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Vietato, el bar clandestino que no se puede mencionar
La única regla de este lugar es que está prohibido hablar sobre él.
El bar Vietato recrea el ambiente de los años 20. Foto: Cortesía Vietato
Detrás de una tienda de barrio común y corriente, en medio de Bogotá, se esconde Vietato. Para entrar al bar, ubicado en un segundo piso, es necesario, primero que todo, dar con la ubicación de la tienda, que en ninguna parte muestra indicios de lo que alberga en su interior. Como sucede en todos los lugares clandestinos, para acceder es necesario anunciarse con una palabra clave o una membresía, lo que da al lugar un halo de exclusividad.
Esto, sin embargo, no tiene tanto misterio como parece, pues para obtener las credenciales para entrar basta solicitar la membresía en la página web del bar o pedir el santo y seña a través de su cuenta de Instagram. Una vez verificadas, el celador de la tienda abre la puerta de una nevera de bebidas, que oculta en realidad las escaleras para subir a Vietato.
La guaya de lyches es el coctel más apetecido del bar. Foto:Cortesía Vietato
Como todos los bares speakeasy (o clandestinos), surgidos en Norteamérica en los años 20 por la prohibición de vender alcohol, Vietato juega con la idea de la prohibición desde su mismo nombre, evocando esa época de restricciones tanto en la decoración como en el vestuario de los meseros.
Además de un ambiente inmejorable, quienes llegan al bar buscan probar una de las guayas, los cocteles insignia que se encuentran en el menú. Se trata de un coctel grande, ideal para compartir entre 3 o 4 personas, que a pesar de tener una combinación de varios licores pretende deleitar con su sabor, antes que emborrachar. Justamente por eso, la apuesta del bartender es jugar con las propiedades de las frutas, resaltando los tonos cítricos, ácidos o dulces, para cortar el sabor del trago y obtener una sensación agradable para el paladar.
Nicolás Páez, dueño y fundador de Vietato, explica sobre el coctel lo siguiente:
La nuestra es una guaya ‘parchada’. Obviamente tiene licor, pero no es algo radioactivo, la idea es que la gente disfrute mientras se la toma
A pesar de que la oferta de guayas es amplia, las preferidas de los clientes son la de lyches, que está de manera permanente en el menú, y la de temporada, que cambia cada mes. “En septiembre tuvimos la guaya de mora, ahora en octubre tendremos una de sandía, que es rosada, para apoyar la campaña por el cáncer de seno”, agrega Páez.
De igual forma, quienes prefieren una alternativa más tradicional pueden encontrar en la carta los cocteles clásicos, que se pueden acompañar con las picadas típicas que se ofrecen en los bares. En lo que respecta a la comida, sin duda el plato más destacado es el sándwich de pastrami, completamente artesanal y hecho ahí mismo, después de un proceso de 15 días para obtener la mejor carne posible. Así mismo, para aquellos que quieran optar por algo más tranquilo, Vietato ofrece una gran variedad de cervezas, entre las que resalta la de la casa, una strong ale con 8.8 grados de alcohol.
Uno de los éxitos del bar es la cantidad de opciones que ofrece para entretenerse que, sumadas a una buena selección de música y una variedad de cocteles y picadas, resultan en un ambiente muy propicio para pasar un buen rato en compañía de amigos. Además de una mesa de billar, los clientes tienen a su disposición kits del popular juego de dados ‘cacho’, barajas de naipes, Uno y Jenga, entre otros, que garantizan que no se van aburrir.
El bar Vietato recrea el ambiente de los años 20. Foto:Cortesía Vietato