En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Noticia
Estadounidense celebra 15 años ensanchando sus orejas pese a críticas de sus 'haters'
Bianca Ferro, de 28 años, dice ser adicta a las modificaciones corporales.
La estadounidense empezó a modificar sus lóbulos tras sufrir una campaña de bullying en el colegio. Foto: Instagram:@vileusagi
Bianca Ferro, una joven de 28 años oriunda de Nueva Jersey, Estados Unidos, marca un hito singular en su vida: ha pasado los últimos 15 años agrandando progresivamente sus orejas. Esta práctica, parte de su afición por las modificaciones corporales, ha atraído tanto iración como críticas severas.
Ferro, quien se dedica profesionalmente al tatuaje, inició este proceso a la temprana edad de 13 años, motivada en parte por una experiencia de acoso escolar que la empujó hacia una forma de autoexpresión radical.
A pesar de las opiniones divididas de sus padres —con una madre indiferente y un padre inicialmente opuesto—, Bianca perseveró en su elección, convirtiendo sus orejas en una declaración personal e intransferible de identidad.
"Empecé en el verano (a mitad de año) cuando cumplí 13 años y se lo oculté a mis padres. Hasta que mi madre se enteró y no le gustó, pero tampoco le importó lo suficiente como para obligarme a despegar las extensiones", recuerda Ferro. Su padre, aunque más resistente, eventualmente aceptó su decisión como parte integral de quién es ella.
"Mi padre, por otro lado, no quería que estirara las orejas, especialmente cuando era joven. Intentó que dejara de hacerlo, pero por mucho que lo intentara, siempre encontraba una manera de seguir estirándome. Ahora mis padres ya no piensan más en ellos. Simplemente los ven como parte de mí porque eso es todo lo que son", añadió, según el 'Daily Star'.
La decisión de Bianca de modificar sus lóbulos no fue bien recibida por todos, convirtiéndose en blanco de críticas y juicios negativos. Muchos la llaman "bicho raro". Otros van más allá, calificando lo que hace como "repugnante".
A pesar de las adversidades, incluyendo comentarios dolorosos en redes sociales cuestionando su belleza natural y expresando preocupación por el futuro de su apariencia, Bianca se mantiene firme en su elección, viéndola como una extensión de su identidad.
Las posibles complicaciones de los 'piercings'
Las perforaciones corporales, una forma popular de autoexpresión especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes, conllevan una serie de riesgos que no deben pasarse por alto. Desde reacciones alérgicas hasta posibles infecciones, la importancia de la seguridad y el cuidado adecuado post-perforación es fundamental para una curación correcta.
La práctica de realizar perforaciones en diversas partes del cuerpo para introducir joyería puede parecer simple, pero rara vez se lleva a cabo bajo anestesia, exponiendo al individuo a varios peligros potenciales. Entre las complicaciones más comunes se incluyen reacciones alérgicas a ciertos materiales, como el níquel, que es frecuentemente utilizado en las joyas para 'piercings'.
Un piercing es la creación de un orificio en una parte del cuerpo para introducir una joya. Foto:iStock
Además, los piercings orales no están exentos de riesgos, pudiendo ocasionar daños dentales y complicaciones en las encías, así como interferir con funciones básicas como masticar, deglutir y, en casos severos, respirar debido a la hinchazón de la lengua.
Las infecciones de la piel, caracterizadas por síntomas como enrojecimiento, dolor, hinchazón y secreción, son otro de los riesgos asociados a las perforaciones. Asimismo, la posibilidad de desarrollar cicatrices, queloides y hasta enfermedades transmitidas por la sangre, como hepatitis B, hepatitis C, tétanos y VIH, debido al uso de equipo contaminado, no puede ignorarse.
Los desgarros o traumas también son una realidad, especialmente cuando las joyas se enganchan o se rompen accidentalmente, lo que podría requerir intervenciones médicas adicionales.
Es vital que quienes opten por adornar su cuerpo con 'piercings' se informen adecuadamente sobre los riesgos involucrados y sigan rigurosamente las recomendaciones de cuidado post-perforación para minimizar las complicaciones. La elección de un profesional calificado y el uso de materiales seguros para la piel son igualmente importantes para garantizar una experiencia segura y satisfactoria.
Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Extra (GDA) y Mayo Clinic, y contó con la revisión de la periodista y un editor.