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¿Cómo disfrutar del fin de año sin caer en excesos? Expertos dan las claves
Se sugiere equilibrar la alimentación saludable con el disfrute social para estas festividades.
Al acercarse el fin de año, muchas personas se sumergen en una temporada de alegría y celebración, marcada por eventos sociales, reuniones familiares y grandes festividades.
Diciembre, con su característico espíritu festivo, invita a participar en despedidas y cierres de año, que culminan en las esperadas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Sin embargo, en medio de esta atmósfera de júbilo, surge un desafío común: cómo disfrutar plenamente de estas ocasiones sin caer en excesos que puedan afectar el bienestar y la salud.
Laura Romano, coordinadora de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (Aadynd), enfatiza la importancia de establecer expectativas realistas para evitar frustraciones y sentimientos de culpa.
En la misma línea, se aconseja deleitarse en las comidas que genuinamente se disfrutan. “Si bien está perfecto que busquemos elegir opciones más saludables, no hay que hacerlo de manera forzada, porque seguramente empecemos eligiendo todo aquello que creemos más liviano, pero luego, al ver todas las otras opciones que nos gustan, nos generan placer y todos comen, terminemos comiéndolas igual”, añade Romano
Este enfoque recomienda empezar eligiendo comidas saludables y luego incluir las favoritas, lo que puede aumentar la cantidad consumida. Se enfatiza la alimentación consciente para evitar excesos y malestares, y se aconseja volver a hábitos saludables tras indulgencias ocasionales.
Jorgelina Latorraga, jefa del servicio de alimentación y nutrición del Sanatorio Finochietto, junto a María Claudia Sempé, licenciada en Nutrición, ofrecen consejos para una nutrición equilibrada en diciembre.
Evitar el ayuno compensatorio
Desaconsejan el ayuno como mecanismo compensatorio, ya que puede llevar a atracones.
Calidad en las comidas
Priorizar la calidad en las comidas del día y de la semana, así como reducir las porciones en días sedentarios.
Selección de alimentos pre-fiesta:
Días antes, evitar alimentos ricos en harinas, altos en grasas y en azúcar refinada que dan más ganas de seguir comiendo. Uno o dos días antes de la fiesta, recurrir a preparaciones que contengan frutas, verduras, carnes magras, huevo, yogurt descremado e incluir almendras, que tienen un alto valor de saciedad. “Es una forma de compensar si esa noche uno comete algún exceso, que es lo más probable. Lo ideal es volver a repetir esta alimentación uno o dos días posteriores a las fiestas”, destaca Sempé.
Menú festivo sugerido
Cena fría con carnes magras (pavo o pollo) en ensaladas y frutas secas.
Snacks saludables como queso, apio, zanahoria, queso blanco, cebollín, Cherry, albahaca y tomate.
Picadas alternativas con pickles, hummus, tarteletas de verduras, ensaladas, puré de berenjenas y fiambres ligeros.
Ensaladas variadas: Waldorf, coleslaw, remolacha con choclo.
Carnes saludables como vitel toné ligero, pollo relleno, matambre casero, carré de cerdo o peceto relleno.
Precauciones para la conservación de alimentos:
Mantener en frío comidas con huevo, mayonesas, quesos, aderezos y pescados. Los expertos recomiendan lavar frutas y verduras correctamente.
En cuanto a las bebidas alcohólicas y gaseosas habituales durante las festividades, Jorgelina Latorraga sugiere lograr un balance intercalando estas con agua.
Es crucial reconocer, según la experta, que los alimentos en estas celebraciones suelen ser altos en calorías y que ni las bebidas alcohólicas ni las azucaradas ofrecen hidratación.
“La frecuencia semanal de alcohol es de aproximadamente 500 cc de cerveza o vino. Es la misma en el caso de gaseosas con azúcar o de alcohol”, explica Latorraga.
Al considerar las calorías del alcohol, es importante saber que un vaso de sidra aporta solo 35 calorías; una copa de champagne seco, 56; y una de espumante dulce, 105.
“Todas las calorías que aporta el alcohol son vacías. El vino tiene un poco más, pero también se puede incorporar. En todos los casos, no más de dos copas”, aconseja María Claudia Sempé.
A pesar de la presencia de alcohol y gaseosas, mantenerse hidratado es esencial, especialmente en Navidad debido a las altas temperaturas. Alternativas como limonadas con jengibre y Stevia, o licuados de frutas son opciones saludables. “El estar bien hidratado contribuirá a que uno no se descontrole con la cantidad de comida”, enfatiza la nutricionista.
Después de las fiestas, es recomendable evitar la tentación de picotear los dulces navideños restantes. Lo ideal es establecer una frecuencia de consumo semanal en función de la actividad física realizada. Si sobra comida, Latorraga sugiere “freezarla o compensar con la comida siguiente y salir a caminar”.
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de la periodista y un editor.