En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Share especial festivales

Conciertos en Colombia: así se reactivan los eventos musicales

El éxito del Estéreo Picnic y los conciertos de Kiss, Bad Bunny, Dua Lipa, Harry Styles, Daddy Yankee, Coldplay para el siguiente semestre prometen una reactivación contundente de este sector tras la pandemia.

Por David Alejandro López Bermúdez.


Periodista de Reportajes Multimedia.

Periodista
de Reportajes
Multimedia.

Cantar. Gritar. Saltar. El corazón se acelera, la respiración es más fuerte y la euforia se apodera del cuerpo. Se ponen los pelos de punta. La voz se confunde con otras miles de voces que intentan entonar letras que salen del alma. Es un momento único e irrepetible. Una constante liberación de endorfinas y dopamina. Es pasión.

Como lo ha dicho el gran Gustavo Cerati junto a su legendaria banda de rock, Soda Stereo: “Me verás volver”. Y así sucedió. Tras casi dos años de restricciones por la pandemia de covid-19, a finales del 2021 y comienzos del 2022 llegaron los anuncios ‒muchos anuncios, todos en cuestión de días‒ sobre conciertos y festivales presenciales en el país. Varios de ellos agotaron su boletería en menos de 24 horas. Parecía como si las personas quisieran salir corriendo de una jaula a desahogarse, hacer catarsis y liberar energía.

“No hay nada que reemplace ver


a los artistas en vivo, ni mucho


menos la experiencia y lo que se


genera de la relación directa


con el público”,Luz Ángela


Castro, directora de Ocesa Colombia.


Los tres días del Festival Estéreo Picnic (FEP), al que asistieron más de 110.000 personas, el éxito de Miley Cyrus, las cinco fechas de Morat, el regreso de Alejandro Fernández, La Solar en Medellín, Juanes, Zoé, Caifanes, el Festival de Música Colombiana de Ibagué y Marky Ramone están en la lista de los eventos musicales más destacados en el primer trimestre del año, lo que ha significado que la reactivación vaya en una curva ascendente y acelerada.

El caso Jamming

El 18 de marzo se conoció una noticia que encendió las alarmas de la industria. El Jamming Festival, que prometía un centenar de artistas durante tres días de fiesta en Ibagué, fue aplazado un día antes de comenzar. La Superintendencia de Industria y Comercio anunció investigaciones y sanciones ante el hecho que perjudicó a consumidores, comerciantes y proveedores. La situación confirmó lo que para algunos analistas y conocedores de la industria se había previsto desde el primer anuncio del cartel.

Algo que falló fue la falta de previsión con los requerimientos de entrada al país, pues varios artistas que no se han vacunado resultaron teniendo problemas para ingresar. Por otro lado, la falta de comunicación clara, concreta, oportuna y veraz. Faltando dos días para el evento no se habían publicado los horarios. Se canceló por la avaricia de los organizadores, quienes sobrevendieron el evento sin brindarles garantías a los asistentes”, explica Sebastián Narváez, periodista musical, editor y creador de Sudakas Pódcast.

En eso coinciden varios analistas consultados por EL TIEMPO. La falta de patrocinadores y alianzas para respaldar un cartel tan ambicioso como el anunciado, los rumores en redes sociales y el poco manejo de la crisis terminaron desestabilizando la décima edición de un festival que se había ganado el cariño de la gente.

Las pérdidas en el sector hotelero


por el aplazamiento del


Jamming Festival superan los


800 millones de pesos,


según Cotelco.


“Influyeron varias cosas para la tormenta perfecta: el lugar, Ibagué, una ciudad que no está acostumbrada a conciertos de esa dimensión; la desorganización de la producción, los cambios a última hora, la congestión de vuelos por la temporada y las decisiones para ahorrar costos: un error gravísimo, teniendo en cuenta la magnitud del evento”, afirma Henry González, productor y experto en música.

“Por ahí dicen que a veces más es menos. Hay un momento en el que tener varias cosas al tiempo con rumores en varias partes afecta la credibilidad. Todo se vuelve riesgoso y creer en el empresario se torna difícil, sobre todo cuando artistas principales cancelan”, reflexiona Julio Correal, empresario de la industria y locutor.

