¿Por qué engordo si hago dieta? Expertos revelan cómo bajar de peso definitivamente

Según lo recopilado por el medio ‘El Correo’, desde los 13 años, Aamodt ha estado inmersa en el mundo de las dietas, luego de tres décadas de idas y venidas entre diferentes regímenes alimenticios, la doctora experimentó el efecto yoyó, y después de perder varios kilos, regresó a su peso inicial en poco tiempo.

Aamodt explica que en este proceso el cerebro juego un papel crucial, pues este ralentiza el metabolismo con el objetivo de que regrese a su peso inicial, creyendo que está en una época de escasez. Esto hizo que la doctora dejara las dietas y empezara a optar por comer cuando tenía hambre y detenerse cuando se sentía satisfecha. Esto le permitió perder cinco kilos que no ha recuperado.

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La perspectiva de Aamodt como neurocientífica la llevó a revisar investigaciones sobre cómo el cerebro maneja el peso. Contrario a la creencia popular, no se trata simplemente de contar calorías. El cerebro tiene su propio ‘punto de ajuste’, un rango de peso que considera adecuado, y regula el hambre y el gasto energético en función de este. Cambiar este punto de ajuste no es fácil y las dietas restrictivas no son la solución.

Asimismo, sostiene que el metabolismo y el hambre son controlados por señales químicas del cerebro, que actúa como un 'termostato' para mantener el peso ideal. Al perder peso, el cerebro interpreta que estamos en una situación de escasez, ralentizando el metabolismo y aumentando la sensación de hambre.

En ese sentido, nuestros cuerpos están diseñados para conservar energía en tiempos de escasez, lo que dificulta mantener la pérdida de peso a largo plazo. Incluso después de mantener un peso bajo durante siete años, el cerebro sigue intentando recuperar el peso perdido.

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Para que esto no suceda, la doctora recomienda la alimentación consciente o 'mindful eating', que se trata de aprender a escuchar las señales del cuerpo y comer cuando se tiene hambre, deteniéndose cuando se está satisfecho. Además, cuando come es mejor hacerlo sin distracciones, como el móvil o la televisión, pues de esta forma puede estar más conectado con las señales del cuerpo.

Por otro lado, Aamodt advierte sobre los peligros de las dietas, pues estas pueden consumir nuestra fuerza de voluntad, que podría ser utilizada de manera más productiva, y en casos extremos, pueden llevar a trastornos alimenticios. Por lo que sugiere que es mejor que las personas aprendan a entender su apetito. 

DANIELA LARRARTE ASAAD
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO