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Millonarios vs. Santa Fe: Rojas y Seijas, héroes de ayer, palpitan el clásico
Este domingo, azules y rojos se enfrentan en la primera fecha de los cuadrangulares semifinales.
Henry Rojas y Luis Manuel Seijas Foto: Efe y Carlos Ortega. Archivo EL TIEMPO
Se viene el clásico capitalino y Bogotá acelera sus pálpitos de ciudad. Santa Fe y Millonarios se dividen como si se abrieran los cerros. Monserrate se empina para ver mejor lo que pasará en El Campín. El cielo será más azul. La sangre será más roja. Los hinchas serán más hinchas. Ellos, individuos de nervios destrozados, viven la antesala con angustia. Quizá sus conciencias les piden que tengan calma, que sean pacientes, pero ellos no escuchan esa voz, prefieren oír lo que sus ídolos tienen por decir antes de otro clásico, en el inicio del grupo A: ellos son la verdadera voz de la conciencia.
A los hinchas de Millonarios les dicen Luis Manuel Seijas y arrugan la frente. A los de Santa Fe les dicen Henry Rojas y arrugan el alma. Ellos están a una distancia física, no emocional, porque son –y serán– parte del clásico bogotano. Saben de gloria, fueron campeones, y tan importantes, que habitan en el corazón de la afición propia, y en las maldiciones diarias de la ajena.
Y si alguno hizo un gol en una final bogotana, que tire la primera piedra. Ese es Rojas, el que pintó la obra que todo futbolista sueña desde que sueña: gol en una final y contra el clásico rival. Henry fue capaz de invocar la ayuda del viento para guiar la pelota en ese bombazo inverosímil.
“Cada que veo un clásico retrocedo a lo que fue ese 17 de diciembre de 2017 –la fecha la lleva tatuada en la memoria–, cuando pude hacer parte de la historia de Millonarios con un bonito gol. Cuando llega un clásico, se habla de eso y de lo que pude contribuir al título más anhelado y soñado para un hincha de cualquier club: ganarle la final al rival de patio. Constantemente lo veo, a veces lo recuerdo”, dice Rojas y no miente, parece que el gol está ahí, en su cabeza, ahora, ya.
Momento del remate de Henry Rojas. Foto:Mauricio Moreno /EL TIEMPO
Eso de anotar un gol en el minuto 86, a Santa Fe, en la final, para luego gritar campeón en frente de ese rival, parece una leyenda, una historia sacada de Las mil y una noches del fútbol. Pero Rojas, un Schehrazada del clásico, lo hizo posible. Y la historia no parará de contarse por los siglos de los siglos: “Recuerdo que venía con una lesión de pubalgia de 5 meses, con infiltraciones para no sentir tanto dolor, con entrenamientos intermitentes, los médicos hacían todo para que yo pudiera jugar. En esa final sentía miedo, por lo que podía suceder, porque yo no estaba en igualdad física ni deportiva, pensaba en lo que pudiera acarrear una equivocación mía, pero cuando me tocó ingresar sentí la confianza del profe (Miguel Russo), y ya, me encomendé a Dios y tuve tranquilidad para soportar el dolor. Fue un premio al esfuerzo”, dice Rojas.
En esa final sentía miedo, por lo que podía suceder, porque yo no estaba en igualdad física ni deportiva, pensaba en lo que pudiera acarrear una equivocación mía
Y si los hinchas cardenales piensan que fue suerte o hechicería, él argumenta que fue “ayuda divina”, y que alcanzó a calcularlo todo: “Premedité hasta cuando impacté el balón, mi acomodación, hasta dónde podía dejar picar el balón y desde qué superficie del pie podía patear para que tuviera la dirección correcta y pasara por dos o tres hombres de Santa Fe. Dios me ayudó a patear. Cuando el balón tocó la red voy a una esquina a celebrar, y veo a lo lejos unos hinchas de Millos infiltrados, el local era Santa Fe. Quedaban 10 minutos. Santa Fe se fue arriba, Tesillo casi nos anota al 94, por fortuna no conectó bien y se acabó...”, cuenta Rojas, y que irónico para Santa Fe que el peor de sus verdugos se llame Rojas.
Luis Manuel Seijas, en defensa de la manada, siempre
Pero el clásico, para que sea clásico, ha necesitado de esos jugadores que quedan en la historia por lo que transmitían en la cancha, odio del rival, amor propio. Y si hay jugadores que se parecen a sus equipos, que Seijas lance su primera piedra. Seijas jugaba como león, defendía a su manada como león, rugía como león. Y si los leones hablaran, Seijas hablaría como león. “La garra es una parte de mí”, brama.
Los clásicos son los partidos más lindos, por la antesala, lo que se habla en la calle, es una semana en la que la presión crece a medida que el partido llega.
