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Dietista Magda Nezda explica a qué se debe la inflamación intestinal, qué la favorece y cómo reducirla: ‘Incluso el ambiente de casa es tóxico’
● La experta aclara que no se debe confundir la inflamación con la sensación de hinchazón tras comer.
● Factores como el estrés, el sedentarismo y los tóxicos favorecen la inflamación crónica, al igual que la alteración del ritmo circadiano.
Esto dice la experta. Foto: Redes sociales/ iStock
Cada vez más personas se interesan por combatir la inflamación, un proceso que, aunque natural, puede convertirse en un problema si se vuelve crónico. Así lo advierte Magda Nezda, dietista integrativa con especialidad en inflamación, salud digestiva y alimentación antiinflamatoria, quien señala que muchas molestias que se normalizan en el día a día podrían estar relacionadas con este fenómeno.
La experta aclara que no se debe confundir la inflamación con la sensación de hinchazón tras comer, pues “la inflamación es un proceso natural y necesario, ya que constituye un mecanismo de defensa”, como cuando el cuerpo responde a una infección o una herida.
En sus palabras, “es una respuesta fisiológica normal y necesaria para poder sanar y reparar heridas o algún tejido dañado”.
La experta aclara que no se debe confundir la inflamación con la sensación de hinchazón tras comer, Foto:Imagen extraída de IStock
Una inflamación que se vuelve crónica
Según explica Nezda, el problema surge cuando el organismo no consigue regresar a su estado original y pierde la capacidad de controlar la inflamación. Este tipo de inflamación crónica, de bajo grado, no siempre presenta síntomas evidentes, pero afecta progresivamente la salud.
“Es una enemiga silenciosa, que no manda señales tan evidentes, pero sí ciertas molestias, aunque nos acostumbramos a vivir con ellas y a la larga podrían llevarnos a desarrollar problemas de salud, incluso enfermedades más graves. Nos va quitando poco a poco la calidad de vida”, manifiesta la dietista.
Entre las causas que favorecen este tipo de inflamación, Nezda menciona el estrés crónico, la falta de ejercicio, la alteración de los ritmos circadianos, la obesidad, los tóxicos y el desequilibrio de la microbiota intestinal.
En relación con los tóxicos, advierte que están presentes en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana: “Vivimos constantemente expuestos a sustancias químicas que, aunque pequeñas cantidades puedan parecer inofensivas, tienen un impacto acumulativo en la salud”.
Pone como ejemplos el agua y los alimentos que consumimos, los cuales pueden contener pesticidas, fertilizantes, alcohol, tabaco, ftalatos (en cosméticos y plásticos), metales pesados como plomo, mercurio o cio, y bisfenol A, presente en envases de plástico.
Todos estos elementos, recalca, pueden “desequilibrar la microbiota intestinal, que propicia también esta inflamación a nivel intestinal y se traduce en inflamación a nivel sistémico”.
Muchos de estos compuestos químicos actúan como alteradores del equilibrio hormonal. “Sustancias químicas que imitan, bloquean o alteran las funciones hormonales”, alerta Nezda, al referirse a los llamados disruptores endocrinos.
Pese a la dificultad de eliminar por completo estas sustancias del entorno, sostiene que es posible minimizar la exposición mediante hábitos diarios conscientes.
“Con pequeños cambios podemos reducir la exposición a todos los tóxicos, y para el agua, por ejemplo, evitar beber agua embotellada que, aparte de microplásticos, ya que pueden pasar los bisfenoles de la botella al agua”, dijo. Como alternativa, recomienda el uso de filtros como la ósmosis inversa.
Productos de higiene y limpieza: otra fuente de tóxicos
Otra vía de exposición que menciona es la que proviene de productos de uso cotidiano como los artículos de higiene personal o de limpieza. Según explica, estos pueden inhalarse o absorberse a través de la piel, con efectos en el sistema respiratorio y hormonal.
“Optar por productos naturales y ecológicos. Cada vez más hoy hay productos ecológicos de higiene de casa, pero también personal, y sin estos componentes tóxicos. Incluso el ambiente de nuestra casa es tóxico y a través de pequeños cambios podemos introducir poco a poco y cambiar nuestros productos de cuidado personal, de cosmética, o de limpieza, con productos de un alto porcentaje de origen natural”, resalta.
También sugiere aplicar los perfumes sobre la ropa en lugar de la piel, y usar productos como vinagre de limpieza o bicarbonato, que son opciones más seguras frente a los productos químicos convencionales.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información de Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.