En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Entrevista
‘La 22 Rebelde’: el ritmo insurgente de 1280 Almas
La banda bogotana decidió regrabar su mítico disco 'La 22', con un sonido mejorado.
Actualmente, la banda está conformada por Fernando Del Castillo, Juan Carlos Rojas, Hernando Sierra, Camilo Bartelsman, Francisco Nieto y María José Salgado. Foto: Joaquín Castro. Cortesía 1280 Almas
Corría la década de los 90, el país había votado por una Asamblea Constituyente que cambió la Carta Política que buscaba la pacificación del país luego de la remetida violenta de las guerrillas, los paramilitares y el narcotráfico. En 1996, se sentía un cambio político, pero, aun así, la gente miraba con miedo y sospecha un carro abandonado. ,Mientras tanto, la guerra se profundizaba y persistía un sinsabor entre la gente.
En medio de ese panorama de desesperanza, un grupo de jóvenes bogotanos se juntó para crear una banda de rock que pusiera en el centro la realidad política del país. Fernando del Castillo, Pablo Kalmanovitz, Leonardo López, Juan Carlos Rojas, Hernando Sierra y Andrés Vargas conformaron así 1280 Almas, inspirados en una novela de Jim Thompson del mismo nombre. En ese mismo 1996, lanzaron el disco La 22, que no era sólo rock, también era cumbia, ska y salsa, con el que revindicaron los sonidos propios, la música mestiza y a Colombia, que era un país en conflicto, pero también un país lleno de ilusiones.
De ahí las canciones Marinero, Ven con las almas y Platanal, que se abrieron paso no sólo en la música, sino también en las conversaciones de los jóvenes al rededor de construir un mejor país.
“En la fosa no se sabe si esas son o no tus manos, amasijo de cadáver, tal vez un mundo cristiano, o te suben a un tren militar”, dice la letra de Platanal que habla sobre la Masacre de las Bananeras.
El nombre del álbum salió de la calle 22, donde se encuentra el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y donde grabaron. Casi 30 años después, 1280 Almas se volcó a regrabar el álbum, para recuperar la autonomía y los derechos sobre aquel trabajo creativo que primero estuvo en manos de BMG y luego de Sony Colombia.
En ese mismo 1996, lanzaron el disco La 22, que no era sólo rock, también era cumbia, ska y salsa, con el que revindicaron los sonidos propios, la música mestiza y a Colombia, que era un país en conflicto, pero también un país lleno de ilusiones.
Actualmente, la banda está conformada por Del Castillo, Rojas, Sierra, Camilo Bartelsman, Francisco Nieto y María José Salgado. Se han presentado en distintos teatros y escenarios de la ciudad, entre ellos, Rock al Parque y el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, sitio en el cual han agotado boletería en varias ocasiones. En mayo del 2016 inició su primera gira por Europa, con el ‘Euroka Tour’, que los llevó a dar conciertos en Berlín, Praga, Viena, Amstetten (Austria), Bruselas, Berna, Barcelona y Madrid. También algunos conciertos inesperados en San Galo, Linz y París. Varios de sus discos y sencillos han sido reconocidos en conteos de revistas como Rolling Stone y Al Borde.
EL TIEMPO habló con Hernando Sierra, Juan Carlos Rojas y Fernando del Castillo sobre la historia del álbum y lo que significó la grabación y regrabación de La 22, ahora titulado La 22 Rebelde. El nuevo disco fue producido de la mano de La Coneja Ciega y Sonidos La Condesa, la nueva iniciativa de la gestora cultural bogotana Adriana González Hassig. Y tiene la misma determinación de rebeldía que la banda plasmó en la canción Sangre Rebelde (2003): “En la puerta del infierno nos volveremos a ver, la carrera para el cielo ambos vamos a perder. Yo de nada me arrepiento, pues mi sangre ya ha hecho arder”.
Un llamado de independencia
¿Cómo era la escena del rock nacional cuando estrenaron ‘La 22’?
