En un conmovedor relato de supervivencia, Cinthia, una cosmetóloga de 40 años, junto a sus hijas Sofía, de 12 años, y Camila, de 15, escaparon milagrosamente de un incendio en su edificio ubicado en Avenida Alem 668. El incidente, que tuvo lugar poco antes del mediodía, dejó el 'lobby' del edificio lleno de hollín y el aire cargado de un intenso aroma a quemado.
La tragedia se desató mientras Cinthia dormía en su departamento en el piso 12. Fue su hija Sofía quien la alertó del peligro, inicialmente confundiendo el olor a quemado con comida en la cocina.
La primera intuición de Cinthia fue revisar los electrodomésticos, y luego asumió que el humo provenía de manifestantes en las calles cercanas. Sin embargo, al abrir la puerta principal, se encontró con un pasillo lleno de humo y aire caliente, dándose cuenta de la gravedad de la situación.
“Contrario a lo que uno imagina, no había ruido, no sonaban alarmas y no gritaba nadie. Fue todo silencioso, me pareció raro que nadie vino a avisar”, recordó la mujer en diálogo con 'La Nación'.
En un intento desesperado por protegerse, Cinthia, Sofía y Camila intentaron primero refugiarse en el 'placard' de la habitación principal, pero ante la entrada de más humo, optaron por encerrarse en el baño. Allí, se cubrieron con toallas mojadas y se acostaron en la bañera, bloqueando la puerta con sábanas.
“No se podía respirar. Mi hija dijo: 'Esto solo pasa en las películas, ¿por qué nos tiene que pasar a nosotros?' y yo no le podía dar explicaciones. Pensé en saltar. Pensé que moriríamos ahí”, relató Cinthia.
Mientras tanto, Nicolás, pareja de Cinthia y padre de las niñas, se apresuraba desde Avellaneda tras una videollamada de emergencia. Al llegar, tuvo que enfrentarse a la congestión y a la incredulidad de la policía y los bomberos, quienes inicialmente pensaron que todos habían sido evacuados. Fue gracias a su insistencia y una segunda videollamada que se envió una dotación de bomberos para el rescate.
“Agarré el auto y salí desesperado, manejé a toda velocidad. Cuando llegué ya había ambulancias, bomberos y la policía. Con la adrenalina dejé el auto en medio de la calle, me bajé y empecé a correr las últimas cuadras porque estaba todo congestionado”, explicó Nicolás al medio citado.
El rescate fue una carrera contra el tiempo. Los bomberos finalmente encontraron y guiaron a Cinthia y sus hijas a través de las escaleras oscurecidas por el humo.
“A medida que bajábamos era un infierno, yo estaba descalza y sentía el piso caliente. Me temblaban las piernas, casi me desmayo”, señaló Cinthia. Su pareja, entretanto, dijo: "Salieron completamente negras”.
Al llegar al hospital, los niveles de saturación de oxígeno de Cinthia y Sofía eran peligrosamente bajos, pero afortunadamente recibieron atención médica oportuna. “Llegué al hospital con 16 % de saturación de oxígeno y mi hija 18 %”, contó. Los niveles normales son de 95 % o más.
Una hora y media duró su pesadilla. Todavía visiblemente conmovida mientras abrazaba a Sofía, Cinthia explicó que le dieron el alta médica a la noche. Mientras tanto, Camila, aun en estado de shock, aguardaba adentro del auto de Nicolás.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de la periodista y un editor.