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Festival Cordillera 2023: crónica del primer día, con Café Tacvba, Residente y más
Superando la lluvia, el público acudió al Parque Simón Bolívar para ver las bandas latinoamericanas.
Festival Cordillera 2023. Público Foto: César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
El sol comenzaba a ocultarse al horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos mientras miles de fanáticos se congregaban en un mismo espacio y tiempo: el Parque Simón Bolívar, este 23 de septiembre. Se anticipaba una jornada llena de ritmo, sabor y vertientes musicales de toda Latinoamérica. Los asistentes, provenientes de diferentes destinos nacionales e internacionales, buscaban no perderse ni un minuto del evento que albergaba la esencia de la música del continente. El clima de Bogotá le daba la bienvenida al Festival Cordillera, en su segunda edición.
Mientras sonaba una fusión de sonidos andinos, Manuel Hernández, un colombiano radicado en Atenas que fue quien ideó la identidad visual del festival, recordaba aquellos días de su niñez en donde habitaba la sombría Bogotá de antaño. Ahora esta ciudad es una urbe que, al ritmo de la cumbia, el rock y distintos ritmos de la región, colorea la gran cordillera que ata a toda la región del sur de América.
El primer día del Festival Cordillera llenó de alegría, cultura y ritmo a la capital colombiana. A través de múltiples géneros, diferentes artistas de Latinoamérica y el Caribe lograron llegar hasta lo más profundo de los corazones de sus asistentes. Aunque esta fiesta de la canción se realizó en Colombia, el evento se convirtió en todo un intercambio de prácticas, saberes y folclor latino.
A primera hora, el encuentro recibía a su público de la mano del Jazz gitano de Nasa Histoires, una banda de boyacenses de pura cepa que sentían el calor de la capital colombiana, haciendo el “ritual de inicio” en la tarima Aconcagua y abriéndole la puerta a los fanáticos que iban llenado el parque Simón Bolívar.
'Bumgambilia' y 'Luciérnaga Artificial' fueron las canciones que marcaron el inicio de un festival que tuvo algunas dificultades de sonido, gente exaltada, y mucha ancestralidad musical.
Festival Cordillera 2023. Público Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
A unos cuántos árboles de distancia, el escenario Cotopaxi era inaugurado por la cantautora colombiana Mónica Giraldo, quién, acompañada por sus músicos y su bailarín, hacía un recorrido musical que honraba la cordillera de los andes, sus ríos y sus paisajes. Desde vallenatos hasta valses peruanos, pasando por la cumbia colombiana y el bambuco, esta artista cantó un repertorio que le hizo justicia a aquella región multicultural en la cual nació, adornándola con el sonido de la guitarra, el bajo, la guacharaca, la caja, la trompeta, el saxofón y el clarinete.
Junto a Fabio Chávez y su grupo, cerró su espectáculo al clamor de una sinfonía de vientos que hizo bailar a todos los asistentes, y con una oleada de canciones tradicionales como 'La Flor de la Canela', o de cumbias de su autoría como 'Pajaritos de Oro', esta intérprete se despedía evocando la nostalgia del territorio indómito de Suramérica.
Ya a las 3 p.m., la cantante paisa, Bella Álvarez, salía al escenario Cocuy acompañada por cuatro de sus músicos. Sus temáticas, acompañadas de la armonía instrumental y la inspiración de la naturaleza, abarcaban temas profundos y emotivos narrados con un tinte de folk y pop.
La siguiente banda en subir a escena fue Superlitio, de sangre caleña formada en los años 90. Con una fusión de diversos géneros musicales como el rock, el reggae, el funk y el pop, cautivaron a la multitud que coreaba canciones como 'Sexo con amor', 'Champetrónica” y la versión de 'Sin sentimiento', en honor al legado de Jairo Varela, y mantenía la expectativa de miles de asistentes que se emocionaban cada vez más con las interpretaciones musicales que estaban invadiendo el ambiente.
Festival Cordillera 2023. Presentacion de Siddhartha en el escenario Cotopaxi Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
El rock seguía apoderándose del Festival Cordillera con la aparición de 1280 almas, referente del rock alternativo colombiano de los años 80, que como en su primera presentación hace más de tres décadas, siguen con la misma energía, con letras que reflejan la realidad social de Bogotá y 'riffs' pesados de guitarras que los identifica en la cultura subterránea capitalina.
Al mismo tiempo, la agrupación argentina Silvestre y la Naranja refrescaba la tarde con un poco de 'folk', dándole un toque alternativo al festival a través de 'Sos todo lo que está bien' o 'Amores callejeros'.
La multitud que estaba dispersada en distintas partes del parque se comenzó a reunir en un mismo punto: La tarima Cordillera. Un sonido de keitar, insignia de la cumbia villera argentina, resonó en medio de una lluvia torrencial que caía sobre todos los asistentes. Damas Gratis aparecía en el festival.
