A Nanpa Básico se le dificulta ser un tipo serio. “Yo siempre sonrío, y cuando me dicen que no lo haga, por ejemplo para las fotos, me da más risa”, dice, y oculta los ojos debajo del sombrero que lleva puesto. Su camisa con estampados de la cabeza del dinosaurio de los ‘Rugrats’ y de mangas cortas contrasta con los múltiples tatuajes que cubren su cuerpo, incluyendo su rostro. “Esta camisa es muy bacana, es producto colombiano. Yo solo compro ropa de acá”.
Es un hombre sencillo que habla como le nace, sin pretensiones de mostrar algo que no es. “Yo soy así, hermano, tal cual como me ve”, sentencia en la entrevista que le dio a EL TIEMPO en la Cámara de Comercio de Bogotá, en el marco del Bogotá Music Market (BOmm), una plataforma de promoción y circulación de la industria de la música.
Si se busca información en Google sobre Nanpa Básico, bautizado por sus padres como Francisco David Rosero Serna, no es mucho lo que se encuentra, aparte de sus videos. Nanpa ha estado alejado de los medios de comunicación principalmente porque, como él mismo dice, “prefiero no hacerlo. Yo no hago nada que no disfrute”.
El rapero de origen paisa nació en Medellín; no necesita de difusión, pues las cifras hablan por sí solas: su canal de YouTube tiene más de dos millones de suscriptores, y cada video supera el millón de vistas. El más reproducido, de su canción ‘Sin ti estoy bien’, tiene 90 millones de vistas. En Spotify, ese mismo ‘track’ tiene más de 8 millones de reproducciones. Otros datos: 666.000 seguidores en Instagram, 360.000 en Facebook...
Pero, más allá de esas cifras que pueden resultar superficiales, Nanpa tiene una trayectoria musical de diez años en el rap como solista independiente, durante los cuales ha marcado la diferencia, y otros tantos más en toda su historia de artista. Y justamente para conmemorar su nacimiento como Nanpa, el próximo 28 de septiembre será el primer artista local independiente en presentarse en el Movistar Arena. Luego arrancará una gira por Colombia, Ecuador y Perú. La gente grita cuando lo ve. Esto es lo que dice Nanpa.
El Movistar Arena es un gran logro...
Estoy bien emocionado; más allá del reto de llenarlo o no llenarlo, es el decir ‘soy capaz de hacerlo...’.
¿Cómo así? Pero ¿por qué duda de sí mismo?
No, no, sino que la cantidad de gente no te dice nada. Yo puedo llenar eso de boletas regaladas, como lo hacen la mayoría. Pero necesito la infraestructura para el ‘show’ que quiero. Y aparte es decirles a los otros raperos: ‘se puede hacer un Movistar Arena’. Es bien emocionante. Yo le dije a mi mamá hace años: “Mami, algún día voy a tocar ahí”, y mire (risas).
¿Cómo le ha ido en el BOmm?
Yo vine hace como tres años solo, y fue el primer acercamiento; en ese momento me fue muy mal (risas). En cambio, esta vez me ha ido mucho mejor, ya no pedimos ninguna cita, sino que nos las pidieron a nosotros.
¿Cómo ve la industria de la música?
Esta industria es complicada, hay mucha mezquindad, prepotencia... Yo siento que no soy parte, estoy adaptado. Sigo siendo el mismo del barrio, y me dicen: “Vea a ese ñero por acá”. Y yo digo: “Sí, orgullosamente ñero”. No quiero ser famoso, quiero ser exitoso y hacer mi música, por eso me cuesta el tema de los medios.
Usted no es muy mediático...
Es que siempre es el mismo formato, le preguntan a uno lo mismo. No les importa qué está pasando contigo, le hacen unas preguntas ahí pendejas, y listo. Yo no hago nada que no disfrute.
¿Cómo seguir siendo del barrio cuando la gente le pide fotos en la calle?