Y agrega: “A fin de cuentas, es una lección para la gente que quiere armar festivales de manera desproporcionada. Esto afecta a todo. Vimos las consecuencias para las personas que estaban soñando con una cantidad de ingresos. Es que no es solo música, hay negocios, hospedaje y demás. Uno debe hacer festivales con conciencia”.

Las pérdidas económicas por el aplazamiento a última hora son millonarias. El presidente de Fenalco Tolima, Efraín Valencia, dijo que se trataría de 20.000 millones de pesos, aunque la cifra no ha sido confirmada. Desde la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) aseguran que las pérdidas son de 802 millones de pesos en ese sector.

Pese a la situación, la pasión por la música, el trabajo en equipo y el apoyo mutuo permitieron que agrupaciones como La 33 y Los Caligaris se presentaran gratis el fin de semana en Ibagué y Bogotá, respectivamente, y de forma voluntaria. Además, varias organizaciones y s en redes sociales promovieron productos de comerciantes afectados. Y el Festival de la Música Colombiana, también en Ibagué, se celebró con total éxito.

Cabe aclarar que el aplazamiento del Jamming es el segundo de este tipo que ocurre durante la reactivación. Para comienzos de febrero, varias bandas convocadas para el Carnaval Fest de Medellín, programado para el 19 y 20 de marzo, decidieron no participar en el espectáculo luego de que un juez absolvió por el delito de aborto inducido a Felipe Muñoz, baterista de la banda Tr3s de Corazón y organizador del evento. Otra cancelación se dio el sábado 26 de marzo, cuando Christian Nodal no se presentó en el estadio Atanasio Girardot de Medellín.

- x -

Una reactivación que promete

“Lo que pasó con el Jamming no es la representación de la industria colombiana”, explica Correal. Y es cierto: aunque los aplazamientos no son algo raro en otros mercados, sobre todo en tiempos de pandemia, lo que sucedió con Buena Vibra Eventos no es la regla general del mercado. El número de artistas programados y el éxito de los conciertos realizados hasta el momento marcan la tendencia de lo que será un gran año para la música en vivo.

Dua Lipa, Bad Bunny, Louis Tomlinson, Kiss, Joan Manuel Serrat, Maluma, Karol G, Ricardo Montaner, Harry Styles, Rubén Blades, Gorillaz, el Baum festival, Daddy Yankee y Coldplay están en la lista de las presentaciones estelares.

“Colombia está en un gran momento, sobre todo por los artistas que están viniendo al país. La respuesta de la gente ha sido increíble, con ansias de salir, de volver a la música”, dice Alfredo Villaveces, CEO de Move Concerts.

1.133 eventos musicales están


registrados en el Portal Único


de Espectáculos Públicos


de las Artes Escénicas (Pulep)


del Ministerio de Cultura.


En ello coincide Sergio Pabón, cofundador de Estéreo Pícnic y Páramo Presenta, una de las productoras de conciertos que se ha consolidado en los últimos años: “Tenemos la esperanza de que va a ser un año tremendo. Hemos podido anunciar un montón de conciertos que teníamos represados y unos nuevos".

"La industria de la música está muy fuerte. La emoción de la música en vivo y las ventas han estado muy bien”, agrega.

El FEP es uno de los claros ejemplos de cómo la música en vivo en Colombia está volviendo a un punto como el de antes de la pandemia. “Es como el Coachella latinoamericano”, dice Julio Correal. Y no es para menos: en sus once ediciones han logrado fidelizar y cautivar al público colombiano.

Además, han podido responder a las necesidades actuales. Por ejemplo, pese a la cancelación de artistas del cartel inicial, como los Guns N’ Roses, lograron estructurar una oferta equilibrada y con potencia. “Tenemos esa responsabilidad con la gente que ha estado esperando dos años. La sostenibilidad del festival ha dependido de su apoyo. Son miles de personas. Lo bonito es que podemos entregarles ese festival que han esperado”, asegura Pabón.