Juan Carlos Rojas: No había escena de rock nacional. Era una cosa desorganizada, sin nombre. Nosotros estrenamos el disco en medio de una escena muy underground. Uno tocaba en bares, sobre todo de Chapinero y La Candelaria, que eran escondidos y a los que sólo asistía la gente que se sabía y le gustaba la música local. Para La 22 nosotros teníamos dos tratos con la disquera: el primero era sacar un disco cada año y el segundo era presentar el disco en un concierto gratuito. Pero toda la gestión la tuvimos que hacerla solos: pegamos carteles por todo lado y al final convocamos a 7.000 personas.
¿Cuál fue el detonante que los llevó a regrabar 'La 22'?
Hernando Sierra: El disco originalmente lo grabamos con BMG. Con el tiempo la casa discográfica decidió irse de Colombia porque no tenía la suficiente financiación y porque llegó la piratería a acabar con las ventas. En ese momento no teníamos conocimiento de nada en términos legales y ellos se quedaron con los derechos de grabación y el formato del disco. Pero no con los derechos de autor de las canciones, sino con el álbum en general como producto. Al irse, BMG le vendió el catálogo a otra disquera y no llegamos con ellos a un acuerdo que nos gustara, entonces dijimos: la música es nuestra, pues apropiémonos de ella de alguna manera. Juan Carlos fue el de la idea de regrabar el disco, y Fernando le dijo: “Hágale que usted es el que sabe”.
¿Desde el inicio sabían que el disco no les pertenecía a ustedes?
Juan Carlos Rojas: Sí. Uno en ese entonces no se preocupaba por los derechos ni por vainas legales, entonces no sabíamos del tema ni le prestábamos atención. Todo cambió cuando las plataformas de streaming como Spotify y YouTube salieron y vimos que nuestra música tenía derechos de autor, pero no éramos nosotros como tal. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de la importancia de volver a tener el control sobre nuestro trabajo.
Por eso también decidieron sacarlo en vinilo...
Fernando del Castillo: Sí, exactamente. Además, la idea de tener registro físico de nuestro trabajo nos atrae, de tocar nuestro trabajo, de poseerlo, de tener esos objetos que ya casi no existen. Es la prueba física de que la música que hicimos existe. Nosotros somos de una generación nostálgica que aún siente cariño por este tipo de cosas.
Hernando Sierra: Además, con el formato físico pasa algo y es que te invita a escucharlo completo, en orden, con atención. Uno se aprende qué canción sigue después de la otra y, justo ahora no nos acordamos, pero en su momento nos enfrascamos en peleas eternas decidiendo el orden de las canciones, porque es algo importante
Han pasado casi 30 años, ¿de qué se dieron cuenta al regrabar el disco?
La caratula es una intervención de Efrén Aguilera. Foto:Loren Buitrago
Hernando Sierra: Me di cuenta de todo lo que he cambiado, tanto física como personalmente. Estoy bien, pero ya no soy un adolescente. Es bueno porque he crecido y aprendido muchas técnicas musicales y de producción, pero siento que ya no soy tan creativo. Ahora me tengo que agarrar de más cosas para crear a partir de ellas y es chistoso porque aún salen ideas interesantes, pero antes me salían de la nada, ahora tengo que pensarlas.
Fernando del Castillo: Las canciones cambiaron con nosotros. Uno se convierte en un viejo triste o en lo que sea que se convierte uno ahora y el cuerpo ya no aguanta. El disco no es exactamente igual al anterior, la regrabación del disco salió orgánicamente y por eso, incluso, hubo canciones que tuvimos que ralentizar porque no podíamos seguir el mismo ritmo.
Juan Carlos Rojas: Si tú nos hubieras preguntado qué pensábamos de La 22 en 1997, te hubiéramos dicho que no nos gustaba. Nosotros nunca valoramos ni sobrevaloramos nuestro trabajo. Lo que yo descubrí rehaciendo La 22 es que hay un nivel de brillantez en lo que hicimos esa vez. Uno escucha sus canciones y dice: ¿cómo fue que me inventé todo eso?
¿Cómo fue el cambio de hacer un proyecto con una gran disquera (BMG) a hacerlo con una independiente (La Coneja Ciega)?
