La Voz Kids: Conmovedora historia del acordeón de María Liz

El instrumento de viento lo adquirió su padre en una compraventa de segunda con dinero prestado.

La carismática menor se presentó en el escenario como ‘La princesa del sentimiento’. Foto: YouTube 'La Voz Kids Colombia'

23.07.2021 19:17 Actualizado: 18.09.2021 13:52

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La nueva temporada de ‘La Voz Kids Colombia’ lleva apenas dos días al aire acompañando a los colombianos en las noches entre semana. A pesar de su reciente estreno es uno de los ‘realitys’ de los que más se habla actualmente en redes sociales.

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Entre los comentarios de los internautas se menciona la sorpresa que causó que en esta edición no participara como jurado la cantante colombiana Fanny Lu, quien ya era considerada por muchos como parte del programa.

Cada vez que un nuevo capítulo es transmitido los seguidores de este concurso de talento infantil dejan sus comentarios en redes sociales, mencionando su apoyo a algunos concursantes y exaltando las habilidades vocales de otros.

Precisamente eso sucedió tras la presentación, del pasado jueves 22 de julio, de una carismática menor llamada María Liz Patiño, quien se presentó en el escenario como ‘La princesa del sentimiento’.

Esta joven, oriunda de Soledad, Atlántico, encantó a los tres jurados cantando una versión norteña de 'Dulce recuerdo', tema ampliamente conocido del mexicano Antonio Aguilar. Su tono de voz y su vibrato le fascinó tanto a Natalia Jiménez, Reik y Andrés Cepeda, quienes se dieron la vuelta al escucharla.

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Miles de colombianos se conmovieron al conocer la historia del instrumento con el cual tocó la melodía de la canción. La menor, con una personalidad arrolladora, compartió en el episodio que el acordeón que la estaba acompañando lo consiguió su papá en una compraventa de segunda.

Mencionó además que para poder adquirirlo tuvo que pedir dinero prestado, pero lo hizo con tal de ver a su hija feliz. Sumado a que detalló que en su momento el instrumento de viento venía averiado, ya que no le funciona van a 6 pitos (registros) y 4 de ellos estaban desafinados.

No obstante, su progenitor hizo lo que estuvo a su alcance para seguir apoyando el sueño que tenía su hija de tocar este instrumento, el cual se suma a los otros 10 que aprendió a tocar de manera empírica.

Gracias a su historia diferentes s han reflexionado sobre la posición de privilegio en la que se encuentran y el esfuerzo que tienen que hacer algunos padres con tal de alentar el talento de sus hijos, independientemente de las complicaciones económicas que se tengan.

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