En esta movida por volver a los conciertos presenciales y traer artistas internacionales juega un papel importante la entrada en el mercado colombiano de Live Nation, la empresa de conciertos más importante del mundo.

El concierto de Miley Cyrus, organizado por Páramo Presenta, fue un éxito. La artista cantó el pasado lunes 21 de marzo en Movistar Arena, en Bogotá. Foto: cortesía David Micolta.

“La consolidación de firmas como Live Nation, la fusión con Ocesa de México y su presencia en Colombia hacen fácil traer artistas de talla internacional a este país. La participación de C3 Presents en empresas locales como Páramo y en eventos como Estéreo Pícnic han garantizado el desarrollo del festival”, explica Alejandro Marín, director de la emisora La X.

Tanto para el FEP como para los eventos programados, se calcula una participación masiva y que se incrementen los porcentajes de asistencia. Según el Dane, en el 2020, el 20,6 por ciento de los adultos mayores de 12 años asistieron a conciertos y espectáculos de música en vivo.

“Cada vez vivimos en una sociedad más hostil: pandemia, guerras, corrupción, compleja economía. Muchos factores afectan al humano de a pie, el entretenimiento, en especial la música en vivo, se convierte en una salida para olvidarse de todo, se ha convertido casi que en un producto de primera necesidad”, sostiene Nelson ‘Cheo’ Cubillos, uno de los creadores del Baum Festival, que se realizará el 20 y 21 de mayo, en Bogotá.

“Una segunda cancelación masiva


probablemente acabaría con


los promotores en Colombia;


ojalá no se vaya a dar ese


escenario”, Sergio Pabón, cofundador de Estéreo Picnic y Páramo Presenta.

escenario”, Sergio Pabón, cofundador de Estéreo Picnic


y Páramo Presenta.


En términos económicos, la curva ascendente en la reactivación es notoria. Datos entregados por el Ministerio de Cultura dan cuenta de que el recaudo de la contribución parafiscal cultural (C) pasó de tener un promedio mensual en el primer semestre de 2021 de 25’732.000 pesos a 945’656.650 pesos para el segundo semestre. “Octubre, noviembre y diciembre fueron los meses con mayor recaudo”, asegura Angélica Mayolo, ministra de Cultura.

“El valor total de recaudo fue de 5.828 millones para la ley de espectáculos públicos, donde diciembre tuvo un repunte con 2.220 millones, siendo similar al recaudo del 2019”, agrega.

Para el 2022, con esa normativa se han recaudado 8.869 millones de pesos. “Enero de este año fue el mes con mayor recaudo desde la creación de la ley en el 2011, con un valor histórico de 5.181 millones”, dice Mayolo.

- x -

Una mirada a los conciertos que
se realizan en Colombia

Una mirada a los conciertos que se realizan en Colombia

Carlos Solano analiza cuál es el panorama actual de la industria musical y de sus eventos en el país, las alzas en los precios, los retos que existen para las producciones y cómo ha evolucionado la oferta de artistas nacionales e internacionales.

- x -

El éxito de Estéreo Picnic

LP regresó a Bogotá y cautivó con su voz a miles de asistentes a la reciente edición de Estéreo Picnic. Foto: Sebastián López / EL TIEMPO

La reciente edición del FEP confirma que es el mejor del país en este tipo de eventos. La logística, la capacidad de reacción ante novedades, el espacio para emprendimientos y los artistas nacionales e internacionales permitieron volver a vivir uno de los eventos musicales más importantes de América Latina.

La noticia de la muerte de Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, se conoció minutos después de la presentación de Nile Rodgers. Sergio Pabón salió al escenario principal a informar sobre lo sucedido. En otro lugar del campo de golf Briceño 18, las personas que esperaban a Black Pumas se enteraron a través de redes sociales. El ambiente se enrareció, y los gritos y lágrimas fueron protagonistas.

En los días siguientes, varios artistas homenajearon a Hawkins. Doja Cat, por ejemplo, dedicó un espacio de su concierto para poner un video de la canción ‘My hero’. Los asistentes también se sintieron conmocionados por la noticia. “Es algo que nos tomó por sorpresa, veníamos a ver a los Foo, lamentable que haya sucedido”, le dijeron a EL TIEMPO un grupo de mujeres en el lugar.

