El camino del horror que narró Víctor Prado Delgado

Colombia ha visto en su historia tanta violencia que sus habitantes apenas recuerdan la última que les tocó.

Algunos han visto esa historia completa y otros han tenido la infortunada oportunidad de verla de cerca. Ese es el caso de Víctor Prado Delgado, el hombre que hasta hace unas semanas se sentaba a las afueras del tradicional Hotel Ambalá, en Ibagué, para promocionar los libros que cargaban al interior de sus páginas todas las anécdotas de cómo sufrió el Tolima durante los años de ‘La Violencia’. ‘Terror en el Tolima’, se titula uno de sus relatos.

Vipradel, como era conocido, falleció el pasado 27 de febrero a los 75 años. Repetía, con la tranquilidad de quien está acostumbrado a ver las peores tragedias y el orgullo de quien ha sobrevivido a ellas, que el lente de su cámara era el único testigo de las masacres. Recorrió las tierras asediadas por bandidos herederos de guerras de partidos, y allí tomó las fotos más sangrientas de aquellas matanzas de las épocas en que “a unos los mataban por godos y a otros por liberales”, como declaró el compositor Arnulfo Briceño en la letra de ‘A quien engañas abuelo’.

Una tarde con él era reescribir la historia de la mitad del siglo XX.

En una entrevista que Vipradel le dio a este reportero en el 2015, hizo un pequeño ejercicio de memoria y contó historias reales que, para algún desconocedor de la historia nacional parecería un relato de ciencia ficción sobre asesinos en serie: “Recuerdo –dijo-, que para unas fiestas del folclor fue a Ibagué el Conservatorio de Música de Caldas y de regreso al departamento cafetero, cerca de la una de la mañana, les salió Teófilo Rojas, alias ‘Chispas’, y les preguntó por su origen, a lo que ellos respondieron:

- Somos del Conservatorio de Música de Manizales.

Chispas no tardo en recriminarlos:

-¡Aaaaa! godos todos estos hijueputas

Y los mató creyendo que eran conservadores”

La historia de Vípradel, el periodista, es sencilla. Un 4 de mayo de 1958 el aún joven estudiante del Colegio San Simón en Ibagué recibió una llamada del alcalde de Alvarado, Numael Amador Rubio, quien le pidió que lo acompañara al casco urbano porque habían matado unos campesinos que bajaban, desde la vereda Veracruz hasta el casco urbano del municipio, a votar en la elección de presidente.

Vípradel acompañó al alcalde con una cámara y una libreta que usaba en las labores de El Mural, el diario estudiantil del que era miembro. En su regreso a Ibagué, Vipradel era el único con el material para que los medios a nivel nacional reportaran la única tragedia que sucedió en la fecha en que Alberto Lleras Camargo se eligió como presidente.

Vipradel comentó que el 90% de la población nacional desconoce esa violencia que se vivió en los años del bipartidismo, particularmente en lugares como el sur del Tolima.

El material rechazado por los periódicos de aquel entonces fue su archivo personal, que reveló con el pasar del tiempo. Retrató a niños y niñas descuartizados, violados y quemados en estufas de leña de esas tierras frías del Tolima. Ahora, tras su muerte, buena parte de las huellas de aquellos tiempos de sangre y rivalidad política son las que Víctor decidió dejar como legado en sus publicaciones.

DAVID GUARÍN

TWITTER: @DAVIDGUARINB

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