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Entrevista
‘Mal de altura’: nuevo disco de N. Hardem, de Bogotá para el mundo |Entrevista
Durante 15 años el rapero se ha tomado los escenarios nacionales e internacionales para rendirle homenaje al rap, jazz, funk y la cultura hip hop. Está a punto de iniciar gira, incluyendo ciudades como Bogotá, Medellín y Manizales.
Nelson Enrique Martínez, más conocido como N. Hardem, nació en Bogotá, una ciudad ubicada a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar. Aunque con el tiempo la temperatura se ha elevado, Hardem dio sus primeros pasos en “la fría”, “la nevera”, “la ciudad de la furia”: lluviosa, frenética y gris.
El rapero de 31 años ha recorrido las calles de la capital llorando, riendo, con amores y con amigos. Voltea y ve violencia, si mira al otro lado hay arte. Bogotá le regaló un estilo de vida y él le regala un álbum: ‘Mal de altura’.
Tiene casi 15 años de experiencia haciendo música y ha logrado permear los escenarios públicos y privados: desde el concierto Radiónica en la Media Torta (2021) y ganarse la convocatoria Hip Hop al Parque 2022 del Portafolio de Estímulos para la Cultura del Instituto Distrital de las Artes (IDARTES), hasta llenar cada uno de los asientos del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y poner a bailar a los asistentes del escenario del Festival Gabo (2023) en las instalaciones del Gimnasio Moderno.
Cuenta con más de 100.000 oyentes en Spotify, y su trabajo discográfico es conocido por los amantes del rap colombiano. Su disco, ‘Verdor’ (2021), fue su primer álbum en solitario. Pero no fue “sólo” un album, fue un trabajo que marcó una estética reconocida en el Hip Hop: tanto física como musical. El álbum cuenta con colaboraciones con artistas como: Edson Velandia, Briela Ojeda, Lianna, Pablo Watusi y Gambeta.
La primera canción de ‘Mal de altura’ (su segunda entrega discográfica en solitario) que el público pudo escuchar fue: ‘M.I.R.L.I.B.’ (2023), son las siglas de ‘Make it rain like it’s Bogotá’ (hágalo llover como si fuera Bogotá). Cuando la presentó en el Festival GABO de ese mismo año, el piso aún estaba húmedo por el aguacero que cayó más temprano. En el escenario, Hardem invitó a los presentes a tomar cada gota de agua como purificadora. Antes de que el bajo acaparara los parlantes, el rapero recitó algunos versos del poema ‘Sabiduria Funk’, de Amiri Baraka: “somos la actual canción, tan oscura y trágica, tan vieja y mágica”, dijo.
El estilo oscuro y vibrante del primer sencillo marca los primeros pasos del disco, que luego toman un camino rebelde y se vuelven la calma después de la tormenta. En ‘Mal de altura’, N. Hardem narra la experiencia citadina de vivir con falta de aire pero en la cima: "más cerca de las estrellas, más fuerte el golpe al caerse y más vértigo al empezar a volar".
N. Hardem iniciará su gira de 'Mal de altura' Foto:Rui Ortiz
En ‘2600’ (la primera canción del álbum) una voz nos dice: “es mejor traerlo desde pequeño para que se adapte al clima y a la altura, o bajarlos de altura”. ¿Usted está adaptado a Bogotá, o aún sufre de mal de altura?
Nací en este desorden, estoy adaptado a él. Sin embargo, llegó un momento de la vida en el que tuve que preguntarme “¿a costa de qué logré adaptarme a todo esto?”. No siento la presión de la altura, pero siempre es bueno tener un momento para parar y reflexionar. Por eso hice el disco.
Y, ¿a costa de qué pudo adaptarse?
Eso es una noticia en desarrollo, pero, por ahora, descubrí que fue a costa de mi tiempo y mi tranquilidad. Esta es una ciudad frenética: va a toda y no para. Estamos más arriba, es más difícil respirar y tras del hecho vamos más rápido. Cuando uno visita otras ciudades se da cuenta de que se relaja porque llevaba un peso del que no era consciente.
Fue a costa de mi tiempo y mi tranquilidad. Esta es una ciudad frenética: va a toda y no para. Estamos más arriba, es más difícil respirar y tras del hecho vamos más rápido.
Ha dicho que el mal de altura no es sólo falta de aire, sino también es esa sensación de estar tan alto que cualquiera se deja llevar y vuela. ¿Ambas cosas están presentes en su vida?
Sí. En algunas de mis relaciones personales y profesionales puedo ser un poco sofocante y enfermo del control. Pero, por ejemplo, la música me ha hecho volar, y he volado con miedo a estrellarme y caerme. He podido presentar mi música fuera del país [en España] y acá también, y cuando uno está con el público experimenta cosas distintas. Estoy muy agradecido con eso.