No obstante, el hecho logró apaciguar los sentimientos de tristeza para impulsar y revivir otros que habían sido eclipsados por la pandemia. Más de 110.000 personas asistieron durante los tres días de festival. Entre los conciertos aplaudidos estuvieron C. Tangana, Fatboy Slim, Nile Rodgers, Nina Kraviz, Black Pumas, Jungle, Binomio de Oro, Fatboy Slim, Ela Minus, Claptone, Caribou, Crudo Means Raw, Eladio Carrión, los Gaiteros de San Jacinto, entre otros. El espectáculo de J Balvin, quien regresó a Bogotá después de varios años, tuvo reacciones contrastadas: varios calificaron lo que hizo como “mediocre y flojo”, aunque otros aseguraron que fue un ‘show’ bueno.

Lo cierto es que el FEP, como ha pasado en todas sus ediciones, permitió que artistas de varios géneros, desde el hip hop hasta el vallenato, tuvieran un espacio. Algunas fallas por el aplazamiento de vuelos de algunos, la llegada al lugar y el cambio de escenarios se registraron, aunque son hechos que suceden en todos los eventos del mundo.

¿Y los artistas independientes?

Hacia marzo de 2021 se comenzaron a ver conciertos con más frecuencia, sobre todo en los circuitos independientes de Bogotá, Cali y Medellín. Aunque no es un secreto que en casas, venues (es decir, sitios de conciertos) no oficiales y locales cerrados, se escuchaban desde mucho antes los versos de canciones de artistas emergentes. A ellos, la pandemia los impactó de una forma diferente: les tocó moverse de forma rápida, con amigos, redes sociales y el voz a voz para mantenerse vigentes.

Hacia marzo de 2021 se comenzaron a ver conciertos con más frecuencia, sobre todo en los circuitos independientes de Bogotá, Cali y Medellín. Aunque no es un secreto que en casas, venues (es decir, sitios de conciertos) no oficiales y locales cerrados, se escuchaban desde mucho antes los versos de canciones de artistas emergentes. A ellos, la pandemia los impactó de una forma diferente: les tocó moverse de forma rápida, con amigos, redes sociales y el voz a voz para mantenerse vigentes.

“Con boletería de mano en mano y en lugares que no cerraron, se lograron hacer conciertos”, explica Juan Antonio Carulla, fundador de El Enemigo. Y sigue: “Algunos sitios cerraron sus puertas, como El Chamán, en Chapinero, causando un gran dolor a la escena independiente. Otros como Café León, Espacio en Blanco, o Casa Yunta se han mantenido y le permitieron al circuito encontrar una solución”.

“Las redes sociales jugaron un papel fundamental. Si no se tuvieran estas plataformas, no hubiera sido posible comunicar ni ayudar a amplificar las acciones de artistas. Fueron un pilar importante porque también les permitieron a las marcas de todo tipo explorar opciones con los artistas”, sostiene Joaquín Rodríguez, ejecutivo de la música.

Esa autogestión de crear, distribuir y mostrar sus propias producciones les ha permitido sobrevivir a quienes están fuera de las grandes ‘sombrillas’ de la industria. Por eso, quizás, su música en vivo no se mantuvo tanto tiempo en pausa.

“Volver a los conciertos es como


cuando uno se encuentra con


alguien que quiere mucho, pero no

se veían hace tiempo: es volverse


a sincronizar”, Santiago


Cembrano, periodista musical


“Esto empezó antes que lo mainstream ‒lo que está en tendencia‒, porque los conciertos masivos no eran viables. El rap colombiano logró mantenerse vivo. N. Hardem o Alcolirykoz, por ejemplo, tocaron en circuitos y ellos mismos se promocionaban”, dice Santiago Cembrano, periodista cultural.

Hay algo claro: la escena independiente tuvo que abrirse de nuevo el camino del mercado de forma rápida y efectiva. “Es un reto que todavía está. Falta aún tiempo para que se vuelva a los niveles de antes. La crisis quebró a muchos ‒explica Cembrano‒.¿Qué otra opción hay si no es volver a la música en vivo? Mis respetos para los empresarios y para quienes les están apostando a los conciertos”.

