espiritualmente, a una profunda comprensión del vacío y del hambre, de un modo en el que jamás me había asomado”.

Tras finalizar el rodaje, Brody también experimentó otros problemas de salud. Según relató, padeció “un desorden alimenticio durante por lo menos un año” y enfrentó una etapa de depresión que describió con estas palabras: “también estuve deprimido otro tiempo”. En tono más reflexivo, agregó: “Aunque quizá me duró toda la vida”.

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Adrien Brody alcanzó un hito en su carrera al convertirse, con tan solo 29 años, en el actor más joven en recibir el Oscar a Mejor Actor por El pianista. Actualmente, el intérprete se perfila como posible candidato a un segundo premio de la Academia por su papel en The Brutalist, una película que ha generado grandes expectativas de cara a la próxima temporada de premios.

Además del cine, Brody ha explorado otras formas de expresión artística, como la pintura. Durante la pandemia, encontró en el arte plástico un refugio y dedicó su tiempo a trabajar sobre lienzos de gran tamaño, mientras rodaba See How They Run (2022). Estas inclinaciones artísticas no son una novedad en su vida, ya que provienen de su entorno familiar. Su padre, Elliott Brody, es un pintor, y su madre, Sylvia Plachy, una fotógrafa destacada que trabajó en medios como The Village Voice.

En una entrevista con La Nación, Brody habló sobre cómo su infancia influyó en su conexión con el arte y el periodismo: “Creo que en la película hay un amor y aprecio por cierto tipo de estilo periodístico, de escritura y de abordaje, y los recorridos de los periodistas que Wes retrata. Mi madre es fotógrafa y, de hecho, trabajó para The New Yorker. También hizo trabajos para muchas otras publicaciones y fue parte del staff de The Village Voice por décadas. Crecí entre muchos periodistas y gente creativa del mundo de los diarios y las revistas de Nueva York. El trabajo de ella es más bien el de una artista, aunque cubrió de todo, desde clubes sexuales hasta la guerra en Kuwait. Pero su trabajo es muy artístico", contó.

"Mi padre es un artista plástico consumado y yo también pinto, así que además tengo una conexión con ese aspecto de la narración también”, agregó.

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La trayectoria de Brody ha estado marcada por su versatilidad, con incursiones en la pintura y el modelaje, además de papeles en series como Peaky Blinders, Chapelwaite y Succession. 

Su interpretación en La crónica sa, que retrata el mundo del periodismo, le permitió recordar sus experiencias infantiles en las redacciones junto a su madre.

La Nación (Argentina) / GDA