El uso correcto del idioma es fundamental para transmitir ideas y sentimientos de forma adecuada. Uno de los errores más comunes en el español es el uso indebido de 'que' y 'de que'.
Para discernir cuál usar, se puede formular una pregunta con relación a la frase en cuestión. Si se pregunta "¿Qué...?" se responderá con "que"; si se pregunta "¿De qué...?" se responderá con "de que".
Por ejemplo, al escuchar "me han dicho de que habrá una reunión", se podría preguntar: "¿Qué me han dicho?" La respuesta debería ser "me han dicho que habrá una reunión".
Otro caso sería “Pienso que va a llover”. Al cuestionar "¿Qué pienso?", se deduce que la oración correcta es "pienso que va a llover", en vez de "pienso de que va a llover".
No obstante, en la frase “Me preocupo que mis estudiantes aprendan”, el interrogante correcto sería “¿De qué me preocupo?”, llevándonos a la respuesta: “Me preocupo de que mis estudiantes aprendan”.
El ejercicio también aplica a la oración: “Los estudiantes de este colegio están seguros que se convertirán en excelentes profesionales”. Al preguntarnos “¿De qué están seguros?”, nos damos cuenta de que la forma correcta es: “Están seguros de que se convertirán en excelentes profesionales”.
En invierno, cuando se añora el calor, podríamos decir: "Uno alberga la esperanza de que llegue la primavera", deduciéndolo del cuestionamiento "¿De qué alberga uno la esperanza?".
Es común escuchar en conferencias: “Me alegro que formules esa pregunta”. Sin embargo, al preguntarnos “¿De qué me alegro?”, encontramos que la frase adecuada es “Me alegro de que formules esa pregunta”.
Por supuesto, en un escenario de triunfo, un joven podría decir: “Somos conscientes de que debemos trabajar más y estamos convencidos de que el sacrificio valdrá la pena. Sabemos que el esfuerzo constante será recompensado, porque creemos que nuestra capacidad es alta”. Esta sería la forma óptima de expresarse.
¿Qué es el dequeísmo?
El dequeísmo se refiere al uso indebido de la preposición "de" antes de la conjunción "que" cuando no está justificado por ninguna otra palabra en la frase. A pesar de que puede parecer un error menor, su uso incorrecto puede cambiar significativamente el significado de una oración y su fluidez.
A continuación, detallamos los casos más comunes en los que se incurre en dequeísmo:
1. Oraciones subordinadas sustantivas de sujeto: el sujeto de una oración nunca va precedido por una preposición. Por lo tanto, frases como "Me alegra de que sean felices" deberían ser "Me alegra que sean felices".
2. Oraciones subordinadas sustantivas de complemento directo: este error suele aparecer con verbos de pensamiento, habla, temor y percepción. Por ejemplo, "Pienso de que conseguiremos ganar" debe corregirse a "Pienso que conseguiremos ganar".
3. Oraciones subordinadas que ejercen funciones de atributo: en oraciones copulativas con el verbo "ser", este complemento generalmente no lleva la preposición "de". Un ejemplo erróneo sería "Mi intención es de que participemos todos", cuando lo correcto es "Mi intención es que participemos todos".
4. Uso incorrecto en locuciones conjuntivas: algunas locuciones conjuntivas no incluyen la preposición "de". Errores como "a no ser de que" deben corregirse a "a no ser que".
5. Uso de la preposición 'de' en lugar de la preposición correcta: en ocasiones, el verbo en cuestión exige otra preposición que no es "de". Por ejemplo, "Insistieron de que fuéramos con ellos" es incorrecto y debe corregirse a "Insistieron en que fuéramos con ellos".
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VALERIA CASTRO VALENCIA
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en artículos de archivo de EL TIEMPO e información de la RAE, y contó con la revisión de la periodista y un editor.