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Noticia
‘Solo tenías que darme la mano’, el libro de poesía que trasciende dimensiones
Este proyecto es la nueva apuesta de Casa Tragaluz, una editorial que rompe las barreras de lo convencional.
Sello de la envoltura de 'Solo tenías que darme la mano', el nuevlibro arte de Casa Tragaluz Foto: Casa Tragaluz
para llegar a leer las páginas de Solo tenías que darme la manono basta solo con tomar el libro y abrirlo. La experiencia comienza por quitar el sello del papel que lo envuelve como un regalo para el lector que corrió con la fortuna de hacerse con uno de sus ejemplares.
Tras levantar el sello, que lleva el título del libro, y hacer a un lado el delicado papel, el lector se encuentra con un objeto que a simple vista parece un libro corriente, pero que al primer encuentro revela su naturaleza experiencial.
El diseño de la cubierta, que estuvo a cargo de la ilustradora Juliana Correa, logra un balance casi paradójico entre lo simple y lo complejo. A través de una tipografía en color negro, que da la ilusión de hilos enredados, se desglosa el título a lo largo de la tapa.
Al abrir un ejemplar, todavía no se llega a las páginas. Dos solapas de cartón con los perfiles en primera persona de la ilustradora Juliana Correa y de Pilar Gutiérrez Llano, escritora y periodista, reciben al lector con una sorpresa adicional: una serie de hilos de tela que se encuentran en el centro de las solapas en un vórtice hecho de hilos de tinta.
Al abrir las solapas comienza el libro, sin que termine la parte experiencial. Una ilustración de un teléfono casero de vasos y cuerda se extiende al respaldo de ambas solapas con un código QR que al ser escaneado redirige a una pieza sonora, a cargo de Sociedad anónima, con una lectura en voz alta en la que las páginas, el relato poético y las ilustraciones cobran vida.
Pilar Gutiérrez Llano (izquierda) y Juliana Correa Foto:Tragaluz eidtores
“¿Quién sos?”
En un trabajo que invita al lector a la instrospección, esta es la pregunta fundamental de la que parten distintas respuestas y más preguntas, que como los hilos que acompañan a todo el libro objeto, se entrelazan. El relato poético de Pilar Gutiérrez lleva al lector por versos de incertidumbre, un relato que busca la identidad de alguien, o de uno mismo.
Las ilustraciones de Juliana Correa reflejan la interpretación de la artista sobre el relato: afloran las sensibilidades estéticas sobre textil que fluyen con lo complejo del texto. Es como si el material gráfico no intentara traducir, sino más bien acompañar, reforzar las emociones de agonía y esperanza del relato poético.
En palabras de Tragaluz, en Solo tenías que darme la mano “la combinación cuidadosa de palabra, imagen y sonido logra un cuerpo único que se asimila de muchas maneras, por muchos caminos, inicialmente lo escrito, acompañado luego por la creación textil de la artista antioqueña Juliana Correa y sumergido al final en una pieza sonora realizada por La sociedad anónima del sonido. Hoy, Solo tenías que darme la mano no solo es un libro, es también una exposición que muestra y comparte el proceso creativo de una nueva forma de contar”.
La galería de Casa Tragaluz -Calle 9 #43c-50, Medellín, Antioquia-, es el espacio en donde se encuentran exhibidas las obras de arte basadas en el libro. La inauguración de la exposición fue el 15 de junio y estará abierta al público hasta el 29 de julio, de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 6:00 p.m.