Llegó sin papeles a Estados Unidos, vendió dulces y acaba de graduarse como abogado en Harvard: su mensaje para los jóvenes migrantes

Jesús es un joven de origen mexicano que, a pesar de ser estudiante indocumentado, logró lo que muchos consideraban inalcanzable: graduarse de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard. En un video que ha alcanzado miles de reproducciones en TikTok, compartió su inspiradora historia. 

"Mi nombre es Jesús, soy estudiante indocumentado en la Universidad de Harvard y estoy a punto de graduarme en la Facultad de Derecho", expresó con emoción. Su relato es el reflejo de un sacrificio constante y un trabajo incansable desde que llegó a Estados Unidos, hace casi dos décadas.

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Desde pequeño, Jesús enfrentó numerosas dificultades. Junto a su madre, luchó por una vida mejor. Para sobrevivir y poder estudiar, trabajó desde su niñez. Vendió dulces y, ya en su adolescencia, descargó contenedores en bodegas. A pesar de los obstáculos, Jesús nunca perdió de vista sus metas, y hoy, su esfuerzo ha dado frutos: recientemente, logró graduarse como abogado de una de las universidades más prestigiosas del mundo.

En sus redes sociales, Jesús compartió su felicidad al recibir su título de abogado en Harvard. En ese momento, no solo celebró su logro, sino que también rindió homenaje a la figura de su madre. 

El joven abogado también reflexionó sobre las dificultades que enfrentó durante su crecimiento. En un entorno donde las puertas parecían cerrarse constantemente y donde las metas de muchos, incluidas las suyas, eran vistas como inalcanzables, Jesús encontró en su madre el apoyo necesario para seguir adelante. 

"En un mundo donde todos me estaban haciendo sentir limitado, yo siempre conté con el apoyo incondicional de mi madre", dijo. “Ella siempre me inculcó que todo lo que lograra sería producto de mi esfuerzo y ahora esos principios me impulsan a seguir luchando por un mejor futuro”, agregó.

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El mensaje de Jesús no solo es para los jóvenes que sueñan con un futuro mejor en Estados Unidos, sino también para los padres inmigrantes que, como su madre, sacrifican todo por el bienestar de sus hijos. “Cada noche sin dormir, cada día de trabajo, cada lágrima y cada humillación no fueron en vano”, sostuvo. Y concluyó con un mensaje lleno de fuerza: "Todo lo que ustedes hacen vale la pena. El sueño americano existe y sus hijos los necesitan ahora más que nunca. Echémosle ganas".

La historia de Jesús cobra aún más relevancia en un momento difícil para los estudiantes internacionales. El 22 de mayo de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció que Harvard ya no podría matricular a nuevos estudiantes extranjeros, y que los actuales estudiantes internacionales debían transferirse o perder su estatus legal. Esta noticia generó sorpresa y conmoción, especialmente porque muchos jóvenes, como Jesús, ven en instituciones como Harvard una oportunidad para forjar un futuro mejor.

Ante esta medida, Harvard no se quedó de brazos cruzados. La universidad presentó una demanda federal para frenar las restricciones impuestas por el gobierno. Alan Garber, presidente de la universidad, expresó su apoyo a los estudiantes internacionales, asegurando: “Para los estudiantes y académicos internacionales afectados por la acción de ayer, saben que son vitales de nuestra comunidad. Ustedes son nuestros compañeros de clase y amigos, nuestros colegas y mentores”.

Este conflicto entre la istración de Donald Trump y Harvard se intensificó debido a la revocación de la certificación que permitía a la universidad inscribir a estudiantes internacionales. La medida, que afectó a más de 7.000 estudiantes, fue justificada por el gobierno alegando problemas de seguridad y transparencia. Por su parte, Harvard presentó una demanda, argumentando que la acción del gobierno representaba una represalia por sus políticas académicas.

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La situación se complicó aún más cuando, el 23 de mayo, un juez federal emitió una orden de restricción temporal que bloqueó la revocación de la certificación. Esto permitió que los estudiantes internacionales pudieran continuar sus estudios mientras se resuelve el caso. Sin embargo, la tensión entre el gobierno y la universidad persiste, y la comunidad académica sigue a la espera de una resolución definitiva.

En medio de este contexto, la historia de Jesús resalta como un símbolo de esperanza y determinación. A pesar de las adversidades y las políticas que intentan frenar su camino, él continúa siendo un ejemplo de que, con esfuerzo y apoyo familiar, los sueños pueden hacerse realidad. Su historia inspira a los jóvenes migrantes a no rendirse y a seguir luchando por un futuro mejor, incluso cuando las circunstancias parecen estar en su contra.

El Comercio (Perú) / GDA