Aquí juegan un papel importante los estímulos del Distrito, en Bogotá, y del Ministerio de Cultura, a nivel nacional. “Este año duplicamos los ganadores de convocatorias para trabajar en la recuperación económica de los artistas locales. Además, estamos tratando de que los empresarios, productores y organizadores puedan tener las condiciones más fáciles para reactivar los conciertos en vivo”, asegura Catalina Valencia, directora del Instituto Distrital de las Artes de Bogotá (Idartes).

La agrupación bogotana Morat logró cinco fechas de conciertos 'sold out' en Movistar Arena, en marzo de este año. Foto: cortesía @valbuenamath

Según la ministra Mayolo, con la actualización de la ley de espectáculos públicos en 2020, “las alcaldías pueden invertir recursos en agentes del sector que producen o circulan espectáculos públicos de las artes escénicas de formatos medianos y pequeños”.

Además, “la contribución parafiscal actual establece un límite en el que solo se obliga a declarar y pagar cuando se comercializa una boletería igual o superior a 3 UVT (114.012 pesos en 2021), lo que beneficia a los medianos y pequeños productores que regularmente comercializan sus entradas en valores inferiores a este límite”, dice la ministra.

No obstante, para algunos analistas, la normativa actual debería cambiarse o mejorarse. “El Gobierno se preocupó más por generar un ente de control para generar impuestos, algo que no funcionó. Se debería crear una ley que les dé funcionalidad a todos los sectores de la industria, desde la producción hasta los empresarios”, sostiene Henry González.

- x -

La boletería

Uno de los retos que ha significado la reactivación de conciertos y festivales en el país es el gasto en las entradas. “Lo más complejo para la industria será lidiar con los precios de la boletería, porque tarde o temprano van a ser impagables”, dice Alejandro Marín.

Las boletas individuales han oscilado entre los 85.000 y los 2’200.000 pesos. Una duda frecuente entre los s está relacionada con cómo se determinan los precios. Según Sofía Higuera, gerente de Tuboleta, la empresa de boletería habla con el promotor y él determina el valor de la entrada, de acuerdo con factores como el costo del artista, alquiler del escenario, valor de los proveedores, impuestos, entre otros. “Nosotros les damos la información histórica como guía”, afirma.

A esto hay que sumarle el costo por el servicio y las variables de la economía nacional, como la inflación, que se ubicó por encima del 8 por ciento en febrero de este año, y el precio del dólar, que durante la pandemia superó la barrera de los 4.000 pesos. Cabe aclarar que esta compleja situación económica no solo sucede en Colombia, sino que es una tendencia mundial, más aún en la pandemia y con la guerra entre Ucrania y Rusia.

La Solar fue uno de los primeros festivales de música que se registraron este año en el país. Sucedió en Medellín y contó con artistas como Rauw Alejandro, Feid, The Martinez Brothers, Paul Van Dyk y Zhu. Foto: La Solar

En la escena independiente también se han visto los incrementos. “Antes de la pandemia, la boletería para un toque podría costar 10.000 pesos, ahora está por encima de los 25.000 o 30.000 pesos”, dice Juan Antonio Carulla.

“Lo que se ha visto es que la reactivación se ha dado por un buen manejo de vacunación, al contrario que en otros países de la región, causando una reacción acelerada a comprar boletas este año”, explica Julio Correal. “Es salud mental para la gente; es lo que necesita”, asegura Luz Ángela Castro.

Eso podría justificar lo que sorprende: varios de los conciertos masivos anunciados han resultado con boletería agotada, algo que ha llevado a cambiar de escenario el evento ‒como Kany García, que pasó del Teatro Julio Mario Santo Domingo al Movistar Arena‒ o al colapso de las plataformas y apertura de nuevas fechas, como ocurrió con Bad Bunny.

“Los conciertos se volverán lo


que fueron originalmente en la


época medieval: un espectáculo


para las élites”,Alejandro


Marín, director de


la emisora La X.


