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Eliades Ochoa: 'Totó la Momposina y yo queríamos hacer un disco, pero no lo logramos'
El 26 de mayo se lanza 'Guajiro', nuevo disco del músico de Buenavista Social Club.
Eliades Ochoa no solo lleva en su corazón el proyecto Buena Vista Social Club, que irrumpió como un gran fenómeno sonoro en 1996, con una gran cantidad de buenos músicos cubanos de la mano de Ray Cooder. También a sus compañeros Rubén González, Compay Segundo e Ibrahim Ferrer, entre otros.
“Tengo gratos recuerdos de ellos. Y aunque físicamente no están, no se mueren nunca. Esos compañeros míos siempre estarán en la memoria de su público”, dice el cantante y guitarrista.
Eliades Ochoa está en España. Desde allí habló, vía Zoom, de su nuevo disco, 'Guajiro', que sale el 26 de mayo y que se podrá descargar por plataformas.
Tiene 11 canciones: 'Vamos a alegrar el mundo', 'Soy guajiro', 'Creo en la naturaleza' (con la cantautora y productora estadounidense Joan As Police Woman), 'Pajarito voló' (con el panameño Rubén Blades), 'Ando buscando una novia', 'Abrazo de luz', 'Anita tun tun tun', 'Canto para ti, guajira; 'Se soltó un león', 'West' (con Charlie Musselwhite, estadounidese y uno de los más reconocidos armonicistas de blues) y 'Los ejes de mi carreta'.
Las canciones llevan el sonido y el sello propio de Ochoa, nacido campesino en las montañas cubanas, cerca de Santiago de Cuba.
El 22 de junio de 1946 llegó a este mundo, en el pueblo de Songo la Maya, en un lugar llamado La Loma de la Avispa. Sus padres, músicos autodidactas, mezclaban las labores del campo con el sonido del tres y él creció oyendo montunos y guajiras.
No heredó interpretar el tres. A los seis años –y también de forma autodidacta– comenzó a sacarle notas a la guitarra.
El lugar de Cuba donde nació es un punto en el que la música es muy elaborada, pese a su sencillez. “Hay un sentido de estética y es muy bueno que esta tradición se mantenga”, dijo. También, desde niño se acostumbró a hacer los arreglos de sus canciones.
En sus conciertos, el músico siempre lleva el traje negro elegante y su sombrero.
Como profesional, su gran salto fue en 1978, cuando llegó al Cuarteto Patria, del que se convertiría en director al año siguiente. Ochoa ha mantenido la elegancia de la interpretación de la música tradicional de su país, especialmente de sones montunos, guajiras, changüíes, guarachas y boleros. Al formato original de Patria le incluyó percusión, guitarras, bongó, cencerros, claves, contrabajo, trompetas y un trabajo vocal especial. La guitarra del músico convirtió a Patria en un conjunto con un sello distinto.
Por la pantalla se le ve con su ropa de estilo campesino y su tradicional sombrero, otro de sus sellos. Es muy buen conversador y sabe de música colombiana. “Me gusta mucho la llanera. Además, lo que se hace en tu país suena en todo el mundo”.
En general, le gusta conocer y aprender de muchas músicas de distintos lugares. Eso sí, dice que aunque respeta la de ahora, “prefiero las originales de los países, las oigo con mucha alegría y atención”.
De la isla dice también el bolero y el son están entre sus favoritos, que han conquistado el mundo. Y ni qué decir él: tras el éxito de Buena Vista Social Club, su carrera se disparó y está en giras permanentes. “En conciertos en lugares lejanos la gente llega con mis discos para que se los firme, eso dice mucho de lo que Cuba le ha dado al mundo”.
Suena a ese ambiente guajiro y campesino, y que conecta directamente con la naturaleza
En 'Guajiro', agrega, “cada canción tiene un mensaje y yo creo que muy fácil la gente que lo oiga se va a dar cuenta de esto que estoy diciendo”.
Y se refiere, especialmente, a 'Pajarito voló', que hace con Blades: “Suena a ese ambiente guajiro y campesino, y que conecta directamente con la naturaleza”.
A esa naturaleza a la que le habla siempre que puede para que lo deje muchos años más en este mundo y seguir haciendo lo que más le gusta.
De Blades, dice, son amigos hace muchos años. “Él siempre me respeta la forma de proyectarme y yo lo iro y respeto porque es un artista que cuando hace algo lo lleva a su final del mismo modo mío: con una gran intención porque nuestras canciones queden de la mejor forma posible”.
Ganador de un Grammy Latino en el 2012, con su disco 'Un bolero para ti', en la categoría mejor álbum de música tropical tradicional, el título del disco es una canción de amor que le escribió a su esposa, Grisel, y tiene frases como “cuando tú no estás late más despacio mi corazón”.
El músico cuenta que la compuso en España, en un parque, “pensando en los tiempos que pasamos separados por mi trabajo. Luego la perfeccioné. Son momentos de inspiración que a mí me llegan en cualquier lugar”.
Su música es muy alegre porque, además, “ya está bueno de tristeza, hay que poner al mundo feliz, hay que bailar”, dice con su voz fuerte.
Para despedirse, habla de una figura de la música colombiana a la que iramucho: Totó la Momposina. “La conocí hace como 50 años y planeamos hacer un disco con su grupo y mi grupo. No se logró, pero nunca olvido que su música hacía mover todos los cuerpos”.