El disco empieza muy frenético. Los ‘beats’ son rápidos.
Lo pensé como si alguien se hubiera quedado dormido en un bus de servicio público y al despertar viera todo tipo de información: la violencia, alguien que mete la mano por la ventana para atracar, los celulares suenan, te bajas y te das cuenta de que te quedaste sin lo del almuerzo... Era una forma de ubicar a quien me escucha y que comprendiera el rigor de vivir en Bogotá. Sin embargo, no todo es así, y por eso la segunda parte del disco es más reflexiva, alegre y tranquila.
N. Hardem tocará en varias ciudades de Colombia Foto:Rui Ortiz
La primera canción que pudimos escuchar fue ‘M.I.R.L.I.B.’, es una pieza que cualquiera que haya pisado Bogotá por algunos días puede entender.
Yo nací acá, me crie acá, hago mi música acá y aun así había gente que no sabía que yo era de Bogotá (risas). Recuerdo que cuando publiqué la canción me llegaban comentarios diciendo “¿cómo así que este man es de Bogotá?”. Nunca había nombrado a la ciudad tan explícitamente y es raro porque Bogotá es mi inspiración y sustento, pero tampoco quería hacerlo forzosamente.
El ‘beat’ de ‘M.I.R.L.I.B.’ nació originalmente para una colaboración que iba a hacer con La Boa Orquesta. Yo estaba encantado con ese ‘beat’ y no sabía qué hacer. Empecé a probar la letra que ya había grabado con La Boa, la tocamos en vivo, vimos que a la gente le parecía una chimba y dije: “no pues, ya fue”.
‘Air’ es la primera canción de la segunda parte del disco y es disruptiva: alegra en comparación al tono oscuro que veníamos escuchando.
Fue la última canción que grabé y creo que la hice porque lo necesitaba. No suelo hacer los discos en orden, hago canciones e interludios hasta ver que tengo el conjunto de canciones que es, que conforman una unidad con el propósito que tenía en mente. Es como si hiciera muchos platos con preparaciones y luego me tocara pensar en qué orden es que eso se come.
En ‘Air’ menciona que no es “cardenal ni embajador”, ¿le gusta el fútbol?
Me gusta, pero no lo sigo religiosamente. Me gusta como hecho cultural y como fenómeno social. De pequeño yo era muy hincha del Barcelona y amaba a Ronaldinho, pero ahora ya no le presto tanta atención. Sin embargo, tengo amigos más futboleros y los veo discutiendo, haciendo chistes al respecto entonces quise dejar una joyita que pudiera entender la gente de Bogotá. Si digo cardenal, muchos saben que hablo de Santa Fe, y si dijo embajador, también saben que me refiero a Millonarios. Es un regalo para la ciudad.
Recuerdo que cuando publiqué la canción me llegaban comentarios diciendo “¿cómo así que este man es de Bogotá?”. Nunca había nombrado a la ciudad tan explícitamente y es raro porque Bogotá es mi inspiración y sustento, pero tampoco quería hacerlo forzosamente.
Es importante hablar de ‘Lufthansa’, se siente como la canción más íntima del disco.
Esa canción sólo me fluyó. Lo que quedó plasmado quedó de forma natural. Recuerdo que cuando la terminé me puse a llorar y quedé sumergido en la oscuridad. No sabía si sacarla o no, pero en algún momento entendí que lo que narro ahí no es una experiencia que sólo yo haya vivido, entonces la dejé ahí. Es la única canción que hice específicamente para que alguien pueda reflejarse en ella, a mí me ayudó a sanar.
¿Cuál es su canción favorita de ‘Mal de altura’?
Todavía no lo sé. En mi caso me doy cuenta de eso cuando las toco en vivo y veo la respuesta de la gente, eso hace que uno les coja cariño a las canciones. Tengo la sensación de que ‘International Welter’ puede ser muy divertida.
Entonces, ¿cuál es su favorita de ‘Verdor’?
‘Quest’, puede ser. O ‘Apolo’. No sé, la verdad, es difícil escoger, hago discos muy buenos, no hay desperdicio (risas).
¿Cuál fue la canción que más le costó componer para ‘Mal de altura’?
Air. De hecho, casi la descarto, duré un rato convenciéndome de ponerla y por un buen rato estuvo en la lista de descartables.
¿Qué sentimientos le deja el disco?
[N. Hardem pensó la respuesta durante varios minutos] Un disco no termina cuando se escucha el pitazo final y lo publicas, por el momento me quedo con la sensación de que a pesar de que mi carrera me ha hecho volar y sentir en el cielo, debo tener cuidado de no estrellarme o quedarme sin aire. Las cosas son rudas y llega el momento en el que toca respirar, mirarse a uno mismo.
LOREN SOFÍA BUITRAGO BAUTISTA
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA DE EL TIEMPO
ESTA ENTREVISTA FUE PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL DOMINGO