Kevin Santiago Quintero, ciclista de 25 años, busca desde hoy en París su consagración, la medalla que le falta tras años de buscarla, luego de un intento en los Juegos Olímpicos de Tokio, tal vez, el primer paso, el del aprendizaje, el de quitarse el miedo de pedalear con los anillos olímpicos al frente.
Quintero llega a las justas con la camiseta arco iris de campeón del mundo del keirin enfundada, la que ganó el año pasado en la competencia de Glasgou, Escocia, tras superar a Matthew Richardson, de Australia, y Shinji Nakano, de Japón, plata y bronce, en un sensacional final, en un envión electrizante, de atrás hacia adelante, una estrategia trazada por el palmireño y el técnico, Jhon Jaime González, inesperado ataque que dejó sorprendidos a sus rivales.
Decidido y confiado
Para ganar ese oro tuvo que aprender y eso lo hizo un año antes, en el Mundial del 2022, cuando ganó el bronce. Eso es lo que vivirá en París, ciudad a la que llega más tranquilo, no solo porque sabe a lo viene, sino porque ya enciende lo que es correr unos Olímpicos.
Quintero fue 11 en el keirin de las justas de Tokio y 12 en la velocidad, lo que indica que ya cuenta con experiencia en esta clase de certámenes y deja atrás esa nota negativa que es competir como primíparo.
El ciclo olímpico ha sido exitoso. El camino a Francia lo ha librado de la mejor manera. Fue oro en los Juegos Bolivarianos, plata en los Juegos centroamericanos y del Caribe, no estuvo en los Suramericanos de Asunción, Paraguay, pero sí en los Panamericanos de Santiago y allí fue el campeón del keirin y plata en la velocidad por equipos.
Quintero la tiene clara. Sabe que es uno de los candidatos a medalla y se la cree, pero no se confía. Un apoyo más, otro incentivo grande es que fue el abanderado de la delegación colombiana en el desfile inaugural por el río Sena el pasado 26 de julio, un premio más, pero a la vez un ítem más de confianza.
El hijo de Alexander y Angela Rocío llega a su cita, tal vez la más importante en su vida deportiva, con un objetivo trazado y que quiere conseguir en la pista de un velódromo que conoce, en el que en el 2022 fue bronce en el Mundial.
¿Llegar a los Olímpicos como campeón mundial de que manera es una responsabilidad más?
Es un poco con grado de responsabilidad, pero también tiene sus ventaja, el saber que soy capaz y que estaremos con los mejores del mundo. No lo veo como una desventaja, al contrario, pero lo claro es que hay que ir a parís a hacer un trabajo, a ganarnos todo en la pista porque allá no se gana de camiseta.
Le da tranquilidad llevar esa camisera arco iris?
Sí, de alguna manera, sí, pero no me confío. Al mismo tiempo es un desafío, la otra gente trata al campeón del mundo como es. Han cambiado muchas cosas como corría antes y como corro ahora. La camiseta y ese título mundial me ha dado la confianza de que el trabajo que hemos hecho ha dado sus frutos, hemos ganado, pero en París es como arrancar de cero.
¿Cómo no relajarse con ser el referente del keirin en el mundo?
No es relajarse. De ninguna manera, lo que hay que hacer es estar más pendientes de los que pase. El tema es que si bien antes de ser campeón mundial nos tenían respeto por lo que habíamos hecho, pues ahora con ese rótulo nos tienen más referenciados, saben cómo hacemos las cosas y eso nos indica que hay que ser más cuidadosos con todo, hay que entrenar más duro, porque ellos nos tienen bien estudiados.
¿Conocerlos a ellos es una ventaja?
Es verdad que si ellos nos han visto, pues nosotros también. Es cierto con Jhon Jaime González los conocemos, sabemos las fortalezas y las debilidades de los rivales y eso en una gran medida es bueno porque uno sabe contra quién se va a medir. Me da la opción de conocerlos y de trazar una estrategia. Ya hemos competido contra todos y de todas maneras es una dinámica para las justas de París.
¿Ya le ha ganado la carrera al miedo escénico?
Siempre ese tema merma un poco, pues son unos Juegos Olímpicos, siempre se siente algo de nervios, de saber si se va a ganar, pero ya tengo experiencia y lo sé manejar. Sin duda que estar en lo Mundiales, en las Copas Mundo y en eventos del ciclo olímpico lo madura a uno mucho. Siento esa ansiedad como todas las personas, pero al mismo tiempo lo he maneado, me ha pasado en otros eventos.
¿Qué clave ha sido tener al lado del DT González?
Hemos sido organizando las estrategias de las diferentes competencias y han sido acertadas. En momentos de agobio, de duda, de incertidumbre hemos hablado y ha sido acertada en la respuesta. Así que es un pinto más de un trabajo en equipo que otra cosa.
¿Su meta en París?
La medalla la veo real. Me levanto mirando eso, me visualizo, sigo soñando con esa medalla y lograr muchas cosas sobre una bicicleta. Antes de volverme profesional me soñaba con todo lo que he ido logrando. Estos Olímpicos son un paso más.
¿Si la gana es todo para usted?
No tengo techo. Me pongo metas, con fechas, pero la vida y el deporte me han dado las cosas antes de lo que yo pensaba, de lo pactado con el DT. Me mantengo más bien tranquilo por eso, pero aseguro que se han prestado antes. Creo que las cosas llegan en el momento justo, pero si se gana en parís no será mi último resultado que quiero. Es más, todavía no sé qué va a pasar si se gana acá, pero lo claro es que seguiré respondiendo a una expectativa en el ciclismo colombiano.
Lisandro Rengifo
Enviado especial de EL TIEMPO a París
@lisandroabel