El fenómeno del reguetonero puertorriqueño se tomó las redes sociales, no solo por el anuncio del tour, sino por los precios de los ‘palcos’, que ascendían a 22 millones de pesos. “Bad Bunny agotó tres fechas. Teníamos programada solo una, pero tomamos el riesgo, ante la respuesta de la gente.

Son decisiones que vienen avaladas por estudios y por la experiencia reciente con los dos sold out con Karol G en Medellín”, explica Fabián Reyes, coordinador de Stage Eventos, uno de los organizadores del concierto con Diomar García.

En la escena de la música electrónica, la situación también ha sido compleja. “Con la devaluación del peso todos los años es un poco más difícil; mientras en otros países para determinado artista se necesitan 200-300 boletas para ‘break even’ —cubrir los gastos—, en Colombia tenemos que vender 600-700 entradas. Afortunadamente para el gremio ahora hay una escena mucho más grande y sólida”, dice ‘Cheo’ Cubillos, del Baum Festival.

El lío con los precios de las boletas está en lo que pueda suceder en unos meses. “Esto difícilmente puede bajar de precio. Si el mercado ya probó una boletería cara y les funcionó en este contexto, es complejo que cambie en otro escenario”, asegura Alberto Marchena jr., experto de radio musical y columnista.

El alza, al parecer, es una tendencia mundial. En la gira en Estados Unidos de Paul McCartney, por ejemplo, hay boletas que se venden hasta por 3.800 dólares, o para conciertos de Foo Fighters —que se presentarán en el Estéreo Picnic—, hay entradas de hasta 280 dólares.

Sobre esa situación, Juan Antonio Carulla cuestiona: “Ahora, la demanda y la oferta son altas. La industria quiere recuperar el dinero y todo el mundo está sediento de música en vivo. ¿Qué va a pasar cuando se acabe la plata?”

Sobre la boletería ha surgido otra pregunta entre las audiencias: ¿con cuánto dinero se quedan los promotores? Los expertos y promotores consultados por EL TIEMPO coinciden en que la mayoría del dinero se obtiene a partir de la boletería: el 90 por ciento se usa para pagar la logística de los artistas, los compromisos con agencias, el alquiler del escenario, cancelar la carga tributaria y recuperar inversiones; el 10 por ciento restante suele quedar como ganancia, aseguran, aunque se destina para los gastos de la empresa, nómina y reinversión para otros eventos.

En el caso de los eventos públicos, como los festivales al parque en Bogotá, los recursos salen de la Alcaldía “a través de impuestos de los ciudadanos ‒afirma Catalina Valencia, directora de Idartes‒. Por eso es que son de gratuito; nosotros istramos esos recursos y producimos los eventos”.

- x -

Audiencias y locaciones

Cautivar a las audiencias es otro de los retos para organizar un concierto en Colombia. Si bien el país es reconocido por su público, no es fácil lanzar un evento con cualquier artista. “El mercado colombiano es emergente ‒dice Marín‒. Usted puede traer aquí a Roger Daltrey y a David Gilmour, de Pink Floyd, como pasó en 1992 en Cali, y vender solo 200 boletas”.

Un ejemplo similar sugiere Alfredo Villaveces, quien con su empresa ha sido pionero en traer al país artistas legendarios: “Si tú hubieras traído a los Rolling Stones a hacer dos o tres estadios en Bogotá, no los hubieran hecho, lo mismo con Roger Waters o Radiohead. Algo diferente de cuando se va a Argentina, porque la gente puede tener más afinidad con ellos y pueden llenar más estadios. Ahí también se marca la diferencia en el precio de las entradas, porque todo depende del volumen de gente”.

El asunto con los públicos es que no todos están dispuestos a pagar por ver a un artista. Por eso, la mayoría se concentra en Bogotá, donde viven más personas y donde históricamente se han presentado agrupaciones reconocidas. No obstante, según los expertos, Medellín ha logrado atender a artistas de talla internacional, y Barranquilla se está metiendo en el juego con un nuevo escenario. “Todos los días se está creando público”, señala Villaveces.