Yo no puedo ir a un centro comercial por nada, no lo puedo hacer. Pero me crio Beatriz, mi mamá. Es imposible no ser humilde cuando te crio Beatriz, ¿sí me entiende? A uno le llenan el ego por todo lado en este trabajo, pero el ego yo lo dejo siempre en casa. Soy de barrio, yo soy de una familia bien humilde, entonces cómo voy a ser creído con los pobres si yo soy pobre.
Celebra 10 años de carrera...
Pues, yo llevo más de diez años trabajando en esto, pero lo que estoy celebrando son los diez años de trabajar como solista, como Nanpa. Llevo quince años escribiendo canciones. La primera la escribí en el 2005. Aunque lo hacía desde antes, me gusta más escribir que interpretar.
¿Sobre qué escribe?
Depende mucho de cómo me siento: si no estoy enamorado o si lo estoy, si estoy triste o feliz ¿Sí me entiende? Yo no escribo nada que no sienta, piense o haya vivido, entonces no me queda difícil. La gente me pregunta que en qué me inspiro, y yo digo: “Pues en la vida”.
¿Qué hace que una persona sea más propensa a dedicarse a las artes?
Mire, cuando su papá no tiene dinero, toca trabajar desde niño. Eso fue lo que me pasó a mí. Yo dije que no me quería dedicar a lo mismo que mi papá, yo quería hacer música. Cayéndome empecé a aprender. Yo no soy tan talentoso, soy disciplinado. Por eso no he desistido.
¿Ha cambiado su proceso de creación?
Siento que mi proceso de creación es el mismo, pero he aprendido cosas nuevas, la base sigue igual: el mismo fervor, el mismo amor, me conmuevo cuando escribo, lloro cuando escribo o me pongo muy feliz. De eso se trata, de vivir. Cuando sientes que eso te mueve, quieres vivir de lo que te mueve.
Tengo una tolerancia altísima al fracaso porque a mí en la vida no se me ha dado nada por azar, yo mismo he hecho que eso pase: ‘yo
no esperé que sucediera, yo hice que sucediera
Cuénteme sobre Beatriz, su madre...
Mi mami es mi ídolo. Yo quiero ser como ella cuando sea grande. Es la persona más valiente que conozco, tiene todas las cualidades que para mí son importantes: humilde, trabajadora, sencilla, sensata, honesta, todo lo lindo que se me pueda ocurrir es Beatriz.
¿Qué le dice ahora su mamá?
Está bien orgullosa, ella ha visto mi proceso. Mi vida ha sido difícil, y está orgullosa de que lo haya logrado y de que no me haya dejado contaminar de muchas cosas que trae la industria y el hecho de ser músico. A papi también lo iro bastante, pero mami es la cúspide.
¿Cuántos hijos tiene?
Cuatro hijos. El cuarto bebé llega entre esta y la otra semana. Está en la panza de su mamita. Y yo tengo 29, cumplo en abril.
¿Les ha escrito canciones a sus hijos?
Sí, yo les escribo a las personas que son importantes en mi vida. O a ideas. Por ejemplo, un día amanecí con ganas de ser cualquier cosa, menos un ser humano, y escribí una canción que se llama ‘Humanos’. Es que los humanos son una mierda. Somos el sida de la humanidad.
Es muy pesimista esa visión...
No, soy realista. Yo soy bien positivo, tengo una tolerancia altísima al fracaso porque a mí en la vida no se me ha dado nada por azar, no me han dado oportunidades, no se me han abierto puertas, yo mismo he hecho que eso pase. Hay una línea en una canción mía que dice eso: “Yo no esperé que sucediera, yo hice que sucediera”.
O sea, se ha guerreado siempre la vida...
Desde niño. Yo trabajo desde los 12 años. He sido operario de fábricas, auditor contable, conductor, de todo... Me encanta conducir; manejaba un camión, era muy difícil. Yo de hambre no me muero. Hasta dicté clases de fútbol. He hecho de todo.
¿Qué es lo más difícil que ha tenido que afrontar?
Cometí muchos errores cuando era cachorro, hermano. Lo más difícil ha sido aprender a perdonarme. Hay una línea que dice: “Conozco más mis defectos que mis ventajas, por eso hace tiempo que les cogí ventaja”.
SIMÓN GRANJA MATIAS
Redacción Domingo