Luego de ver desfilar durante cinco días armonías musicales relacionadas con el cosmos y las estructuras musicales, el Festival de Música Clásica de Cartagena inicia su recta final ingresando a una especie de dimensión desconocida y retomando también un clásico de la lírica.
Este año, el evento, que cuenta con la dirección general del italiano Antonio Miscenà, tiene como lema central ‘Armonía celeste’, que explora la relación entre la música y la ciencia. A partir de ahí se escogieron los invitados, entre los cuales se han destacado la Philharmonia Orchestra de Londres y la pianista canadiense Angela Hewitt, así como el repertorio, que tiene a Bach como protagonista principal.
Para Miscenà, más allá de la nutrida asistencia y la calidad de los intérpretes, entre quienes también destaca al Quartetto di Cremona y al pianista islandés Víkingur Ólafsson, uno de los aspectos más importantes de esta edición ha sido el interés del público por profundizar en los repertorios. “La gente ha querido tener mucha más información para seguir los conciertos; para mí, ese desarrollo y ese crecimiento del público son fundamentales. Este año, el tema era un poco complicado pero fundamental en la historia de la música y en el lenguaje musical, y la gente dice: ‘Gracias por este instrumento de conocimiento’ ”, asegura Miscenà.
El martes, el encuentro abrió la Serie Latinoamericana y, además, estrenó dos piezas comisionadas, que fueron interpretadas por la Orquesta Filarmónica de Medellín: Concierto para piano y orquesta de cuerdas, H20, del italiano Carlo Pedini, y Rapsodia a los cuatro elementos, para violonchelo y orquesta de cuerdas, del moniquireño Jorge Pinzón.
Además, con el envidiable telón de fondo de la iglesia San Pedro Claver, hacia las diez de la noche se realizó el Contrapunto n.° 2, una especie de compilación del repertorio y los compositores principales del programa de este año. Este era el núcleo de esa ‘Armonía celeste’, un concierto al aire libre que no solo tuvo público en todas las sillas dispuestas, sino espectadores más allá de las vallas de seguridad e, incluso, en los balcones de las edificaciones aledañas.
El pianista Nikolay Khozyainov fue el primero en subir al escenario, y lo siguieron el dúo que conformaron Santiago Cañon-Valencia (violonchelo) y Ramin Bahrami (piano) y el Quartetto di Cremona, que interpretó el Cuarteto de cuerdas de Verdi.
Para el final, y con la reconfortante brisa de la medianoche, los jóvenes de la Orquesta Sinfónica de Cartagena pusieron las notas de color, comandados por Leonardo Marulanda. La agrupación, que también se presentó anoche en el Puerto de Cartagena, recibió una calurosa celebración de los asistentes por su interpretación del Danzón n.° 2, de Arturo Márquez, y Acuarela, de Adolfo Mejía.
El Festival entra este jueves en la realidad virtual, pues se inaugura el Centro de Experiencias, una novedad para el evento, en el cual se profundiza en la relación entre la música y la tecnología. El epicentro será el Centro de Convenciones de Cartagena, y habrá una sala multipropósito, talleres de producción, un espacio dedicado a la plataforma YouTube Lounge y experiencias de realidad virtual, como la grabación especial que hizo la Philharmonia Orchestra de la Sinfonía n.° 5, de Beethoven.
Para el viernes y el domingo, el astro principal será la ópera bufa Così fan tutte, de Mozart, que se presentará en el teatro Adolfo Mejía.
YHONATAN LOAIZA
* Por invitación de la Fundación Salvi