Juan Carlos Rojas: Nosotros no sabemos qué es hacer un disco con un sello grande y te explicamos por qué. En ese momento dijimos: bueno, tenemos la oportunidad de grabar, pero la promesa que nos hicieron de volver grande y profesional nuestro proyecto nunca sucedió como creíamos. Nos financiaron La 22, pero éramos jóvenes y no se hizo como queríamos, nos obligaban a ir a medios a donde no queríamos ir... no sabían qué hacer con nuestra música ni con nosotros.
Si somos famosos, no es porque seamos terriblemente buenos, no. Nosotros somos un grupo normal. Somos famosos porque había un grupo de personas interesadas y conectadas con nuestro mensaje. Nosotros no tuvimos promoción, nos levantábamos cada noche y nosotros mismos pegábamos carteles de 1280 Almas por toda la 7.ª, de arriba a abajo. Un día dijimos: bueno, el disco ya no sale, y nos dijeron que igual quedábamos sellados, que no teníamos que grabar si no queríamos, pero no podíamos grabar con nadie más. Al final el disco salió, se lo quedaron ellos, lo vendieron a otra disquera y con esa otra disquera fue que no llegamos a un acuerdo recientemente.
¿Volver a grabarlo fue como una declaración de independencia? ¿Por eso se llama 'La 22 Rebelde'?
Si tú nos hubieras preguntado qué pensábamos de 'La 22' en 1997, te hubiéramos dicho que no nos gustaba. Nosotros nunca valoramos ni sobrevaloramos nuestro trabajo. Lo que yo descubrí rehaciendo 'La 22' es que hay un nivel de brillantez en lo que hicimos esa vez.
Hernando Sierra: Exacto, básicamente no nos dejamos de la gente que se quedó con la primera grabación. Lo que cambió ahorita al grabarlo en La Coneja fue que nos financiamos nosotros mismos, de resto fue todo igual porque, aunque trabajamos con una disquera en 1996, hacíamos todo el trabajo de promoción nosotros.
Fernando del Castillo: Yo, personalmente, porque sé que los demás tienen un punto de vista distinto, me sentí defraudado y ofendido. Para mí grabar con La Coneja fue un soplo de aire fresco. Ahora nuestro trabajo es totalmente nuestro.
Juan Carlos Rojas: Pero también te digo una cosa, lo que sucedió con BMG fue muy importante para la música en Colombia. Sin esa disquera y el trabajo que se gestó allí, ni Aterciopelados ni La Derecha, por ejemplo, habrían tenido la oportunidad de tener tanto eco. A nosotros nos faltó leer la letra pequeña, pero BMG fue una disquera que tocó las puertas de los medios, que le dio una oportunidad al rock y luego fue una reacción en cadena, porque vinieron más sellos a buscar más proyectos musicales.
Mencionan la importancia de su público para su carrera...
Lo que sucedió con BMG fue muy importante para la música en Colombia. BMG fue una disquera que tocó las puertas de los medios, que le dio una oportunidad al rock y luego fue una reacción en cadena, porque vinieron más sellos a buscar más proyectos musicales.
Juan Carlos Rojas: A mí me pasó una cosa muy chistosa y siempre la cuento porque me marcó. Yo estaba dando clase en la Universidad de La Sabana, estaba armando un grupo de rock y una alumna me dijo: “¡Ay! Mi abuelita es fan tuya”, luego me contó que el papá también y bueno, al final eso es lo que nos da continuidad. Escuchar 1280 Almas se vuelve una tradición familiar y por eso nuestros conciertos siempre están llenos de gente de todas las edades. Hay gente nueva, gente que nos sigue desde hace 20 años, es algo de lo que estamos agradecidos.
¿Cuál es la conclusión de todo este largo proceso con 'La 22'?
Juan Carlos Rojas: Regrabar La 22 es como hacer una entrega oficial del trabajo que hicimos en los 90, por eso lo estrenamos en vivo el 7 de junio en el Teatro Libre Chapinero, y por eso, aunque se puede preordenar desde ya, nadie lo va a tener en sus manos hasta ese día, porque queremos dárselo en la mano a la gente que nos escucha. Es un agradecimiento y un cierre.