Pablo Lezcano, vestido con la camiseta de Leonel Messi, comenzaba a tocar los primeros acordes provocando que la multitud entrara en un estado de euforia colectiva. La voz rasposa y apasionada del argentino se entrelazaba con canciones icónicas como 'No te creas tan importante', 'Yo me enamoré' y 'Me vas a extrañar', haciendo que la audiencia baile y cante al unísono.
Festival La cordillera 2023. lluvia Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
La llovizna se hacía larga, pero ambientaba el cantar suave de uno de los pocos artistas europeos con los que contaba este festival. En el escenario más pequeño de todos se encontraba José Gonzalez, el cantante sueco de ascendencia argentina que, inspirado en el folk latinoamericano, cantaba desde una silla y acompañado de su guitarra al mejor estilo de su mayor referente, Silvio Rodríguez.
La lluvia no fue impedimento para que sus seguidores lo acompañaran ni para que sus palmas armonizaran el cantar del artista; el chubasco tampoco fue un problema para que José, al celebrar veinte años de su álbum debut, ‘Crosses’, recordara 'Heartbeats', una de las canciones más icónicas de sus inicios.
La lluvia se disipaba mientras los fanáticos del 'ska' latinoamericano rodeaban el escenario Aconcagua. La tarde estaba envejeciendo y los relojes marcaban las cinco de la tarde cuando una de las bandas más influyentes del género salía al escenario desde un inflable que simulaba la entrada a un estadio de fútbol al mejor estilo albiceleste.
Entre aros de circo y trajes coloridos, los doce integrantes de Los Caligaris iniciaron el espectáculo con un popurrí de sus mayores éxitos, forjando un carnaval que cargó de euforia y alegría a los asistentes. Las nubes negras se disiparon y Juan Taleb, vocalista de la agrupación, brindaba por el cumpleaños número 26 de esta banda al compás de los clásicos 'Añejo W', 'Razón' o 'Entre vos y yo'.
“¡Todo bien!” repetían los integrantes de la banda cordobesa, al mejor estilo del Pibe Valderrama, mientras se despedían y le prometían al público su regreso para el próximo festival.
Seguidamente, en otro lugar del parque que si estaba protegido de la lluvia se presentó Siddhartha, que era el componente folk y centroamericano que le faltaba a la mágica tarde del festival. El artista fue bien recibido por la ciudad capitalina, que coreaba canciones de sus álbumes más conocidos a nivel internacional como 'Náufrago' y 'Why You'. Cerraba con el atardecer, dando inicio de la noche fría que todavía tenía sorpresas preparadas para los miles de asistentes.
Llegó la noche
“Nosotros llevamos 40 años cantándole al amor: sus padres se enamoraron bailando nuestras canciones”.
La noche se llena de emoción mientras los fanáticos de Los Ángeles Azulesse congregaron en Cordillera. Las luces multicolores iluminan el escenario y el ambiente se cargaba de anticipación. La cumbia resonó en el aire, preparando a la audiencia para cantarle al amor. Desde el primer movimiento, la multitud se entregó a la música y comenzó a bailar al ritmo de la cumbia.
El repertorio incluyó una mezcla de canciones clásicas y éxitos más recientes, todos ellos impregnados del característico sonido de Los Ángeles Azules. Cada canción fue recibida con aplausos y alegría por parte de la audiencia.
“Nosotros llevamos 40 años cantándole al amor: sus padres se enamoraron bailando nuestras canciones”, exclamó 'El Doc' Mejía, frente a fanáticos de países como Bolivia, Panamá, Ecuador y Honduras, que pedían canciones a toda voz que eran interpretadas por la banda familiar mexicana.
La multitud estalló de emoción al ver salir tras bambalinas a Catalina García, vocalista de Monsieur Periné, que hace una colaboración con el grupo mexicano. 'Nunca es suficiente' fue coreada por todo el público que a pesar del frío y los precios un poco elevados de la boletería, estaban en pie para lo que restaba de la noche.
El escenario se iluminó con luces tenues mientras esperaba con emoción el inicio del concierto de Los Bunkers. Los fanáticos entusiastas se agolparon cerca del escenario, listos para cantar y bailar al ritmo de canciones como 'Miño', 'Ven aquí', y 'Bailando solo'.
La banda, encabezada por los hermanos Álvaro y Gonzalo López en voces y guitarra, comenzaron a destilar fragmentos de sus canciones más icónicas. Instantáneamente, el público estalló en aplausos y gritos, creando una atmósfera llena de energía.
A medida que avanzaba el concierto, la conexión entre la banda y su audiencia fue palpable, con momentos emotivos de interacción y comunión. En el público, se reflejaba un sentimiento de nostalgia al escuchar sencillos que marcaron una generación, que ‘poguea’, y reacciona al estilo más puro del rock latinoamericano.
Llegadas las siete de la noche, el escenario Aconcagua recibía al cuarto argentino de la jornada: Dread mar I, uno de los cantantes más influyentes del reggae en español, nuevamente llegaba a tierras colombianas a difundir la cultura del “one love”. Aunque el cantante saludó a la ciudad, sus palabras fueron pocas, pues el artista se dedicó al canto más que a las palabras de afecto.
A través del Saxofón, la trompeta y el trombón, el artista hizo que la plaza del escenario coreara al unísono 'Hoja en blanco', la canción de la famosa agrupación vallenata Los Diablitos; también cantó otras insignias de su repertorio como 'Árbol sin hojas' o 'Tú sin mí'. El intérprete se limitó a cantar sus mejores clásicos, omitiendo por completo sus últimas producciones discográficas.
El momento de Café Tacvba
La noche seguía cargada de júbilo mientras los fanáticos se aglutinaban en las vallas de la tarima Cordillera. Café Tacvba, una de las bandas más icónicas de México, se preparaba para ofrecer una experiencia musical inolvidable.
Café Tacuba en el Festival Cordillera Foto:Stefania León.
La banda mexicana subió al escenario, y la multitud estalló en vítores y aplausos. Rubén Albarrán, con su inconfundible estilo (chaqueta de leopardo y unos moños), saludó a la audiencia y junto a la agrupación comenzaron a tocar los primeros acordes de 'Flores'. El corazón del festival cordillera no dejaba de latir.
La hora y media que duró consistió en un viaje a través de la prolífica carrera de la banda, que abarcó éxitos como 'Chilanga banda', 'Déjate caer' y 'Olita del Altamar'. La versatilidad de Café Tacvba quedó en evidencia cuando cambiaron de género musical con facilidad, interpretando desde rock hasta cumbia, pasando por sonidos experimentales. El público, entregado, no dejó de bailar y corear cada canción.
Festival Cordillera 2023. Se presenta Cafe Tacuba Foto:César Melgarejo/ El Tiempo @cesarmelgarejoa
Rubén Albarrán interactuó constantemente con la audiencia, compartiendo anécdotas y mensajes de unidad y amor. El punto culminante del concierto fue cuando Café Tacvba interpretó 'Eres', mientras miles de luces de celular iluminaban la tarima, creando un momento de calma y romance en el parque. La emoción en el aire era evidente. La presentación concluyó con una ovación ensordecedora y la promesa de volver a encontrarse en futuros encuentros musicales.
La noche envejecía mientras, del otro lado del festival, la banda alternativa colombiana Margarita Siempre Viva armonizaba el escenario del Cocuy cantando sus mejores hits, tales como 'Fractal', 'Automático' o 'Un lugar más cierto'. En la mitad del concierto los artistas llegaron, incluso, a interpretar una canción del recordado cantante, Diomedes Díaz, en medio de un público que vibraba a la par de los intérpretes.
Este espectáculo estuvo acompañado por algo de licor que ingerían los artistas y por una gran lluvia de flores que arrojaban los asistentes hacia la tarima. Teniendo un cierre excepcional y una de las mejores conexiones artista-público que pudo dejar el primer día del Festival Cordillera, estos intérpretes de música independiente generaron una ovación que les impulsó a cantar por un poco más de tiempo del que se había propuesto.
Residente, como en casa
Residente fue el encargado de rematar la noche, cuya energía y compromiso social se reflejaron en cada canción. 'No hay nadie como tú', 'Aguante', y 'Muerte en Hawái' marcaron el ambiente del Simón Bolívar.
La voz apasionada de Residente y su carisma en el escenario mantuvieron a la audiencia cautiva de principio a fin. Entre canción y canción, compartió reflexiones sobre la cultura, la justicia social y la unidad, lo que hizo que el concierto fuera no solo un espectáculo musical, sino también una experiencia profundamente inspiradora.
También contó anécdotas de su vida en Colombia, donde conoció a varias mujeres que marcaron su vida, y su relación con diferentes artistas internacionales como Gustavo Cerati y Wos, con el cual, toco una nueva canción que acabó de lanzar llamada 'Problema cabrón'.
El punto culminante del concierto llegó cuando Residente interpretó 'Latinoamérica', una canción que plasma las luchas del pueblo latino que ha sufrido durante varios siglos las injusticias de regímenes autoritarios. El estadio entero se unió a corearlo, y lo despidió con un grito unísono, estilo barra de fútbol, con la frase “ole, ole, ole…René, René”. En simultáneo a Residente, la banda argentina Los Espíritus cerraba el escenario Cocuy con el estreno de su último disco titulado 'La Montaña'.
Finalmente, el grupo musical colombiano Bomba Estéreo cerró con broche de oro el primer día de este festival: pop, cumbia, champeta, en un espectáculo que le ofrecieron al festival que estuvo acompañado por las luces neón en las indumentarias de estos artistas.
Así fue el primer día del Festival Cordillera: una fiesta que, pese a la adversidad del clima, demostró la fortaleza que posee la música latinoamericana y su capacidad para mantenerse en el tiempo en medio de un mundo cada vez más globalizado. El Festival Cordillera saca a la luz aquella resiliencia que caracteriza a las raíces y a la cultura latina: una identidad que unifica países en torno a un mismo amor por la música y por las raíces que nos conectan.