“Lo que se le ha ofrecido al


público colombiano son artistas


triple A. Son selectos y eso


la gente lo ha ido entendiendo”,


Julio Correal, empresario de la


industria y locutor.


“Hay que educar a los mercados para que puedan pagar las boletas. Desde los venues más pequeños, en circuitos, se pueden sembrar artistas para que se conozcan y después se posicionen. También se necesita que los medios, como la radio, pongan a sonar a los locales e independientes”, afirma Henry González.

Ese ‘Bogotá-centrismo’ también se debe a las locaciones. En el país y en Suramérica no hay tantos lugares disponibles que respondan a las necesidades y proyecciones de todos los artistas. Movistar Arena logra eventos para 14.000 personas, y el estadio El Campín permite aforos de entre 25.000 y 30.000 para conciertos. Si bien hay otros lugares en la capital como el parque Simón Bolívar, Salitre Mágico y el Centro de Eventos de la Autopista Norte, y está en construcción el coliseo Live en la calle 80, para 20.000 personas, no hay más estadios o coliseos dedicados exclusivamente para este tipo de espectáculos.

“Hay una gran cantidad de eventos que suceden de manera simultánea, pero supone un reto la infraestructura porque sigue siendo limitada”, dice Luz Ángela Castro. Y lo reafirma Alberto Marchena jr.: “Una de las cosas que nadie mira es que Colombia solo ofrece una plaza para conciertos con artistas internacionales: Bogotá. Medellín es más frágil, y en Cali es casi nulo el tema. Esto no pasa en Brasil, México o Argentina”.

Algunos analistas opinan que es necesario que desde el sector privado se planteen iniciativas para construir estos escenarios y la industria se deje de “limitar” a los venues de naturaleza pública que pueden representar más trámites. “Es claro que en Colombia hacen falta lugares, el tema es quién los financia, quién los construye, quién los istra, cuánto cuesta su alquiler respecto de los artistas que vienen a tocar allí y si finalmente serán viables con el tiempo”, analiza Sebastián Narváez.

No obstante, el éxito de los grandes conciertos y de festivales, como el Estéreo Pícnic, se debe a las alianzas entre empresarios, agencias, promotores y organizadores. “Si bien la boletería es el ingreso principal, el mercadeo y la empresa privada hacen posibles los eventos”, señala Sergio Pabón.

Black Pumas se presentaron en el FEP después de confirmarse la muerte de Taylor Hawkins, de Foo Fighters. Lograron un concierto impecable y respetuoso. Foto: Sebastián López / EL TIEMPO

En esto está de acuerdo Joaquín Rodríguez, ejecutivo de la música: “Los grandes resultados se dan por el trabajo en equipo. Muchos de los proyectos surgen de la sociedad entre empresarios. Se amplía el campo de acción”. Así las cosas, las alianzas también funcionarían en los eventos públicos: “Queremos crecer más con las empresas privadas para que nos apoyen en la programación artística; los festivales forman parte del espíritu de la ciudad”, dice Catalina Valencia, de Idartes.

Lo cierto es que la música en vivo está más presente que nunca. Las conexiones que se generan en estos espacios con las ‘tribus’ de amigos y familias ‒como dice Villaveces‒ son las que permiten que los conciertos y festivales se conviertan en experiencias únicas. Lo dijo Miley Cyrus tras su exitoso concierto: los fanáticos y el público han estado más presentes que los mejores amigos, “son amigos para toda la vida”. Esa lealtad se logra con el tiempo y se representa en cada espectáculo en vivo, en aquellos lugares donde se canta con el alma y se ama la vida misma, y en los mismos escenarios donde los artistas terminan con un "gracias totales".

- x -

Créditos

David Alejandro López Bermúdez

Reportería e investigación

Sebastián Márquez

Concepto gráfico

Carlos Bustos

Maquetación

Sandra Rojas

Jefe de Diseño

Carlos Solano

Video y edición de texto

José Mojica

Editor de Reportajes Multimedia

Jhon Torres

Editor de Mesa Central

Este trabajo fue publicado el 28 de marzo de 2022