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Entrevista

España, México y Argentina, unidas por una misma ‘Raíz’

Niña Pastori, Lila Downs y Soledad Pastorutti son tres de las voces femeninas más importantes de Hispanoamérica, que decidieron juntarse nuevamente.

De izquierda a derecha, Lila Downs, Niña Pastori y Soledad Pastorutti.

De izquierda a derecha, Lila Downs, Niña Pastori y Soledad Pastorutti. Foto: Cortesía

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En 2014, la española Niña Pastori, la mexicana Lila Downs y la argentina Soledad Pastorutti se conocieron personalmente para grabar Raíz, un disco en conjunto de 16 temas que se llevó el Latin Grammy a mejor álbum folclórico.
Además de conocerse, era la primera vez que cada una trabajaba en un trío para hacer música. Niña, Lila y Soledad tenían sus propias carreras y habían cosechado éxito en solitario. Más allá de los egos, las diferencias culturales y el aprendizaje de trabajar en equipo, el resultado fue satisfactorio. Tan satisfactorio que decidieron repetir la hazaña de hace una década, con un EP de cinco sencillos para recordar esa raíz que las unió y para decirle al mundo que, pese a las nuevas modas musicales, ellas siguen en la industria.
Raíz, nunca me fui es el nombre del nuevo EP, que expone lo mejor de cada una y confirma que es posible unir tres culturas para hacer un folclore más expandido y latinoamericano.

¿Qué han aprendido la una de la otra?

Niña Pastori (N. P.): Yo aprendo de ellas todo el tiempo. De sus formas, de sus maneras, de la visión que tienen, de cada cosa que hacen. De hecho, tengo que confesar que hay veces que me siento chiquitita al lado de ellas. Cuando las escucho hablar y expresar lo que sienten, quedo azorada. Son dos grandes artistas.
Lila Downs (L. D.): Yo he aprendido de María (Niña Pastori) a hablar más de lo cotidiano, de eso de todos los días. Yo soy de estar pensando y hablando de la sociedad, de la nación, de temas gigantes. Y me encanta de lo que ella platica: de la casa, de la familia, porque también me causa mucho poder, me empodera desde el vientre, en donde está enterrado el ombligo. Y de la Sole tengo que decir que me inspira mucho su manera de ser. Ahora, por ejemplo, que estamos haciendo las entrevistas, ella tiene mucho orden, sabe muy bien cómo manejarse. Todas tenemos funciones distintas, y cada una en su velocidad.
Soledad Pastorutti (S. P.): Bueno, si hablamos de velocidad, yo hago todo muy a lo argentino. Sé que a veces parece que atropello, pero es que es una forma de ser que es difícil de entender para el que no vive en Argentina, para el que no nos conoce tanto (risas).Niña Pastori (N. P.): Yo aprendo de ellas todo el tiempo. De sus formas, de sus maneras, de la visión que tienen, de cada cosa que hacen. De hecho, tengo que confesar que hay veces que me siento chiquitita al lado de ellas. Cuando las escucho hablar y expresar lo que sienten, quedo azorada. Son dos grandes artistas.
Lila Downs (L. D.): Yo he aprendido de María (Niña Pastori) a hablar más de lo cotidiano, de eso de todos los días. Yo soy de estar pensando y hablando de la sociedad, de la nación, de temas gigantes. Y me encanta de lo que ella platica: de la casa, de la familia, porque también me causa mucho poder, me empodera desde el vientre, en donde está enterrado el ombligo. Y de la Sole tengo que decir que me inspira mucho su manera de ser. Ahora, por ejemplo, que estamos haciendo las entrevistas, ella tiene mucho orden, sabe muy bien cómo manejarse. Todas tenemos funciones distintas, y cada una en su velocidad.
Soledad Pastorutti (S. P.): Bueno, si hablamos de velocidad, yo hago todo muy a lo argentino. Sé que a veces parece que atropello, pero es que es una forma de ser que es difícil de entender para el que no vive en Argentina, para el que no nos conoce tanto (risas).

España, México y Argentina. ¿Qué sienten que nos atraviesa a todas las mujeres de manera transversal?

N. P.: El amor es lo más fuerte y lo más grande que hay. Y la mujer tiene mucho amor en su corazón. El amor por lo que hacemos, el amor por nuestros niños, por nuestra familia, por nuestras carreras.
L. D.: Y yo creo que también representamos cosas particulares. ¿No? En mi caso, el mestizaje, porque yo me considero indígena.
S. P.: Yo creo que el amor propio. En la actualidad y en los tres países, las mujeres están tomando mucho más protagonismo, que es totalmente legítimo y siempre ha existido. Yo escucho las historias de mis abuelas y mi mamá, y ese protagonismo siempre estuvo ahí, pero nunca se valoró de puertas hacia afuera. Hoy hay más ejemplos. La mujer ahora no solo se dedica a la casa. Nosotras, las tres, somos mamás y nos dedicamos a una profesión que a primera vista parece incompatible con la familia. De hecho, nos cuesta a veces organizarnos, pero somos una demostración de que sí se puede. Y ahí coincido con la Niña, es tanto el poder que nos da ese amor que tenemos que podemos con todo. Pero a su vez creo que hemos aprendido también a amarnos a nosotras.

