Los padres de
Joe Whale demostraron que a los niños hay que apoyarlos siempre, pues al pequeño inglés los profesores lo regañaban constantemente por hacer dibujos durante las horas de clases que no tenían nada que ver con los temas que se estudiaban. Justamente una de sus
docentes fue quien le cambió la vida.
Con tan solo 9 años, Joe ya se metía en uno que otro lío en el colegio por pasar horas dibujando personajes que nacían en su imaginación y que iban desde edificaciones increíbles hasta monstruos con muchos ojos y un sinnúmero de piernas. Pero, a pesar de todos los llamados de atención que recibía a diario, él no paraba de crear y de dejar volar su imaginación.
Sus padres, al ver lo feliz y entusiasta que era su hijo realizando sus creaciones, decidieron inscribirlo en clases de arte para que explotara su lado artístico, y fue allí cuando una de sus maestras vio en él un talento innato: autorizada por sus progenitores, publicó las creaciones de Joe en Instagram.
Gracias a esto surgió una oportunidad única para el joven artista. Un restaurante de la ciudad de Shrewsbury, donde él vive, llamado Number 4, decidió arlo para que fuera e hiciera sus dibujos en las paredes del establecimiento como parte de la decoración.
Ante la oportunidad, el pequeño no dudo ni un segundo en aceptar. Después de sus clases, su padre lo llevaba al restaurante para que con un marcador plasmase en las paredes sus originales ideas.
Tras varias semanas trabajando en este proyecto, Joe logró terminar el mural y se espera que su éxito en redes sociales lo catapulte como un gran artista.
Después de que la historia se viralizara en internet, el medio británico
Metro entrevistó al papá del menor, quien contó que el pequeño
"se sentía frustrado por el poco tiempo que tenía para dibujar, y es por eso que lo hacía en clase”, afirmó.
Además, aseguró que “Joe tiene cuadernos en los que apunta ideas cuando las tiene, pero diría que el 80 por ciento de las cosas que dibuja salen directamente de su cabeza”.
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