Un gol de Carmelo Valencia en el minuto 92 le dio al Junior una más que justa victoria contra Millonarios, que jugó el peor partido en la era de Alberto Gamero. El 2-1 resultó corto para un equipo que pudo perder por goleada y que terminó regalando todo en la reposición, cuando se había encontrado el empate en el minuto 90.
Millonarios repitió la pesadilla de los primeros 15 minutos en Medellín, pero multiplicada por tres y esta vez sin la ayuda del VAR. Junior planteó un juego para controlar lo que mejor sabe hacer el equipo de Gamero, dominar la pelota.
La idea del Junior, en el papel, era defensiva: tres volantes de recuperación, dos abiertos y un solo delantero. Pero con esos jugadores, Junior comenzó a jugar en largo, a aprovechar los espacios y a abrirle grietas a su rival.
Pero si Millos se vio mal en el Atanasio al comienzo, lo de Barranquiilla alcanza niveles muy preocupantes. Sin marca en la mitad, con dos centrales inseguros, con laterales que ni salen ni marca, con Silva, Ruiz y Gómez desconectados y con un Herazo que solo se vio en los himnos.
El primer error individual que le costó un gol a Millos
Y para completar, un error individual de Murillo, que ni rechazó ni controló el balón, le permitió a Junior irse en ventaja, a los 10 minutos: la bola se le fue larga al zaguero, apenas para que la tomara Fabián Sambueza y la devolviera al área visitante, donde ‘Cariaco’ González anotó el 1-0. En medio de un ambiente pesado, el venezolano decidió celebrar de la peor forma, insultando a los hinchas.
La pesadilla se extendió en el resto de la primera etapa y si no le marcaron más goles fue por la falta de puntería de Junior: por ejemplo, otro error de la defensa dejó a Borja solo frente a Montero. El delantero se tropezó y Perlaza, en su intento por rechazar, casi la mete de tas-tas con la pierna del 9 de Junior. Y también hubo una jugada de cobro de costado en la que Montero no salió y Didier Moreno la metió de cabeza. Pero estaba adelantado.
Para fortuna de Millonarios, Junior no supo aprovechar ni el dominio que había logrado ni el desgaste al que sometió a su rival. El Borja de este sábado jugó en modo Selección en la eliminatoria, sin puntería y sin generar peligro. Y cuando por fin encontraron la vía, Montero recuperó la seguridad.
Gamero trató de recomponer en varias ocasiones con cambios que no le salieron. Jáder Valencia entró por Herazo y tampoco le llegó la pelota. Ríchard Celis entró por Gómez solo para irse 18 minutos después, sin aportar nada y más bien salvándose de la expulsión, por un codazo a Fuentes cuando ya estaba amonestado. Y luego, trató de rearmar la zona derecha de la defensa sacando a Perlaza y a Llinás para meter a Édgar Guerra y José Cuenú.
Del milagro a la derrota dolorosa y merecida
Lo mejor que le podía pasar a Millonarios era que Wílmar Roldán pitara el final del juego. Ómar Albornoz perdonó a los 89: debajo del arco, la tiró arriba. Pero en la única que tuvo el equipo de Gamero en todo el partido, Óscar Cortés, que había entrado por Celis, le robó un balón a Jorge Arias y dejó a Jáder Valencia listo para anotar el 1-1 en el minuto 90.
Pero Millos se quedó celebrando. Y Junior esta vez encontró premio, en otro error de Murillo, que primero perdió la marca y luego se resbaló y rechazó al centro para que Carmelo Valencia anotara el 2-1, en el segundo minuto de reposición.
Millonarios la sacó muy barata. Está a un punto del nuevo líder, Atlético Nacional, y tendrá dos partidos seguidos en casa, contra Junior y los verdes, para enderezar el camino. Pero el partido de Barranquilla es más que preocupante.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc