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La historia del asesino serial que se convirtió en escritor y volvió a matar
El austriaco Jack Unterweger fue una celebridad luego de que fuera perdonado y liberado.
Libro del asesino y escritor Jack Unterweger Foto: Amazon
Una de las historias más escalofriantes sobre asesinos seriales la protagonizó el austriaco Jack Unterweger, que habría cumplido 72 años el pasado 16 de agosto y que fue conocido como el escritor asesino.
Unterweger creció en el seno de una familia humilde en Viena. Nunca conoció a su padre y su abuelo era alcohólico. Desde muy joven tuvo en su mira a las prostitutas, que fueron los objetivos de sus asesinatos.
En la adolescencia fue detenido por varias agresiones y crímenes menores contra estas mujeres. A los 24 años cometió su primer asesinato: una prostituta alemana de 18 años. Fue condenado a cadena perpetua.
Durante su estadía en la cárcel, se dedicó a escribir poemas y cuentos cortos, y alcanzó notoriedad cuando publicó su autobiografía, que en español se conoció como Jack.
Su nombre se hizo famoso y varios intelectuales firmaron peticiones para que fuera perdonado. Incluso la escritora Elfriede Jelinek -que en el 2004 ganaría el Premio Nobel- formaron parte de los firmantes.
El 23 de mayo de 1990, después de 15 años de prisión, Jack Unterweger fue finalmente liberado y se convertiría en una celebridad como invitado a programas de televisión y como un símbolo de rehabilitación de los reos.
Escena de un crimen: Netflix Foto:Netflix
Sin embargo, un año más tarde la aparición de varios cuerpos hizo sospechar a las autoridades. Jack Unterweger fue enviado a Los Ángeles, como reportero de una revista judicial, para hacer un gran reportaje sobre unos crímenes.
En el centro de la ciudad se alojó en el famoso hotel Cecil -donde también ocurrió la extraña muerte de Elisa Lam, que inspiró una de las miniseries más famosas de Netfllix-. Allí asesinó a tres prostitutas siguiendo el mismo modus operandi que con sus demás víctimas: violaciones atroces y estrangulamiento con sus propios sujetadores.
Las autoridades lo pusieron en la mira: después de seguirlo por Europa y Canadá, lo detuvieron en Miami, el 27 de febrero de 1992. Dos años después, Jack Unterweger fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de redención. Se le encontró culpable del asesinato de 12 mujeres. Recién supo su condena, se colgó en su celda, con un nudo similar al que empleaba para asfixiar a sus víctimas.