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La historia del mito del Diablo que se apareció un Jueves Santo en bar de Cali
El relato fantasioso dice que Lucifer se inmiscuyó en un bar y bailó con una esbelta mujer en 1988.
Cuentan que el Diablo se apareció en un bar de Cali años atrás. Foto: iStock
La Semana Santa es una conmemoración alrededor de la cual se tejen una amplia cantidad de creencias, tradiciones y mitos. Algunas se encuentran asociadas a las prohibiciones propias de la fecha; otras van mucho más allá e incluyen, incluso, apariciones del Diablo.
Entre las decenas de relatos que viajan de boca en boca por esta época se encuentra uno muy particular. Se trata del Diablo en Juanchito, una historia que reposa en la memoria colectiva de muchos ciudadanos a lo largo y ancho del país, pero, especialmente, en la de los caleños.
Transcurría el año 1988 -aunque algunos sitúan la historia mucho más atrás- cuando, de repente, una de las discotecas más populares de la capital vallecaucana recibió supuestamente un inusual invitado: a simple vista, parecía un galán imponente con mirada coqueta; sin embargo, para quienes interactuaron con él, era mucho más que eso.
Cuando el hombre ingresó al establecimiento, era Jueves Santo. El fantasioso relato dice que le bastó con poner un solo pie en el bar para que las mujeres posaran sus ojos indiscretos sobre él. Su mirada seductora, sus llamativos rasgos físicos y su arrolladora personalidad le sirvieron para convertirse, de manera inmediata, en el alma de la fiesta.
Cuenta la historia irreal que el misterioso sujeto recorrió toda la discoteca en busca de una pareja de baile, hasta que por fin la encontró: una mujer esbelta, de cabellos oscuros y tiernos ojos café que, al igual que las otras visitantes del lugar, no tuvo más remedio que sucumbir al encanto del hombre.
Se dice que se acercó a la mujer que se encontraba en la barra, entabló una corta conversación con ella y, después de algunos tragos compartidos, la invitó a bailar.
El hombre y la mujer bailaron varias canciones en la pista, hasta que una advertencia cambió el rumbo de la noche. Foto:iStock
Bajo las luces del lugar, el individuo y su pareja parecían uno solo. Los pasos de baile hipnóticos que lanzaba el sujeto no pasaron desapercibidos entre los asistentes a la fiesta. Todo era felicidad, gozo y vueltas arrebatadas hasta que, en un momento, el sujeto lanzó una advertencia a los oídos de la joven.
“No me mires los pies mientras bailamos”, supuestamente le dijo el individuo a la mujer. Pasaron unas cuantas canciones más, antes de que la joven hiciera caso omiso a la advertencia y cayera rendida ante la curiosidad. Cuando sus ojos se trasladaron hacia la parte inferior del sujeto, el aviso tomó sentido.
En vez de encontrarse con los pies del hombre, la mujer se topó de frente con toscas y peludas pezuñas. A sus gritos de terror sobrevino una risa macabra por parte de su pareja de baile y, de acuerdo con el mito, un olor a azufre que invadió la discoteca y obligó a todos a huir.
Quienes se encontraban departiendo en el lugar, al parecer, no tuvieron más remedio que desalojar en medio de gritos despavoridos y pasos apresurados. Se dice que, una vez lograron llegar al parqueadero, los carros no encendían.
En medio del caótico momento, hubo personas que retornaron al establecimiento. Allí se encontraron con la mujer, quien estaba tendida en el piso con algunas quemaduras. No se sabe a ciencia cierta qué ocurrió con ella: mientras que algunos aseguran que murió después del supuesto encuentro con el mal; otros afirman que perdió la cordura, por lo que tuvo que ser internado en un centro psiquiátrico.
La mujer vio que, en vez de pies, el hombre tenía pezuñas. Foto:iStock
Respecto a la discoteca en donde supuestamente ocurrieron los acontecimientos se tienen dos teorías. Una apunta a que la aparición del Diablo tuvo lugar en Changó y otra señala directamente a Agapito. Ante esta discordancia de versiones, Salomón, un habitante que lleva más de 50 años en el sector, dice tener una respuesta.
“Eso sucedió en Changó, porque Agapito cerraba desde el día lunes y no abría sino el día sábado, desde las 7:00 p.m. Agapito siempre respetaba muchos esos días santos”, dijo Salomón, de acuerdo con el ‘Diario Occidente’ de Cali.
Eso sí, vale decir que se trata de un relato popular. La veracidad siempre se ha puesto en duda. Tratándose de Semana Santa, hay quienes indican que la historia de ficción tendría como objetivo asustar a aquellas que, en vez de vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, deciden irse de fiesta.
“Eso es falso, la ‘vaina’ que apareció el diablo, fue un día de la Semana Santa y en la Semana Santa los grilles por aquí no los abren, son cerrados”, señaló Raúl Montaño, quien ha vivido por varios años frente a la Discoteca Changó, para el diario citado anteriormente.