El exfutbolista caleño, Giovanni Hernández, es recordado por su excelente trayectoria como centrocampista. Jugó para diferentes equipos nacionales e internacionales como el Once Caldas, Independiente Medellín, Junior, el Colón de Argentina y el Colo Colo de Chile.
El 'Príncipe' destacó por sus goles, asistencias y jugadas. Fue parte de la Selección Colombia durante varios años e, incluso, participó de los partidos de la Copa América 2001 que ganó el combinado nacional.
"El grupo era muy unido, humilde, siempre predispuesto y con muchas ganas de salir adelante. Eso fue fundamental para encarar cada uno los partidos... Fue un orgullo inmenso haber obtenido el título", dijo en una entrevista de 2015 a 'FutbolRed'.
Aunque es un hombre reservado, confesó al programa 'Se dice de mí', de Caracol Televisión, los duros momentos que pasó durante su niñez y adolescencia por causa del consumo de drogas de su padrastro, Édison Hernández, quien lo crió y le dio el apellido como si fuera su propio hijo, pero también quien le causó momentos de dolor.
Fue él quien lo llevó por primera vez al estadio Pascual Guerrero cuando tenía seis años. Sin embargo, fue él quien le quitó sus tenis favoritos para cambiarlos por alucinógenos.
Creció en un entorno difícil, pues en los diferentes lugares donde vivió, se encontró con personas que le ofrecían estupefacientes: "Yo veía personas se me acercaban a ofrecerme cosas, yo veía amigos que me ofrecían droga, yo veía mujeres o hombres que me decían: 'vení tomá este dulcecito y acompañáme a tal lado".
Hernández afirmó que cada vez que le ofrecían marihuana el no la aceptaba, pues tenía en la mente que quería ser futbolista: "Yo decía: 'Muchas gracias, no, no, no, quiero jugar".
Desafortunadamente, su padre adoptivo sí cayó en el bajo mundo de las drogas, al parecer, por la misma persona que le había ofrecido trabajo como mazamorrero. "Mi padre era drogadito... Ya mi padre tenía una faceta que cuando estaba bien, muy bacano, pero cuando consumía, eso había que correr", destacó el futbolista.
De hecho, recordó Hernández, había momentos en los que se robaba las cosas o le quitaba a sus hijos lo que les había regalado para conseguir la droga.
"Un día llegué y él estaba en esa forma de droga y recuerdo que le iba a pegar a mi mamá y fui a defenderla", relató. Explicó que, cuando le iba a pegar a su padre, se desvaneció y no recuerda nada más, lo único que sabe es que sus tenis favoritos, los que más le gustaban para jugar fútbol, desaparecieron de la casa.
Una madrugada su mamá lo despertó para contarle que Édison Hernández había muerto, pero Giovanni le había perdido el cariño y el respeto que le tenía. Aún así, asegura que siente tristeza por no haber tenido los recursos económicos para ayudarlo.
"Ya el cariño y el amor se había ido por tantas cosas que mi padre había hecho... A los 17 años, cuando comienzo a jugar fútbol profesional, yo decía 'por qué no me esperaste antes Édison Hernández para haberte metido en un sitio de rehabilitación y que hubieras salido de esa situación negativa de la droga'", confesó al programa.
Aunque la situación de drogadicción de su padre lo marcaron, a los 10 años fue adoptado por Gustavo Moreno Arango, quien con el permiso de su madre lo llevó a su casa para prepararlo a nivel futbolístico.
Tras varios años de entrenamiento, a los 17 años debutó con el Once Caldas, equipo con el que llegó a jugar 37 partidos en su primera temporada. Tras su llegada a Manizales la prensa lo catalogó como 'El niño del millón de dólares' y, desde entonces, se ganó el reconocimiento como uno de los mejores futbolistas.
En la actualidad, Giovanni Hernández se desempeña como director técnico del Atlético Fútbol Club, en su ciudad natal, Cali.
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