Las canciones de Ofertório (del latín offertorium, acción de ofrecer) han sido cuidadosamente escogidas para que ese mensaje llegue a la gente por encima de cualquier barrera idiomática. Ahí están las composiciones del propio Caetano (Alegria, alegria, O leãozinho, Trem das cores), pero también hay canciones compuestas para su hermana Maria Bethânia (Reconvexo), a sus padres y a sus hijos (Genipapo absoluto, Boas vindas y Um Tom). Estos últimos también aportan composiciones y emociones propias (Todo homem, How beautiful could a being be, Clarão, Um o à frente, entre otras). Más que un encuentro familiar o un concierto a secas, Ofertório es un diálogo, una atmósfera y una experiencia de conmovedora intimidad.
Poco antes de llegar a Colombia, Caetano Veloso aceptó esta entrevista para develar los orígenes de Ofertório y contar anécdotas sobre sus canciones y su carrera.
¿Cómo ha sido la experiencia de convivir con sus hijos desde 2017 en esta gira?
Para mí es una felicidad poder estar con mis hijos más tiempo del que habitualmente comparten los hijos adultos y sus padres. Yo los adoro y el show sirve también para mantenerlos junto a mí, al menos en el escenario. El hecho es que los compromisos profesionales facilitan el distanciamiento. Ahora nos vemos más en pasajes de sonido y aeropuertos que en nuestras casas.
¿Cuál ha sido la parte más difícil de este tiempo juntos?
No vi que surgieran dificultades entre los cuatro, ni en los ensayos ni en las temporadas. Apenas observo que, al contrario de Zeca, Tom detesta salir de Río.
Aeropuertos, aviones, trenes y hoteles lo aburren e irritan. Los tres, Moreno, Zeca y yo, nos reímos. Moreno y yo ya estamos acostumbrados. Él trabaja con música hace más de veinte años y yo hace más de cincuenta. Aunque yo personalmente deteste los aeropuertos y encuentre los vuelos largos muy desgastantes, adoro estar en ciudades diferentes, ver parques, museos, oír lenguas y contemplar la arquitectura. Moreno también. Zeca, que es el único que debuta en este show, tiene vocación para los viajes y está muy interesado en descubrimientos culturales en ciudades extranjeras. Tom solo parece estar muy a gusto cuando sale al escenario. Bueno, él reclama, pero disfrutó ver el David de Michelangelo y contemplar el Etna por detrás del teatro griego en Taormina.
El nuestro no es un show de virtuosos. Es un show particularmente familiar y modesto en la instrumentación.
¿Cómo ha sido la reacción del público fuera de Brasil frente a ‘Ofertório’?
Para mí fue una sorpresa la aprobación del público a nuestro show desde el estreno en Rio. Nuestro plan era hacernos a un teatro pequeño allí y a otro en São Paulo, con el deseo de ir también a Bahía, que es de donde viene todo y donde Moreno y Tom nacieron. Pero en pocos meses ya estábamos teniendo que enfrentar auditorios gigantescos, siempre repletos y con personas de todo tipo reaccionando con entusiasmo. Al salir de Brasil, pensé que eso no podría ocurrir en los escenarios que no estuvieran mayoritariamente compuestos por emigrantes brasileños. Pero lo que vimos fue la aprobación apasionada de vieneses y florentinos, de artistas ingleses y productores estadounidenses, de jóvenes mexicanos y señoras portuguesas. El nuestro no es un show de virtuosos. Es un show particularmente familiar y modesto en la instrumentación. Pero creo que en todas partes, las personas se ven delante de algo muy sincero y profundo, algo que representa lo que hay de peculiar en el mundo de la canción popular en Brasil.
Antes de lanzar su último álbum, ‘Ok Ok Ok’, Gilberto Gil dijo: ‘Este es el primer álbum de mi vejez’. ¿Cómo ha sido su propia experiencia de envejecer?
Vivo la vejez con curiosidad. Reconozco las incomodidades y las limitaciones, pero no creo que ser joven signifique necesariamente ser más feliz. Hay una alegría en la juventud, la alegría física de la intensidad del sexo y de la impresión de una grande, muy grande distancia con respecto a la muerte. Pero alguien puede ser muy infeliz a los 25 y mucho más feliz a los 80. Cuando escribí O homem velho yo todavía no sentía las diferencias del envejecimiento. Apenas percibía que me estaba aproximando. Y mi padre ya había muerto, a los 82. Ahora, frente a las invitaciones para irnos a China, Japón y Oceanía, coincido con Tom en la tendencia de no aceptar a causa de la vejez.
Los vuelos largos son terribles para un organismo senil. Muchos días son necesarios para que uno se recupere. Aun así, todavía estoy en duda en cuanto al viaje a Asia.
¿Usted cree que el significado de la amistad cambia con los años?
Soy del tipo que conserva amistades antiguas. Tengo amigos que fueron compañeros de escuela primaria, gente que conozco y de la que soy cercano desde los siete años. También tengo amigos de cuando tenía 17 o 18. Entre mis colegas, cultivo amistades duraderas. Tal vez no podamos vernos con tanta frecuencia como antes. Hay fases.
Pero las amistades que hice en el período del exilio, como Jorge Mautner y Antônio Cícero, aún se mantienen. Y hago amistades nuevas, sobre todo en Bahía. Después, cuando lancé Cê, encontré un grupo de jóvenes en Salvador y sigo conectado con ellos.
El uso del tiempo debe tornarse más regulado con la edad. Pero incluso así, yo todavía no consigo aislarme más. El significado de la amistad es más longevo para mí que su practicidad.
¿Cómo recuerda a sus padres?
En general, con mucho amor. Y a veces con mucha iración. Mis padres nacieron al comenzar el siglo veinte: él, en 1901, y ella, en 1907, en una ciudad del interior de Bahía, donde crecieron, se casaron y nos criaron. Allá mismo están enterrados. Nunca pelearon y nunca se separaron. Toda la formación individual de los hijos estuvo acompañada por un respeto increíble y por la ausencia de prejuicios tacaños. Mi padre daba la pauta. La casa estaba llena de hermanas y sobrinas suyas, todas en una edad cercana a la de mi madre. Crecimos en una casa grande de Correos y Telégrafos, mi padre era agente postal-telegráfico, en medio de esa multitud de mujeres que nos mimaban. Nunca vimos una pelea entre mi madre y esas primas y tías. Y somos, cada uno de nosotros, personalidades destacadas en distintos medios.
El significado de la amistad es más longevo para mí que su practicidad
El público me conoce a mí y a Maria Bethânia. Pero quien conoce a Mabel, profesora inolvidable para generaciones de santo-amarenses y soteropolitanos, hoy autora de libros de poesía; a Rodrigo, un mecenas de sus hermanos menores que nos dio a mí, a Bethânia y a Irene todo lo que necesitábamos para desenvolvernos personal e intelectualmente, además de revelarse como el mejor lector de mi libro Verdade tropical; a Roberto, un éxito entre las generaciones que trabajaron con turismo en Salvador y después en São Paulo; a Irene, la sorpresa que entró a nuestras vidas cuando yo ya era preadolescente y nos enseñó a reírnos alto; y a Clara, un ama de casa que entendió y acogió lo que pasaba con sus hermanos más jóvenes tratando todo con inmensa sabiduría, sabe que solo de Seo Zezinho y Dona Canô podía salir un elenco tan variado y cohesionado. Mi padre era mulato y mi madre parecía indiana. En todo, ellos me hicieron sentir que había nacido en la médula de lo que es ser brasileño.
‘Genipapo absoluto’ es una joya escondida en su discografía y también una canción íntimamente ligada a sus padres. ¿Cómo surgió?
Todo nació de un recuerdo que siempre vuelve a mi mente, la escena de verme ayudando a mi padre a exprimir jenipapo en una prensa manual con la que hacía licor para las fiestas. Yo me sentía muy orgulloso de estar ahí con él, ayudándolo en aquel trabajo tan masculino de torcer la prensa. Quise retratar eso. Recuerdo que, en mitad de la canción, cuya melodía ya estaba lista a partir del comienzo de la letra y de la intención de citar palabras y notas de canciones que mi madre cantaba, como si la letra dejara huecos por el camino, me acordé de Proust y del libro de Deleuse sobre Proust que había acabado de leer, y de ahí surgió el coro: “Cantar es más que recordar / más que haber tenido aquello entonces / más que vivir y que soñar / es tener el corazón de aquello”. Siento placer y orgullo de cantarla en el show, después de que Zeca hace su conmovedor Todo Homem.
¿Qué anécdota recuerda sobre su iración y su amistad con João Gilberto, quien falleció recientemente?
João Gilberto fue todo para mí. Cuando lo escuché por primera vez tenía entre 16 y 17 años y quedé fascinado. Mi hermano Rodrigo me compraba sus elepés y a medida que lo escuchaba fui comprendiendo que allí había una percepción de lo que era la canción popular que me daba un norte estético. Él fue la figura central de mi formación. Yo ni pensaba dedicarme a la música. Pensaba en pintar, escribir, hacer películas. Cuando lo conocí personalmente, toda esa magia se amplificó. Las historias son muchas e increíbles. Recientemente pasé cerca de una década sin verlo. Poco tiempo antes de su muerte, me llamaron él y su hija Bebel para ir hasta el aparta-hotel donde se encontraba. Me quedé conversando con él hasta la madrugada. La cosa más increíble es que Zeca fue conmigo y con Paulinha (esposa de Caetano), de modo que en junio pasado, el día del cumpleaños de João, Zeca fue invitado a verlo y estuvo de nuevo allá. Es increíble ver cómo Zeca entró en o directo con João al final de su vida. Yo “produje” su último álbum de estudio. Él me llamó para eso, pero no obedecía en nada lo que le sugería. Una noche le pidió al técnico Moog Canasio que apagara la grabación y que dejara la reproducción de su voz con volumen. Moog, muy leal, obedeció. João declamó un poema de Carlos Drummond de Andrade sobre Mário de Andrade. En fin. Yo tendría que escribir un libro extenso sobre João Gilberto.
Desde ‘Abraçaço’, en 2013, no ha lanzado un álbum inédito. ¿Hay alguno en camino?
Para nuestro show hice apenas un funk con Zeca, quien tuvo a cargo la programación, para que Tom lo bailara. Fuera de eso, hice un samba a petición de Bethânia para que ella y Zeca Pagodinho lo cantaran en un show que hicieron juntos, y compuse una canción para Céu, esa cantora paulistana que me gusta tanto. Céu acaba de grabarla y me la mandó para escucharla. Se llama Pardo. Haciendo el show con mis hijos, no pensaba para nada en hacer un nuevo disco. Pero, ahora, desde hace un tiempo, lo estoy considerando. Hay muchos caminos. Siendo viejo, creo que debo ser capaz de escoger uno.
¿Qué es lo que más le preocupa hoy sobre la situación política y social en Brasil?
El riesgo de que perdamos el amor y el entendimiento de la democracia.
¿Dónde y cuándo?
Caetano Veloso se presentará en el teatro Colsubsidio de Bogotá, el 12 de septiembre. El 14 estará en Barranquijazz, en el Country Club de Barranquilla; y el 16, en Medejazz, en el Teatro Metropolitano de Medellín.
JUAN MARTÍN FIERRO
Especial para EL TIEMPO