También nos atraviesan las luchas...

S. P.: Sí, porque sentimos y vivimos cosas parecidas. Entonces ahí es donde hemos aprendido que no tenemos que ser rivales, sino compañeras y amigas, que de hecho lo somos.

Una de las cosas más lindas del proyecto de ustedes es el tema de desmitificar esta idea de que las mujeres nos odiamos y solamente competimos entre nosotras, porque las mujeres cuando nos unimos podemos hacer un montón de cosas muy interesantes.

L. D.: Sin duda. Yo creo que somos un ejemplo de lo que se puede hacer cuando nos ponemos de acuerdo. Porque venimos desde pensamientos y filosofías muy diferentes y así es como compartimos nuestro conocimiento.

¿Cómo es la elección de las canciones para un proyecto así?

N. P.: Más que la elección, el problema es cómo se cantan. A todas nos toca estudiar un poquito de qué manera hacerlo. Fue relativamente fácil escoger las canciones porque, al ser un EP, había que elegir solo cinco. Cada una de nosotras tenía que elegir una de su repertorio y ya con eso teníamos casi el 70 % resuelto. Luego había que buscar una canción nueva y popular, de esas que están en la cabeza y en el corazón de todo el mundo. Coincidimos muy bien desde el principio, porque cuando escuchamos Tan bonita supimos que era esa. Es una canción maravillosa que te que te invita a cantar más sensible.
S. P.: Ahí tuvieron un papel fundamental los productores. Lo primero que hicieron fue buscar las tonalidades de las canciones que nos quedaran más cómodas. Yo, que he trabajado con hombres en procesos así, te diría que al ser tres mujeres fue un poco más fácil. Además, las tres tenemos un registro amplio, pero también es cierto que hay una parte de nuestro registro que nos identifica más. Lila, por ejemplo, tiene una voz muy profunda, entonces les imprimió a las canciones como ese colchón, esa caricia de terciopelo que nosotras, que somos un poco más estridentes, no tenemos. Pero la elección del repertorio no fue tan compleja.

¿Y cómo lo hicieron?

S. P.: ¿La verdad? A través de un grupo de WhatsApp (risas). Caían las canciones, una estaba manejando; la otra, en su casa; la otra, de gira, e íbamos respondiendo como podíamos, pero hubo una votación. Fue muy clara la votación, todo muy democrático y casi que unánime.

¿Por qué decidieron volver a hacer esto, 10 años después?

L. D.: Yo tuve que pensarlo mucho, porque quería comprometerme a estar en este proyecto y hacerlo seriamente. Al igual que mis compañeras, soy feliz haciendo conciertos sola. Pero también amo la música de María y de Sole, y me sorprende mucho aprender de los géneros diferentes y cantarlos.

¿Qué es lo más relevante que les ha pasado en estos diez años?

L. D.: La propuesta de Sony estaba desde hace rato, pero yo no sabía si aceptar. Mi primera reacción fue no salirme de mi zona de confort. Después de perder a mi marido decidí hacerlo. Estaba enfrentando su muerte, y me hizo muy feliz volver a este proyecto que todavía no entiendo por qué nos volvió a reunir. Sé que lo entenderé más adelante y por eso estoy feliz de estar acá.
S. P.: Bueno, en mi caso, fui mamá por segunda vez. Trabajé un montón. Muchos discos. Tuve la posibilidad de hacer televisión. Me pasaron un montón de cosas, pero yo siento que lo relevante pasa por lo que uno tiene dentro. A mí me apasiona estar de gira y la música. Creo que todavía tengo mucho por aprender y me gusta incomodarme. Cuanto más difícil parece, ahí estoy yo. Me encanta llenarme de proyectos, incluso estoy también ahora con uno en el metaverso. Y con Raíz aprendo, crezco y empatizo. Yo solo le veo cosas positivas al proyecto, incluso a las discusiones que podamos tener y a las diferencias, porque es ahí donde entiendo que hay gente que ve la vida con otro par de anteojos y eso me hace a mí mucho más humana.
N. P.: Han pasado muchas cosas. Vivimos la pandemia y fue algo muy fuerte en el mundo. Fue algo que nos tocó a todos, se nos fue mucha gente y de una forma muy fea. Y a veces pienso que lo hemos olvidado, porque los seres humanos también somos así, de seguir y dejar las cosas atrás, pero no hay que olvidar.
ÚRSULA LEVY PARA EL TIEMPO
PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL DOMINGO

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