La necesidad de encontrar una nueva propuesta que le diera un aire fresco al rock colombiano hizo que la emisora Radioaktiva lanzara en el 2003 una convocatoria para bandas nacionales. A la cadena radial llegaron unas 300 propuestas, y escogieron las 12 mejores, entre ellas Don Tetto.
La aprobación de la gente haría falta para que se consolidaran como los ganadores del concurso, y no fue difícil: más de los mil que los escucharon en vivo dieron su visto bueno.
Desde entonces han pasado 15 años, y la banda bogotana Don Tetto sigue vigente y con la misma fuerza. Y, precisamente, dicha larga trayectoria la evidenciaron Diego Pulecio, Carlos Leongómez, Jaime Valderrama y Jaime Medina con Barco de papel.
“En 16 años hemos tenido la oportunidad de madurar y de crecer (...) empezamos desde que éramos muy pequeños y hemos ido evolucionando, haciendo música, viajando, afrontando buenos y malos momentos”, cuenta el bajista Jaime Valderrama en una conversación con EL TIEMPO.
Barco de papel es un álbum que tendrá tres entregas y cuya primera parte se estrenó el pasado 24 de mayo. Un lanzamiento que se hizo luego de casi cuatro años sin tener algo nuevo de la banda. “Al tener tanto tiempo pudimos moldear las canciones a nuestro gusto, escucharlas muchas veces y pensar si eran realmente buenas. Nos dio tiempo de pulirlo y de estar seguros de que el producto final iba a funcionar y les iba a gustar a los seguidores de Don Tetto”, explica Diego Pulecio, el vocalista de la banda.
“Es un álbum contundente. Está hecho para tocar en vivo. Tiene mucha fuerza y aunque está lleno de historias muy personales, la gente se las puede apropiar”, agrega el guitarrista Carlos Leongómez.
Según ellos, su vigencia luego de más de una década de trabajo está ligada con sus fanáticos. “Siempre nos han apoyado cuando hemos estado relevantes y cuando no (...). Cuando empezamos, lo único que nos importaba era ensayar, ir a tocar y mostrar nuestras canciones; teníamos afán de estar en una tarima porque era la única forma de sentir que estaba pasando algo con el proyecto. Ahora, como va todo tan rápido, sentimos que hay que dar pasos bien pensados, que tengan una estrategia detrás”, recalca el bajista.
No obstante la rapidez con la que va la industria, sus procesos creativos se han mantenido.
“Vivimos todos los cambios de la industria. Desde la época de vender discos en físico hasta hoy con todas las plataformas digitales que existen. Pero siempre hemos luchado por hacer la música que nos gusta”, explica Valderrama.
La fama no les preocupa. Quieren ser los mismos que en el 2002 compartían una amistad basada en su gusto por la música y el rock. “No se trata de cambiar de un momento a otro porque la tendencia es otra. Finalmente, hacer rock hoy en día es una decisión”, concluye Valderrama.
Yaritza Acero
CULTURA
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