Seijas, campeón de la Copa Sudamericana, una Liga, una Copa y una Superliga, se considera santafereño, y cuando le toca hablar de los clásicos, ¡grrr!, ya sabemos que ruge: “Los clásicos son los partidos más lindos, por la antesala, lo que se habla en la calle, es una semana en la que la presión crece a medida que el partido llega. Los celadores del edificio te lo recuerdan, o cualquier persona en la calle, es cuando uno se da cuenta de lo que significa el clásico para la ciudad; son días de una tensión bonita”, dice el león venezolano, desde Kansas (EE. UU.), ya retirado y en proceso para ser DT, el profe Seijas.
Seijas y su polémica celebración: Tras el paso de Santa Fe a cuartos de Sudamericana, el volante Luis Manuel Seijas, uno de los nombres propios de los ‘cardenales’, festejó en redes sociales con un mensaje que no gustó en las huestes ‘azules’. Él afirmó: “Podrán haber ganado 14 estrellas, me importa un carajo. El único campeón de la Sudamericana es Santa Fe”, en un video difundido en redes sociales en su momento. Foto:Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Sus duelos contra Millonarios le hacían hervir la sangre. No soportaba perder. Y en la cancha peleaba y tenía rivales bravos: si el león rugía, al frente mordían. “Me acuerdo de los duelos con Gerardo (Bedoya) y Andrés (Pérez). Nos cagábamos a patadas. Yo era peleón, me gustaba la confrontación. Gerardo me decía algo y yo le respondía, y todo el partido así. Hoy Gerardo y Andrés son buenos amigos míos”, dice Seijas.
Y si se le pregunta quién era el león más bravo de esa época, niega que fuera él. “No, era Leider Preciado. Él vivía los clásicos de una manera que nunca vi en otra persona, tenía su historia con Millonarios...”.
Seijas no lleva la cuenta de cuántos clásicos jugó, le prometemos el dato, dice que si son más las derrotas, prefiere no saber, y se ríe. Por si acaso, jugó 27, ganó 8, empató 13 y perdió 6. Hizo dos goles, en 2008 y en 2010, y si no fueron para ganar títulos, los disfrutó mucho. “El primero fue el más lindo, un pase de Luisfer Mosquera, me la puso en la cabeza, terminé dentro del arco, luego fui a celebrar con la barra, fue inolvidable”. Así fue, Seijas ese día no hizo el gol; Seijas fue el gol.
Luis Manuel Seijas en un clásico. Foto:Fernando Ariza. EL TIEMPO
Ahora Seijas recuerda unas vacaciones “estropeadas” en Miami por culpa del gol de Rojas. Le dolió en el alma, pero al final, lo aceptó. “Con toda razón nos sacan en cara eso, toca aguantarnos. Espero algún día haya revancha”, dice, con su voz de santafereño que vivió la más dura rivalidad en la cancha. “Había ese juego de provocar y ellos de putearme. No creo que me haya pasado de la raya. Respeto mucho a la afición de Millonarios, es que las dos hinchadas hacen que el clásico bogotano sea lo que es... Después me los encontraba en la calle y solo recibía palabras de respeto. Hoy me alegro por el profe Gamero, porque le ha dado mucho al fútbol colombiano”, asegura.
Henry Rojas sabe que quedó en los odios perpetuos de los rojos. Lo ha sentido. “Me chiflan, me dicen groserías, pero yo siempre estoy concentrado en lo mío. Entiendo el dolor y la rabia que me sienten”, dice. Y remata con una sentencia que le sale del corazón, un corazón que debe ser azul: “Pero quedé para la historia de cada hincha de Millos en el mundo”.
Ambos prometen que estarán frente a la TV, listos para ver, cada uno desde su orilla, con sus propios pensamientos, con el recuerdo de sus propias hazañas, el clásico de este domingo. Seijas, por si acaso, ya hizo su balance previo, un balance que ya toma forma de un pensamiento de futuro entrenador. "El profe Arias ha hecho un gran trabajo. Santa Fe quedo primero, eso es inobjetable, luego viene el debate de quién es mejor, que si Millos juega mejor, eso es válido, pero al final el mejor equipo de Colombia, en resultados, fue Santa Fe, y los números lo abalan. Entró al cuadrangular en ascenso, y Millonarios cortó su mala racha. Va a ser un clásico lindo".
Rojas, desde su posición de futbolista vigente, actualmente en Cortuluá, y quien dejó muchos amigos de ese Millonarios campeón, como el propio Mackalister Silva con el que habla seguido, también tiene su análisis. “Sigo mucho a Millos, me gusta el proceso en el que se han enfocado en los últimos 3 años, la era del profe Gamero, se han consolidado los jóvenes, la metodología de juego, es propositivo, busca algo diferente en nuestro medio”, afirma, y la voz le suena orgullosa.
El clásico es eso, de héroes, recuerdos y rivalidad. Así que prepárense porque viene uno más. La conciencia del hincha le pedirá calma, paciencia, pero ellos no la oyen: es un clásico bogotano.